La autora de libros como 'Gentes de Estambul' es una de las voces que defienden con más vehemencia el papel de la mujer en las sociedades musulmanas
G. CAPPA GRANADA
Buket Uzuner aparece en el Centro Lorca tras unas gafas de sol de pasta verde; a continuación abre su diario de viaje y van apareciendo, perfectamente pegadas, las postales del poeta granadino que acaba de comprar. "En cuando llegue a casa escribiré sobre este viaje", señala mientras respira hondo como para retener hasta entonces el aire de Granada. La escritora turca nació en Ankara en 1955, es bióloga molecular de formación, pero tiene grabado a fuego en su memoria cuando acudió al teatro acompañada de su madre para ver la puesta en escena de Bodas de sangre, que era muy "popular" por entonces. "Ahí comencé a leer su poesía y su relato de vida, que me impactó mucho en mis inicios", confiesa la escritora para poner en su sitio la universalidad de Lorca. De hecho le han llegado hasta Turquía las últimas investigaciones sobre las causas de su asesinato y la posibilidad de que influyesen motivos familiares. "Conozco el odio a los gays, especialmente de los fascistas de cualquier sitio del mundo", señala una de las protagonistas del Tres Festival, voces del Mediterráneo. Conoce bien los prejuicios y pasa por ser una de las voces discordantes con la política oficial de su país, lo que hace que viva con esa incómoda sensación de que puede ser detenida en cualquier momento...
-¿Los islamistas radicales son fascistas?
-El fascismo incluye a todos los extremistas que no tienen lógica ni educación para poder escuchar a otra gente. Son fanáticos que quieren solventar sus problemas asesinando.
-Justo coincidiendo con el 'Tres Festival, voces del Mediterráneo', un guardia civil le ha descerrajado doce tiros a un musulmán por una discusión de tráfico, justificándose porque dice que sufrió un brote psicótico y creía que estaba matando a un terrorista yihadista. Sin embargo, muchos comentarios en las redes sociales insisten en que, de ser al revés, el revuelo habría sido mucho mayor y que existe una gran hipocresía a la hora de tratar estos temas...
-En Turquía hubo cinco explosiones provocadas por terroristas que mataron a cien personas. La mayoría de los jóvenes estaban en reuniones contra el Gobierno reclamando la libertad de expresión. Yo viajo mucho, también escribo libros de viaje y en cualquier sitio al que voy me imagino cómo sería la guerra en esos sitios pacíficos, porque sé que en cualquier momento podemos matarnos unos a otros, la envidia, los celos y el egoísmo están en la naturaleza humana.
-Como viajera situó la trama de su novela 'Gentes de Estambul' en el aeropuerto de la capital turca, un libro que es un retrato social de este sociedad y que publicó en 2010. ¿Qué cosas tendría que actualizar de esta novela?
-El aeropuerto de Atatürk que era maravilloso está cambiando y vamos a construir el mayor aeropuerto de Europa, que va a tomar el nombre de Erdogan. A nuestro gobierno le gusta lo más grande, es megalómano, y el cambio de nombre es sintomático porque la revolución de Kemal Atatürk consiguió, entre otras cosas, que las mujeres pudieran votar ya en 1928, uno de los primeros países de Europa en los que se instauró el sufragio femenino. Los lugares de las novelas son los que imprimen el carácter. Mire Don Quijote, sitúe la trama en Escandinavia y resultaría un relato diferente porque la geografía lo determina todo. En mi novela sólo aparecía una mujer con pañuelo, ahora aparecerían cuatro o cinco porque se ha convertido en algo muy popular entre las mujeres de Turquía. Pero esto no significa que seamos más religiosos que antes, el hecho de llevar pañuelo conlleva una mejor situación social, incluso se pueden conseguir mejores trabajos.
-El gran socio de la Alianza de Civilizaciones de José Luis Rodríguez Zapatero era Turquía, que pasaba por ser un modelo de moderación y de libertad en el mundo musulmán. ¿Qué ha pasado en los últimos años para este cambio social?
-Estuve en Madrid hace unos siete años, precisamente en el marco de este proyecto, y allí dije que sólo hay una civilización, que es la humana. Hay cosas universales e innegociables como los derechos humanos, la libertad... Pero esto no gusta a los gobernantes de mi país.
-Entre otras cosas, este proyecto le valió al presidente Zapatero el apelativo de Bambi...
-Pero fíjese que a mí me pueden detener en el aeropuerto en cualquier momento. Muchos periodistas de mi país están en la cárcel o desempleados. Antes éramos laicos y creo que todo ha cambiado porque esto no es beneficioso para un sector del país. Este sistema no era provechoso para algunos políticos de mi país y para otros del entorno. Yo no pienso que la Guerra Civil de España comenzó por el desacuerdo de la gente, había un plan previo para plantar la semilla del odio. Esto sigue pasando. Fíjese que cuando Turquía derribó el avión ruso yo me atreví a cuestionar la versión oficial y me miraban como a un marciano, porque la versión del presidente es incuestionable.
-¿Teme ser detenida en cualquier momento?
-Yo no soy una patriota, pero me encanta vivir en Estambul porque para los escritores la lengua nativa es lo más importante, es el alimento. Yo no culpo a los que están dejando el país por la falta de libertad de expresión.
-¿Cómo se ve en Turquía a nivel de calle el problema de los refugiados sirios?
-Hay tres millones de refugiados en Turquía, una cifra increíble, y el problema es que el Gobierno no los ha censado, así que hay muchas sospechas de que los militantes de Isis han entrado en Turquía camuflados entre los refugiados.
-Este es el gran argumento de Europa para poner una barrera a los refugiados sirios...
-Pero no lo sabemos porque no tenemos pruebas concretas ni evidencias. Hay un periodista muy famoso, Can Dündar, director del periódico Cumhuriyet, que publicó que hace dos años, muchos de los camiones que iban desde Turquía hacia Iraq con ayuda humanitaria en realidad estaban cargados de armas. El Gobierno lo encarceló durante tres meses acusado de ser un espía de potencias extranjeras. Ahora está fuera, pero el caso sigue abierto. Por eso, preguntarnos si hay militantes de Isis o no en Turquía es una cuestión abierta. Pero mucha gente piensa que lo que está haciendo Europa es pura hipocresía, sobre todo lo que está haciendo la señora Merkel desde el acuerdo con Turquía respecto a los refugiados.
-A España sólo han llegado 18 refugiados...
-No lo sabía, pero es un gran honor estar en este festival. No soy una aduladora, pero me doy cuenta de que su intención es sincera. Yo viajo mucho y he participado en muchos festivales, pero este es especialmente beneficioso y espero que continúe por mucho tiempo más.
-¿Los islamistas radicales son fascistas?
-El fascismo incluye a todos los extremistas que no tienen lógica ni educación para poder escuchar a otra gente. Son fanáticos que quieren solventar sus problemas asesinando.
-Justo coincidiendo con el 'Tres Festival, voces del Mediterráneo', un guardia civil le ha descerrajado doce tiros a un musulmán por una discusión de tráfico, justificándose porque dice que sufrió un brote psicótico y creía que estaba matando a un terrorista yihadista. Sin embargo, muchos comentarios en las redes sociales insisten en que, de ser al revés, el revuelo habría sido mucho mayor y que existe una gran hipocresía a la hora de tratar estos temas...
-En Turquía hubo cinco explosiones provocadas por terroristas que mataron a cien personas. La mayoría de los jóvenes estaban en reuniones contra el Gobierno reclamando la libertad de expresión. Yo viajo mucho, también escribo libros de viaje y en cualquier sitio al que voy me imagino cómo sería la guerra en esos sitios pacíficos, porque sé que en cualquier momento podemos matarnos unos a otros, la envidia, los celos y el egoísmo están en la naturaleza humana.
-Como viajera situó la trama de su novela 'Gentes de Estambul' en el aeropuerto de la capital turca, un libro que es un retrato social de este sociedad y que publicó en 2010. ¿Qué cosas tendría que actualizar de esta novela?
-El aeropuerto de Atatürk que era maravilloso está cambiando y vamos a construir el mayor aeropuerto de Europa, que va a tomar el nombre de Erdogan. A nuestro gobierno le gusta lo más grande, es megalómano, y el cambio de nombre es sintomático porque la revolución de Kemal Atatürk consiguió, entre otras cosas, que las mujeres pudieran votar ya en 1928, uno de los primeros países de Europa en los que se instauró el sufragio femenino. Los lugares de las novelas son los que imprimen el carácter. Mire Don Quijote, sitúe la trama en Escandinavia y resultaría un relato diferente porque la geografía lo determina todo. En mi novela sólo aparecía una mujer con pañuelo, ahora aparecerían cuatro o cinco porque se ha convertido en algo muy popular entre las mujeres de Turquía. Pero esto no significa que seamos más religiosos que antes, el hecho de llevar pañuelo conlleva una mejor situación social, incluso se pueden conseguir mejores trabajos.
-El gran socio de la Alianza de Civilizaciones de José Luis Rodríguez Zapatero era Turquía, que pasaba por ser un modelo de moderación y de libertad en el mundo musulmán. ¿Qué ha pasado en los últimos años para este cambio social?
-Estuve en Madrid hace unos siete años, precisamente en el marco de este proyecto, y allí dije que sólo hay una civilización, que es la humana. Hay cosas universales e innegociables como los derechos humanos, la libertad... Pero esto no gusta a los gobernantes de mi país.
-Entre otras cosas, este proyecto le valió al presidente Zapatero el apelativo de Bambi...
-Pero fíjese que a mí me pueden detener en el aeropuerto en cualquier momento. Muchos periodistas de mi país están en la cárcel o desempleados. Antes éramos laicos y creo que todo ha cambiado porque esto no es beneficioso para un sector del país. Este sistema no era provechoso para algunos políticos de mi país y para otros del entorno. Yo no pienso que la Guerra Civil de España comenzó por el desacuerdo de la gente, había un plan previo para plantar la semilla del odio. Esto sigue pasando. Fíjese que cuando Turquía derribó el avión ruso yo me atreví a cuestionar la versión oficial y me miraban como a un marciano, porque la versión del presidente es incuestionable.
-¿Teme ser detenida en cualquier momento?
-Yo no soy una patriota, pero me encanta vivir en Estambul porque para los escritores la lengua nativa es lo más importante, es el alimento. Yo no culpo a los que están dejando el país por la falta de libertad de expresión.
-¿Cómo se ve en Turquía a nivel de calle el problema de los refugiados sirios?
-Hay tres millones de refugiados en Turquía, una cifra increíble, y el problema es que el Gobierno no los ha censado, así que hay muchas sospechas de que los militantes de Isis han entrado en Turquía camuflados entre los refugiados.
-Este es el gran argumento de Europa para poner una barrera a los refugiados sirios...
-Pero no lo sabemos porque no tenemos pruebas concretas ni evidencias. Hay un periodista muy famoso, Can Dündar, director del periódico Cumhuriyet, que publicó que hace dos años, muchos de los camiones que iban desde Turquía hacia Iraq con ayuda humanitaria en realidad estaban cargados de armas. El Gobierno lo encarceló durante tres meses acusado de ser un espía de potencias extranjeras. Ahora está fuera, pero el caso sigue abierto. Por eso, preguntarnos si hay militantes de Isis o no en Turquía es una cuestión abierta. Pero mucha gente piensa que lo que está haciendo Europa es pura hipocresía, sobre todo lo que está haciendo la señora Merkel desde el acuerdo con Turquía respecto a los refugiados.
-A España sólo han llegado 18 refugiados...
-No lo sabía, pero es un gran honor estar en este festival. No soy una aduladora, pero me doy cuenta de que su intención es sincera. Yo viajo mucho y he participado en muchos festivales, pero este es especialmente beneficioso y espero que continúe por mucho tiempo más.
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