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sábado, 28 de mayo de 2016

La undécima o la primera granadahoy.com

El Real Madrid y el Atlético se citan con la historia en Milán después de la recordada final de Lisboa hace dos temporadas. No está claro qué equipo apostará por llevar la iniciativa.
ALBERTO BRAVO (DPA) MILÁN
Simeone y Zidane./ Efe

Real Madrid y Atlético se citan hoy en el legendario estadio de San Siro para dirimir una batalla en el umbral de la historia: será la undécima Copa de Europa para los blancos o la primera para los rojiblancos. Rivales centenarios se reúnen de nuevo dos años después de la recordada final de la Liga de Campeones jugada en Lisboa, resuelta por el Real Madrid por 4-1 después de un gol de Sergio Ramos en el descuento que llevó el duelo a una prórroga, ya con el destino marcado a favor de los blancos. Aunque los atléticos se han preocupado en esta última semana por desterrar la palabra "revancha", no hay duda de que algo de eso hay. Y la ocasión de ajustar cuentas encierra un premio mayor: instalar definitivamente el equipo rojiblanco en la élite con su primera Copa de Europa en 113 años de historia. "El Real Madrid es de los mejores del mundo. Convivimos en la ciudad con ellos y sabemos lo que es. Tenemos ilusión por cambiar la historia. Tenemos la oportunidad de escribir una nueva historia", manifestó ayer Fernando Torres. Para su enemigo, es la ocasión de añadir a su cuenta un cetro europeo más a los diez que ya tiene, el récord continental. Pero no sólo eso, sino que añadiría un llamativo componente de épica conociendo lo ocurrido esta temporada, con un cambio de técnico en enero cuando la nave se hundía. Nadie, ni siquiera los hinchas blancos más optimistas, pensaba en enero que su equipo acabaría disputando toda una final de la Liga de Campeones. 
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No cambiaron demasiadas cosas en el Real Madrid en los últimos años, más allá de situar al novato Zidane como entrenador a las puertas de un temprano éxito. El bloque sigue siendo el mismo y hasta la forma de jugar también. Si acaso, el francés añadió a Casemiro como medio centro para dar equilibrio y solidificar la defensa. 

Mucho menos aún varió el estilo del Atlético, aferrado a la cultura del esfuerzo de la mano de Diego Simeone, el gran líder del equipo y prácticamente de todo el club. Su palabra y obra son dogma de fe. 

La cuestión está en ver quién se decide a llevar el mando del encuentro. Se da por seguro que de inicio el Atlético intentará llevar muy arriba la presión sobre la posesión de su rival. Habrá que ver si el Real Madrid optará por resolverlo con transiciones rápidas y balones largos, o si por el contrario intentará dominar la pelota. 

Zidane tiene el equipo decidido desde el inicio y la duda es si Bale se sumará al centro del campo para equilibrar fuerzas en esa zona o si mantendrá el 4-3-3, ganando en presencia atacante pero renunciando a la elaboración. 

Lo que es seguro es que estará Cristiano Ronaldo, aunque falta por ver si al cien por cien. Ante un rival tan férreo como el Atlético, el Real Madrid necesita al jugador que ha sumado 16 goles en la presente edición de la Liga de Campeones, a uno de su propio récord. 

El Atlético presenta dos dudas razonables. La primera es cuestión de un nombre, el acompañante de Godín en el centro de la zaga, con Savic como principal candidato. Pero no es un cambio sustancial en la forma de jugar del equipo. Más interesante es ver por quién apuesta Simeone en el centro del campo. La opción más ortodoxa es la de Augusto Fernández como acompañante de Koke, Saúl y Gabi. Pero otra posibilidad aparece en el horizonte y es la de Yannick Carrasco, con un perfil mucho más ofensivo. Ocuparía una banda y sacrificaría pulso defensivo por ganar profundidad en ataque y obligar a Carvajal a controlar sus incursiones ofensivas. La punta quedará para Griezmann, su mayor talento ofensivo, y un Fernando Torres en gran forma y ante la oportunidad de ganar su primer título con el Atlético de Madrid. 



San Siro será el imponente escenario del segundo capítulo de Real Madrid y Atlético por la corona continental, apenas dos años después de la épica batalla de Lisboa. Independientemente del ganador, el campeón habrá hecho historia.

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