Las instituciones granadinas cierran filas para respaldar la candidatura del gran proyecto internacional de fusión. Falta por concretar la financiación, comprometida al 33%.
ENRIQUE ABUÍN GRANADA
¿Es posible en Granada? Es la pregunta del millón. La que se repite una y otra vez en una provincia del sur de España de más de 900.000 habitantes que da lugar a situaciones inverosímiles. El sonsonete del aislamiento ferroviario que se mantiene desde hace más de un año, sin saber cuándo volverán a pasar los trenes, es la muestra perfecta de que aquí las infraestructuras se mueven a un ritmo diferente. Que una zona con tantos elementos de su parte y focos de desarrollo (patrimonio histórico y cultural, Sierra Nevada o la Costa, por citar algunos) esté anclada en los puestos de vagón de cola a nivel nacional denota una idiosincrasia muy particular de un lugar donde, normalmente, las oportunidades de crecimiento pasan de largo. Es por eso que la posibilidad de que Granada albergue un macroproyecto científico, que conllevaría una creación de empleo integral de 12.000 trabajos y un retorno de 1.000 millones, ha adquirido un valor simbólico. La provincia, sin importar la sigla o la institución, se ha puesto manos la obra para que esta vez no haya interferencias y la lucha por el gran acelerador de fusión nuclear no acabe en saco roto.
Más de dos años han tenido que pasar para que la sociedad granadina se meta de lleno en lo que se estaba gestando desde dentro del ámbito universitario y político de Granada en estrecha colaboración con el Gobierno y la Junta de Andalucía, que son quienes están obligados a sustentar financieramente esta iniciativa. La propuesta de acoger un acelerador de partículas, que hasta hace semanas sonaba a ciencia ficción para los granadinos, pero que a día de hoy se menciona como el gran proyecto de futuro para la provincia. Así lo confirmaron la rectora de la UGR y los empresarios, que a mitad de esta semana dieron el pistoletazo de salida oficial de una candidatura que ya se conocía y que ha recibido un respaldo unánime.
A finales del año 2013 se empezó a plantear la opción de que Granada fuera la provincia elegida para presentar una candidatura formal al proyecto internacional de energía de fusión denominado IFMIF-DONES. Dos años más tarde, y ya con algunos avances del equipo técnico, esa proposición adquiría toda su dimensión cuando fue presentada en el XII Simposio Internacional en Tecnología de Fusión Nuclear, celebrado en la ciudad coreana de Daejon en septiembre de 2015. Para entonces, la Junta y el Gobierno ya habían transmitido por carta su decisión de apoyar a Granada como sede de dicha infraestructura, pero el proceso de elecciones generales en España actuó como freno.
Fue la fase del secretismo y la prudencia institucional. Y hasta ahora, cuando el riesgo de que las otras competidoras internacionales (Polonia, Croacia y Japón) le ganen la partida a España ha generado un efecto de impulso. A los políticos no les ha quedado más remedio que empezar a manifestar su interés por la infraestructura, sobre todo después de que Ciudadanos elevará una pregunta formal al Parlamento de Andalucía y planteará una moción institucional desde Granada. Este fue otro momento decisivo, puesto que tanto la Junta como el Gobierno tuvieron que expresar públicamente su apoyo y empezar a encontrar puntos en común. Así, hace poco más de una semana que desde la Consejería de Economía y Conocimiento y desde la Secretaria de Estado de I+D+i se anunció un principio de acuerdo para financiar la inversión inicial.
Sin embargo, ese acuerdo solamente contempla el 33% de los 360 millones que España tendría que poner sobre la mesa para costear un proyecto de la envergadura de IFMIF-DONES. Es decir, que entre el Gobierno central y el andaluz tienen ahora mismo asegurado 120 millones, de los cuales ya se habrían utilizado fondos estructurales de la Unión Europea necesarios para financiarlo. Por tanto, la candidatura, fuerte a nivel científico y tecnológico, está pendiente de ese último impulso de las administraciones para consolidar la propuesta.
Para dar ese empujón ya hay dos fechas marcadas en el calendario. El próximo 10 de junio, cuando se reúnan de nuevo el consejero de Economía y la secretaria de Estado de I+D+i para avanzar en este sentido. Además, la UGR, que abandera la iniciativa a nivel local, está preparando un congreso de apoyo para el próximo día 20 de junio, que reunirá en la Facultad de Ciencias a voces autorizadas del mundo científico entre los que se contarán algunos expertos que ya trabajan dentro de IFMIF además de profesores especializados en los ámbitos de la física de partículas y la tecnología. Asimismo, habrá hueco para el debate sobre el impacto económico e industrial que tendría la infraestructura en una provincia como Granada contando con la participación del presidente de la Asociación Española de la Industria de la Ciencia, Javier Cáceres, que también ha apoyado la candidatura desde el primer momento.
Gobierno, Junta, administraciones locales, todas las formaciones del panorama político, sindicatos, asociaciones culturales y científicas ya han mostrado su interés por el acelerador de partículas, que también incluye en el consorcio local dirigido por la UGR a organismos de relevancia como la Confederación Granada de Empresarios (CGE). Precisamente el presidente de la CGE, Gerardo Cuerva, se refirió esta semana al proyecto como " una oportunidad única para el futuro de nuestra provincia". Todos los agentes sociales e institucionales son conscientes de lo que hay en juego para Granada. ¿Será posible esta vez?
Más de dos años han tenido que pasar para que la sociedad granadina se meta de lleno en lo que se estaba gestando desde dentro del ámbito universitario y político de Granada en estrecha colaboración con el Gobierno y la Junta de Andalucía, que son quienes están obligados a sustentar financieramente esta iniciativa. La propuesta de acoger un acelerador de partículas, que hasta hace semanas sonaba a ciencia ficción para los granadinos, pero que a día de hoy se menciona como el gran proyecto de futuro para la provincia. Así lo confirmaron la rectora de la UGR y los empresarios, que a mitad de esta semana dieron el pistoletazo de salida oficial de una candidatura que ya se conocía y que ha recibido un respaldo unánime.
A finales del año 2013 se empezó a plantear la opción de que Granada fuera la provincia elegida para presentar una candidatura formal al proyecto internacional de energía de fusión denominado IFMIF-DONES. Dos años más tarde, y ya con algunos avances del equipo técnico, esa proposición adquiría toda su dimensión cuando fue presentada en el XII Simposio Internacional en Tecnología de Fusión Nuclear, celebrado en la ciudad coreana de Daejon en septiembre de 2015. Para entonces, la Junta y el Gobierno ya habían transmitido por carta su decisión de apoyar a Granada como sede de dicha infraestructura, pero el proceso de elecciones generales en España actuó como freno.
Fue la fase del secretismo y la prudencia institucional. Y hasta ahora, cuando el riesgo de que las otras competidoras internacionales (Polonia, Croacia y Japón) le ganen la partida a España ha generado un efecto de impulso. A los políticos no les ha quedado más remedio que empezar a manifestar su interés por la infraestructura, sobre todo después de que Ciudadanos elevará una pregunta formal al Parlamento de Andalucía y planteará una moción institucional desde Granada. Este fue otro momento decisivo, puesto que tanto la Junta como el Gobierno tuvieron que expresar públicamente su apoyo y empezar a encontrar puntos en común. Así, hace poco más de una semana que desde la Consejería de Economía y Conocimiento y desde la Secretaria de Estado de I+D+i se anunció un principio de acuerdo para financiar la inversión inicial.
Sin embargo, ese acuerdo solamente contempla el 33% de los 360 millones que España tendría que poner sobre la mesa para costear un proyecto de la envergadura de IFMIF-DONES. Es decir, que entre el Gobierno central y el andaluz tienen ahora mismo asegurado 120 millones, de los cuales ya se habrían utilizado fondos estructurales de la Unión Europea necesarios para financiarlo. Por tanto, la candidatura, fuerte a nivel científico y tecnológico, está pendiente de ese último impulso de las administraciones para consolidar la propuesta.
Para dar ese empujón ya hay dos fechas marcadas en el calendario. El próximo 10 de junio, cuando se reúnan de nuevo el consejero de Economía y la secretaria de Estado de I+D+i para avanzar en este sentido. Además, la UGR, que abandera la iniciativa a nivel local, está preparando un congreso de apoyo para el próximo día 20 de junio, que reunirá en la Facultad de Ciencias a voces autorizadas del mundo científico entre los que se contarán algunos expertos que ya trabajan dentro de IFMIF además de profesores especializados en los ámbitos de la física de partículas y la tecnología. Asimismo, habrá hueco para el debate sobre el impacto económico e industrial que tendría la infraestructura en una provincia como Granada contando con la participación del presidente de la Asociación Española de la Industria de la Ciencia, Javier Cáceres, que también ha apoyado la candidatura desde el primer momento.
Gobierno, Junta, administraciones locales, todas las formaciones del panorama político, sindicatos, asociaciones culturales y científicas ya han mostrado su interés por el acelerador de partículas, que también incluye en el consorcio local dirigido por la UGR a organismos de relevancia como la Confederación Granada de Empresarios (CGE). Precisamente el presidente de la CGE, Gerardo Cuerva, se refirió esta semana al proyecto como " una oportunidad única para el futuro de nuestra provincia". Todos los agentes sociales e institucionales son conscientes de lo que hay en juego para Granada. ¿Será posible esta vez?
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