Gran conocedor del mundo árabe, ejerció durante más de 30 años y ha sido corresponsal en Oriente Medio, el Magreb y Bruselas y publica 'La España de Alá'.
IGNACIO MARTÍNEZ
El periodista Ignacio Cembrero es un gran conocedor del mundo árabe. Ejerció durante más de treinta años en El País y en El Mundo en una corta etapa. Ha sido corresponsal en Oriente Medio, el Magreb y Bruselas. También fue coordinador del programa Meda de la Comisión Europea de apoyo a la sociedad civil en la ribera sur del Mediterráneo. Acaba de publicar La España de Alá[La esfera de los libros], que el miércoles 15 presenta en Málaga y el jueves 16 en Algeciras. Un recorrido por las comunidades musulmanas que viven en España (un 4% de la población); de manera especial en Cataluña, Ceuta, Melilla y Andalucía.
-El título ‘La España de Alá’ es provocador, pero su libro es una invitación a la buena convivencia.
-¿Será posible una armonía cuando siga creciendo el porcentaje de musulmanes? Ahora son el 4% en España, pero Almería supera el 10% y Málaga el 5%.
-¿Cómo se hace?
-Los musulmanes son más practicantes de su religión que los cristianos españoles.
-¿Hay islamofobia?
-¿Aumenta con los atentados?
-Otro lado de este fenómeno es la desigualdad social y económica. ¿Hay guetos?
-Usted sostiene que el terrorista islámico surge más de la falta de identidad que de la pobreza o el fanatismo religioso.
-¿Cómo?
-Publica en el libro un índice de radicalización, del Ministerio del Interior, por provincias. Se ve que es un fenómeno de la costa mediterránea y Madrid.
-¿Esto qué significa?
-Andalucía es puerta de entrada en la UE. Sirios y libios intentan entrar por Argelia.
-Pero el escudo argelino se fragiliza…
-De la costa argelina a la almeriense hay menos de 180 kilómetros.
-Un 41% de los musulmanes residentes tiene nacionalidad española. Pero de momento son musulmanes en España y no musulmanes de España. ¿Es posible la integración?
-En Andalucía hay 44.000 niños musulmanes en las escuelas…
-Califica a Ceuta y Melilla como laboratorios de convivencia.
-¿Marruecos quiere que sus nacionales se integren en los países europeos en los que viven?
-¿Realmente posible un islam europeo, abierto, tolerante y moderno?
-¿Es partidario de dejar que instalen mezquitas países extranjeros que no admiten reciprocidad en la libertad de culto?
-Irán y Arabia Saudí se disputan el público de habla hispana con dos televisiones muy distintas.
-Por cierto, que usted exonera a Pablo Iglesias de estar a sueldo de Teherán, aunque trabajase para Hispans TV.
-En Sevilla hay una polémica por la pretensión de construir una gran mezquita, frustrada en un intento anterior. ¿Es así en todas partes?
-El presidente mauritano Abdallahi le dijo en 2008 en Madrid que “es vital que la democracia tenga éxito en un país árabe”. A la vuelta le dieron un golpe de Estado. Usted revela que el CNI lo sabía: España prefirió seguridad a democracia.
-Usted propugna que la tercera potencia turística mundial tenga productos halal para atraer más visitantes musulmanes.
-Hace un paralelismo de Medina Azahara con Petra (Jordania) o Palmira (Siria), que son dos ciudades espectaculares. Habría que seguir con las excavaciones...
-¿Una ruta del legado andalusí de Córdoba a Granada tendría gran tirón internacional?
-¿Será beneficiosa esta tercera invasión de Europa por inmigrantes y refugiados?
-El título ‘La España de Alá’ es provocador, pero su libro es una invitación a la buena convivencia.
-El subtítulo es aún más provocador: “Cinco siglos después de la Reconquista los musulmanes han vuelto. Son dos millones y siguen creciendo”. Pero dedico 400 páginas para desmentir las 20 palabras de la portada.
-¿Será posible una armonía cuando siga creciendo el porcentaje de musulmanes? Ahora son el 4% en España, pero Almería supera el 10% y Málaga el 5%.
-Por ahora tenemos una convivencia pacífica, pero casi nada de integración ni de compenetración. La armonía depende de que no les rechacemos. Que les respetemos y que se sientan respetados.
-¿Cómo se hace?
-Mejorando su nivel educativo y logrando que practiquen un islam compatible con los valores y normas de nuestra sociedad. Hasta ahora en España no hemos hecho las cosas demasiado mal, comparados con nuestros vecinos europeos.
-Los musulmanes son más practicantes de su religión que los cristianos españoles.
-Sobre todo los varones, no son tan practicantes como nos creemos. Aun así viven su fe más intensamente que los cristianos, porque una mayoría de los europeos se seculariza a marchas forzadas. Puede ser motivo de roces, a menos que aprendamos a respetarnos. Y se aprende en casa, pero también en la escuela.
-¿Hay islamofobia?
-Los jóvenes inmigrantes marroquíes dicen que en España no hay islamofobia sino ‘morofobia’. Es verdad que el musulmán aquí es ante todo de origen marroquí. La islamofobia en España es de baja intensidad, pero está en auge.
-¿Aumenta con los atentados?
-Sube peldaños después de cada gran atentado en Europa. Curiosamente hubo más agresividad hacia los musulmanes después de los golpes terroristas de París, en noviembre, y de Bruselas en marzo, que tras el 11-M. Por ahora somos un pueblo bastante tolerante, pero eso puede cambiar.
-Otro lado de este fenómeno es la desigualdad social y económica. ¿Hay guetos?
-Claro que sí, especialmente en Cataluña. El gueto es malo porque dificulta la integración y propicia procesos de radicalización. Pero la gran mayoría de los musulmanes que viven en guetos no se convierten en extremistas.
-Usted sostiene que el terrorista islámico surge más de la falta de identidad que de la pobreza o el fanatismo religioso.
-La pobreza o la marginación pueden acentuar los procesos de radicalización. Pero en Europa tienen ante todo su origen en un problema de identidad que tratan de resolver.
-¿Cómo?
-Más de un joven musulmán, sobre todo chicas, me han dicho: “Ya no soy del país de mis padres; vamos poco por allí, no hablo bien el idioma, no comprendo su idiosincrasia. Tampoco soy de España; me miran raro, llevo pañuelo, no bajo al comedor del instituto durante el mes del Ramadán. ¿Qué me queda? Ser musulmana.” Abrazan su religión con mucha fuerza. Y algunos abrazan con fuerza versiones extraviadas de su religión.
-Publica en el libro un índice de radicalización, del Ministerio del Interior, por provincias. Se ve que es un fenómeno de la costa mediterránea y Madrid.
-En el Mediterráneo, Barcelona está en cabeza, seguida por Murcia. En Andalucía sólo Almería y Málaga suscitan alguna inquietud, aunque sus niveles radicalización están por debajo de Girona, Tarragona, Alicante y Valencia.
-¿Esto qué significa?
-Un nivel alto de radicalización no implica forzosamente un riesgo mayor de atentados. En España los radicales se dedican, sobre todo, a difundir propaganda de organizaciones terroristas y a reclutar combatientes para enviar a Oriente Próximo. Casi nunca proyectan atentados aquí y cuando lo hacen carecen de medios para perpetrarlos.
-Andalucía es puerta de entrada en la UE. Sirios y libios intentan entrar por Argelia.
-Argelia exigió el año pasado el visado a los sirios para entrar en su país. Pero todavía hay una bolsa de miles de sirios, subsaharianos, libios o argelinos que intenta dar el salto a Europa. Llegar a Melilla pasando por Marruecos es su vía predilecta.
-Pero el escudo argelino se fragiliza…
-Por ahora, las autoridades argelinas controlan bien sus costas, pero el país está entrando en un área de turbulencias por la caída del precio de los hidrocarburos y la lucha de clanes por la sucesión del presidente Bouteflika, gravemente enfermo. La desestabilización de Argelia tendría graves consecuencias migratorias para el sureste de España, empezando por Almería.
-De la costa argelina a la almeriense hay menos de 180 kilómetros.
-Hay menos distancia que entre Libia y la isla italiana de Lampedusa. Argelia es la primera potencia económica y el país más poblado del Magreb. Y el primer proveedor energético de España. Pese a todo ello es un país desconocido aquí; para mí es algo incomprensible.
-Un 41% de los musulmanes residentes tiene nacionalidad española. Pero de momento son musulmanes en España y no musulmanes de España. ¿Es posible la integración?
-Por ahora, me conformaría con su mayor participación en la sociedad, con que haya figuras musulmanas que sirvan de referencia a los jóvenes y que ayuden a derribar los prejuicios de muchos españoles. Necesitamos a figuras como el alcalde musulmán de Londres, Sadiq Khan, o, mejor aún, el alcalde musulmán de Rotterdam, Ahmed Aboutaleb, que en algunos sondeos es el político más popular de los Países Bajos.
-En Andalucía hay 44.000 niños musulmanes en las escuelas…
-Después de Cataluña, Andalucía es el lugar de España donde hay más alumnos musulmanes escolarizados. Disponen de una veintena de profesores de religión islámica, remunerados por el Ministerio de Educación. El número de profesores es insuficiente, pero en Cataluña no hay ni un solo profesor de islam. La Generalitat debe preferir que los chavales musulmanes aprendan su religión los fines de semana en las mezquitas o a través de internet. Andalucía es donde mejor se trata a los musulmanes en la España peninsular.
-Califica a Ceuta y Melilla como laboratorios de convivencia.
-Laboratorios de convivencia, pero no de compenetración. Los musulmanes de esas ciudades consiguieron hace más de un siglo el derecho a residir en ellas. A mediados de los ochenta se les agilizó obtener la nacionalidad y ahora les falta la equiparación en las instituciones. No es razonable que en los kilométricos gobiernos de Ceuta y Melilla haya un solo consejero musulmán, que muchas veces está de florero.
-¿Marruecos quiere que sus nacionales se integren en los países europeos en los que viven?
-El palacio real quiere que sus emigrantes respeten los valores de los países que les acogen, pero pretende que no pierdan el vínculo con su patria. La inmigración es una fuente de divisas para Marruecos y puede ser un instrumento para ejercer presiones políticas. Cuando la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas estaba en manos de afines al régimen marroquí tomó partido a favor de Marruecos en su enfrentamiento con la activista saharaui Aminatu Haidar, que estaba en huelga de hambre en Lanzarote.
-¿Realmente posible un islam europeo, abierto, tolerante y moderno?
-No es nada fácil, porque numerosos regímenes, empezando por el saudí y el marroquí, tratan de tutelar a los musulmanes residentes en Europa. También intentan abrirse camino entre los jóvenes las organizaciones terroristas surgidas en Oriente Próximo; afortunadamente con menos éxito. Un islam europeo es un objetivo a largo plazo que hay que ayudarles a construir. Si no se logra, la convivencia será más difícil.
-¿Es partidario de dejar que instalen mezquitas países extranjeros que no admiten reciprocidad en la libertad de culto?
-Sí, porque nuestros valores son diferentes. Aspiro a que gocen de libertad de culto y de conciencia todos aquellos que viven en mi país y no sólo los que son originarios de lugares donde se respetan los derechos humanos, empezando por la libertad religiosa.
-Irán y Arabia Saudí se disputan el público de habla hispana con dos televisiones muy distintas.
-Es uno de tantos episodios de la lucha entre dos potencias regionales musulmanas que han creado televisiones vía satélite en español para tratar de seducir al público hispanoparlante. No hay color entre ambas cadenas: la iraní Hipan TV es mucho mejor que la saudí Cordoba Internacional TV. El régimen de los ayatolás deja mucho que desear, pero es preferible al saudí. Podría poner muchos ejemplos, pero me limitaré a uno. En Irán las mujeres conducen y hasta algunas ocupan puestos de cierta responsabilidad. En Arabia Saudí eso es imposible.
-Por cierto, que usted exonera a Pablo Iglesias de estar a sueldo de Teherán, aunque trabajase para Hispans TV.
-Trabajaba como autónomo, con unos ingresos brutos mensuales de 2.800 euros, para 360 Global Media, una productora española propiedad de un iraní y que solo produce para Hispan TV. Cuando era desconocido buscó así un medio que le diera notoriedad. Era el moderador de la tertulia semanal Fort Apache a la que acudían personalidades de izquierdistas, pero no sólo. Iglesias reconoce que un hombre de izquierdas que colabora con el régimen iraní “cabalga contradicciones”. No da la impresión de que eso le haya quitado el sueño.
-En Sevilla hay una polémica por la pretensión de construir una gran mezquita, frustrada en un intento anterior. ¿Es así en todas partes?
-La gran mezquita en una gran ciudad europea es el sueño de muchos musulmanes. En España hay unas cuantas, empezando por Madrid. Muchas de ellas, como la madrileña de la M-30, están en manos de Arabia Saudí. Dentro de poco los saudíes inaugurarán otra, en Las Palmas, gracias a un concejal de Podemos que les cedió unos terrenos. La gran excepción en España y en Europa es Barcelona, en donde hay todo tipo de reticencias. Eso demuestra el doble lenguaje de una parte de la clase política catalana; amable en teoría con los musulmanes, pero con muchas trabas en la práctica.
-El presidente mauritano Abdallahi le dijo en 2008 en Madrid que “es vital que la democracia tenga éxito en un país árabe”. A la vuelta le dieron un golpe de Estado. Usted revela que el CNI lo sabía: España prefirió seguridad a democracia.
-Lo sucedido en Mauritania en 2008 se repitió en Egipto en 2013 y sucederá en otros lugares. Europa cree que los dictadores la defienden de los terroristas. A medio o largo plazo no tendremos ni democracia ni seguridad, pero quienes han hecho esa apuesta ya no estarán. La clase política es cortoplacista.
-Usted propugna que la tercera potencia turística mundial tenga productos halal para atraer más visitantes musulmanes.
-Comparada con otros países europeos como el Reino Unido, España no es amigable para el turista musulmán. Poner el halal a su alcance es una manera de fomentar el turismo musulmán -sobre todo del Golfo, Indonesia y Malasia- en la tierra de Europa con más patrimonio islámico.
-Hace un paralelismo de Medina Azahara con Petra (Jordania) o Palmira (Siria), que son dos ciudades espectaculares. Habría que seguir con las excavaciones...
-La mayor parte de la ciudad cordobesa está aún sepultada. Hay que reconstruir la ciudad hasta donde sea posible y erigir hoteles y restaurantes en sus cercanías. Si Pompeya tiene tres millones de turistas anuales, habría que intentar que Medina Azahara logre, cuando haya emergido, al menos un millón. A día de hoy sus visitantes no llegan a los 200.000, una cifra similar a la de Palmira en Siria en 2010, antes de que estallase la guerra. Y Palmira está en las quimbambas…
-¿Una ruta del legado andalusí de Córdoba a Granada tendría gran tirón internacional?
-La ruta del Califato, de Córdoba a Granada, ya existe, pero no se rentabiliza con publicidad, guías, hoteles con encanto y una agencia que coja al viajero en Abu Dhabi o Yakarta y le traiga de la mano. La web del Legado Andalusí no da pistas de cómo organizar el peregrinaje musulmán. Si se apuesta por esa ruta, funcionaría como funciona el Camino de Santiago.
-¿Será beneficiosa esta tercera invasión de Europa por inmigrantes y refugiados?
-Los países que reciben a inmigrantes y refugiados se enriquecen, si saben encauzarlos, y los que los pierden se empobrecen. Los que vienen ahora a Europa consideran que es el mejor lugar del mundo, junto con Norteamerica, y confían en poder labrarse aquí un futuro para ellos y sus hijos. Nos ‘invaden’ porque les atraemos mucho más que el Estado Islámico o el régimen de Bachar el Asad.
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