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lunes, 29 de agosto de 2016

¿Te atreves a cambiar? el Huffington Post


Psicoterapeuta y profesor, Instituto Galene

Ilustración: Alfonso Blanco







La solidaridad te abre el corazón y te conecta con el mundo. Tengo un grupo de whatsapp con mis compañeros de medicina de promoción que finalizamos en 1982. Entre chistes y comentarios, el otro día me llegó un contenido llamando a la solidaridad, que voy a copiar y que me hizo pensar y cuestionarme algunas cosas de nuestro mundo. Lo leí al ir a acostarme y aquel impacto debió seguir trabajando mientras yo dormía. Lo escribía una compañera mía médica en relación a una sobrina suya que trabaja para una ONGD. Uno de mis compañeros, que es el actual presidente del Colegio Oficial de Médicos de Madrid y cooperante manifiesto, corroboró la seriedad de la ONGD y nos pasó sus datos. El mensaje decía lo siguiente:
Hola,
Desde hace dos años mi sobrina es voluntaria de Zerca y Lejos, un ONGD que trabaja en Camerún, sobre todo en el sur, pero también en la región del extremo Norte, aunque por supuesto con muchas más dificultades.
Desde que Boko Haram, el grupo terrorista, comenzó a atentar en esta zona, la situación ha ido de mal en peor, el miedo generado ha provocado el cierre de la mayoría de las escuelas de la región y es la de Zerca y Lejos una de las pocas que permanece abierta, la escuela de Ndrock. Con esta situación instalada, los 340 niños que ya nos costaba escolarizar el curso pasado por falta de fondos, son ahora más de 600.
Queda menos de un mes para que vuelva a empezar el curso escolar, como decía vamos a contrarreloj.
Necesitan 117 socios que colaboren con 10€ al mes para poder decirles qu,e aunque todo vaya en contra, nosotros seguimos estando seguros que, igual que nosotros la tuvimos, ellos, niños que viven en la guerra, se merecen tener una educación.
Así que, si quieres y puedes colaborar, sé una de las 117 personas que ayudan a otras 600 personitas en el norte de Camerún. Por supuesto podéis pasarlo a todos vuestros contactos, padres, tíos, amigos y cualquiera que quiera ayudar.
Muchas muchas muchas gracias por adelantado!
Viviendo en España, un país en PAZ, con nuestro nivel de progreso, de comodidades, seguridad, y las necesidades cubiertas, las penurias que intuyes que pueden estar pasando en aquella escuela saturada y sin recursos, en un país en guerra y amenazados por un grupo terrorista tan inhumano como Boko Haram, me golpearon en lo más profundo.
¿Qué puedo hacer yo, desde aquí, tan lejos?, me pregunté. Hacerme socio como me pedía el mensaje, por supuesto ya me hice, pero... ¿puedo hacer algo más? La noche debió ser activa, allá por mi inconsciente. Han pasado varios días y no se me quita de la cabeza el sufrimiento ajeno de aquellos niños que necesitan muchísimas cosas, pero que no pueden ni tan siquiera formarse en la escuela básica.
Hace tres años, mi querida amiga Annette Kreutz, psicoterapeuta familiar en Valencia, nos invitó a mi mujer y a mí, a un cumpleaños muy especial. La cumpleañera y anfitriona de la fiesta nos pedía que lo que le fuéramos a regalar a ella, lo donásemos a un proyecto de construcción de una escuela en la India que Annette estaba liderando.
Con antelación, Annette había viajado a la India y se emocionó al oír el deseo que tenía su guía Pawan de cumplir el sueño de su padre: "construir una escuela en su pueblo natal". Los niños tenían que viajar varios kilómetros andando para poder ir a la escuela del pueblo más próximo. Entonces no había más que un terreno vacío en un pueblín del centro de la India, y gracias a la iniciativa de Annette y al apoyo de muchos de sus amigos, actualmente ya existe una escuela donde asisten a diario 353 niños con muchísima ilusión. Todavía necesita muchísima, ayuda pero ya está en marcha.
Hace unos meses me invitaron a una subasta de arte con fines benéficos. La convocaba la Fundación Cris para la investigación del cáncer. Me conmovió lo que tantas personas pueden aportar para ayudar a los demás.
Lo más bonito de esto es que si dejas que se produzca ese cambio en ti, comenzará una cadena de cambios interiores.
Tres historias que te hacen cuestionarte la injusticia de este mundo. La suerte o la desgracia por nacer en un sitio o en otro, en un momento u otro, en una familia o en otra diferente o sufrir una enfermedad grave. Las necesidades básicas sin cubrir de tantos millones de personas en contraposición de tantas familias ricas, poderosas, que disfrutan de sus lujos.
Está claro que podemos hacer donaciones y las hacemos. Los españoles somos generosos y desde aquí os animo a serlo más. Haceros socio de zerca y lejos (www.zercaylejos.org), donad para que avance la escuela de la India "C.L Memorial Public School" (http://www.clmemorialschooltrust.com/), ayudad a la investigación del cáncer (http://www.criscancer.org) , a Unicef (https://www.unicef.es) y a tantos proyectos maravillosos de ayuda que parten de iniciativas españolas. Pero aun así me parece que deberíamos hacer algo más, algo distinto y por supuesto sobre lo que yo no tengo la solución. Tan solo el deseo de aportar, la sensación de que juntos podemos hacer que algo cambie en el mundo.
Lo que me causó tanto impacto del mensaje del whatsapp fue imaginar el impulso y motivación interior que nace en alguien que se va allí, a un sitio perdido a hacer que pasen cosas. Perder la seguridad, las comodidades y todo los derechos que ya traemos de serie por haber nacido en España y lanzarse al riesgo y a la incertidumbre para lograr un cambio real.
Todo cambio comienza con una toma de conciencia, cuando nos damos cuenta de algo desde dentro, algo que pone en marcha algún mecanismo interior dirigido a una toma de decisión que a su vez lleva a una acción. A veces ni tan siquiera somos conscientes de esa decisión y ya estamos actuando.
Si estás leyendo esto y has llegado hasta aquí, es que el tema no te es ajeno. No dejes pasar el momento, ¡actúa!. Cambia en positivo. Estimula tu solidaridad. Deja que se inicie algún cambio interior para conseguir una acción diferente en el exterior. Si tu realidad te lo permite, hazte voluntario, ofrécete para alguna misión de ayuda o para algún proyecto solidario. Si esto no fuera posible, existen multitud de pequeñas acciones que todos podemos realizar a diario para que nuestro mundo cambie. Sé más amable con los que te rodean. Conocidos o desconocidos, todos agradecemos que alguien sea afectuoso con nosotros. Dedícale un poco de tu tiempo, un gesto amable, y será un verdadero regalo para su corazón. Estoy convencido de que si hacemos algo por el otro, algo se moverá en él y generará un cambio. Parece lento pero es efectivo.
Lo más bonito de esto es que si dejas que se produzca ese cambio en ti, comenzará una cadena de cambios interiores. Te sentirás mejor persona, estarás más abierto al contacto con el otro y con el mundo, serás cada vez más rico, mejorarán tus relaciones, así se produce una espiral de cambio interna que se hará externa y que ayudará a cambiar aunque solo sea un poquito a nuestro maltrecho mundo.

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