Los pequeños escarabajos perforadores se han hecho epidémicos.
RAMÓN UBRIC
Fueron los pinos, particularmente pinos resineros (Pinus pinaster), procedentes de las reforestaciones que se llevaron a cabo en la Sierra de Baza en las décadas de los años 60 y 70 del pasado siglo, los primeros árboles que comenzaron a morir de una forma masiva, hasta el punto de que en tan sólo 5 meses se estiman que han podido perderse unos 100.000 árboles en la Sierra de Baza. Según informa la revista digital Sierra de Baza, "estando ante algo sin precedentes en los montes de Andalucía, dado el número tan elevado, y en tan poco tiempo, de árboles que han muerto, en lo que ya ha pasado a calificarse como la mayor tragedia forestal sufrida por los montes públicos de Andalucía". Una mortandad que había sido propiciada por la sequía -que había provocado una situación de debilitamiento en los pinos resineros- y que venía determinada por una agresiva plaga de cochinilla de los pinos resineros (Matsucoccus feytaudi), una especie poco estudiada y conocida capaz de tener una grave incidencia patógena en la salud de los pinos resineros -la única especie de coníferas a la que afecta-. A su vez, tal situación ha favorecido que fueran masivamente colonizados por unos pequeños escarabajos perforadores como Tomicus destruens, Tomicus minor o Orthotomicis erosus, entre otros escolítidos, "que son los que han terminado de rematarlos".
Pero este planteamiento se ha complicado notoriamente en las últimas fechas, cuando hemos podido comprobar que las especies de árboles que están muriendo en la Sierra de Baza no son sólo pinos resineros, a la única especie que afecta la cochinilla de los pinos resineros (Matsucoccus feytaudi), la que precisamente toma su nombre popular por ser exclusiva de esta, sino que también estaban muriendo otras especies de coníferas, como eran pinos silvestres (Pinus sylvestris) o pinos laricios o salgareños (Pinus nigra), pero particularmente cedros (Cedrus atlantica), una especie alóctona que se plantó en la década de los años 60 y 70 del pasado siglo, particularmente a lo largo de los caminos, de forma ornamental y de los que ahora han muerto centenares en los últimos meses en la Sierra de Baza, sin que ninguna de estas especies pueda haber sido afectada por la cochinilla de los pinos resineros (Matsucoccus feytaudi), exclusiva de esta última especie de conífera, los Pinus pinaster o resineros.
Proyecto Sierra de Baza ha querido saber "por qué razón están muriendo tantos cedros en las zonas afectadas por las plagas de la Sierra de Baza" y han comprobado cómo están masivamente invadidos por insectos perforadores, los que han dejado impresa su firma en el interior de la corteza y sobre el tronco, habiendo identificado entre ellos al Orthotomicus erosus, muy activo en pleno mes de diciembre.
Asimismo, Proyecto Sierra de Baza ha podido localizar muchos pinos resineros muertos, en los que no hay el menor rastro de que hayan sufrido la plaga de la cochinilla del pino resinero. "Si a estos le unimos que son muchos los pinos de otras especies distintas que han muerto en los últimos meses, nos ha llenado de enorme preocupación y dudas, al comprobar que no está detrás de todas estas muertes de árboles la cochinilla de los pinos resineros".
También han localizado ejemplares de gran porte y vigor, de muy diferentes especies de coníferas, que siguen muriendo, por lo que estiman que las plagas de escolítidos de la Sierra de Baza se han hecho epidémicas y están afectando de forma masiva a todas las coníferas que se encuentran en el territorio infestado y no sólo a ejemplares debilitados y enfermos de pinos resineros, como sí pudo ocurrir en un principio, cuando se desencadenó esta situación letal, sino que en estos momentos estos pequeños escarabajos perforadores se han hecho epidémicos y están terminando con todas las coníferas que encuentran a su paso, sin distinción de especies, lo que está agravando aún más esta problemática, por lo que se hace necesario que no se demore ni un día más afrontar soluciones urgentes y efectivas para combatir estas plagas, que de una forma increíblemente rápida están terminando con las masas forestales de la Sierra de Baza.
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