De Fitur los políticos han vuelto como quien vuelve de un viaje a Laponia a ver a Papa Noel
Seducidos por la innegable belleza de las matemáticas, aun sin llegar al orgasmo de resolver una ecuación diferencial de segundo orden, algunos de nuestros políticos suelen dejarse arrebatar por la contundencia de las cifras para evidenciar los éxitos de su trabajo, sin entender que si las cifras son ineludibles para gestionar un campo de pepinos, igual la gestión de una ciudad requiere algo más de complejidad.
De Fitur, un acontecimiento que, en serio, debiera estar prohibido para los políticos, han vuelto como quien vuelve de un viaje a Laponia a ver a Papa Noel; sonrientes, felices, iluminados, transidos de ilusión y alegría y, sobre todo, con dos números que lo explican todo: 2,8 que son los millones de turistas en este año han venido a Granada y 5,7 que son los millones de pernoctaciones que les corresponden.
Preciosos números a sus ojos de agrimensores expertos que demuestran matemáticamente el acierto del modelo elegido para desarrollo de nuestra ciudad y para compartir con nosotros el chute de endorfinas que se han metido en Fitur todas las noches.
Aunque quizás se les hayan olvidado, entre la musiquita del trasnoche y las copitas de las festolinas, algunos números que también forman parte de la gestión de esta ciudad. Y aunque no voy a hacer leña con el 4 que, gracias a unos y a otros, es el tanto por ciento que nos va a subir el IBI a todos los que en esta ciudad tenemos una casa para vivir, sí quiero hablarles de otra cifra, por ejemplo, 37, que son los euros que paga al mes un empresario de la hostelería por tener una mesa ocupando una saturada calle pública en el centro de Granada y que, con un par de rondas de una tarde está pagada y sobrepagada. Lo demás para la caja del hostelero y al erario público, con esa cara de lechuzo que se nos pone a los que no vamos a Fitur, que le vayan dando.
También les puedo dar el número 1 o quizás el 2, que podrían ser los euros que incrementarían, como tasa turística, el precio de una pernoctación y que multiplicados por 6 millones y sumados a un incremento sensato de los precios de mesas y terrazas, igual ayudaban a sanear las arcas municipales y a que no nos frieran con el IBI.
Detrás del 1 y del 2, está el 3 que vienen a ser, según cuentan, los euros que cobran por hora los camareros sin convenio y otra combinación también simpática: el 2 y el 10, que se explican en que si trabajas 10 horas en la hostelería, te dan de alta 2 en la Seguridad Social; milagros matemáticos que maquillan la miseria laboral en el sector y, por último otro número, el 29,9 que es el tanto por ciento de paro en Granada que sí que demuestra matemáticamente el éxito del modelo económico turístico que tanto les gusta a ellos.
Por eso, en serio, no vayan más Fitur y piensen en algo urgente.
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