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jueves, 19 de enero de 2017

Ola de frío sin electricidad granadahoy.com

ALBERTO MATARÁN

Desde hace meses se suceden los cortes de luz en el distrito Norte de la capital y en el Área Metropolitana. Las infraestructuras son deficientes y las grandes compañías eléctricas no han hecho suficientes inversiones a pesar de ganar mucho dinero, incluyendo subidas de tarifas como las de estos días en los que casualmente la demanda se dispara. En los barrios ignorados esta situación es todavía más extrema porque el olvido en materia de inversiones es una práctica habitual tanto en las empresas privadas como en la administración pública y además la población es más vulnerable a las subidas de tarifa.
El Estado, sí, el Estado con mayúsculas brilla por su ausencia en estos barrios que es precisamente donde más debería estar presente. La segregación social en las ciudades ha generado históricamente guetos de exclusión donde rigen leyes diferentes a las del resto del territorio. Esta permisividad ha supuesto una vía de escape para las actividades ilegales, al tiempo que genera empleos degradantes para una población desesperada por obtener recursos. En pleno siglo XXI en el distrito norte, en otros distritos de la ciudad, y en numerosos municipios granadinos, mafias y también familias sin otros ingresos están cultivando mariguana en habitaciones o en viviendas completas, con el agravante de que muchas de estas viviendas son de propiedad pública. Al tratarse de interiores utilizan luz artificial que consiguen gratis a través de enganches ilegales. Esta enorme demanda sobrecarga el deficiente sistema de distribución de energía eléctrica y produce los apagones.
El Estado debe acudir a estos barrios para mejorar las infraestructuras y obligar a las compañías eléctricas a invertir también aquí. El Estado debe acabar con las actividades ilegales e incluso pensar en que las drogas blandas ya son legales en otros lugares como Holanda y California. Y, lo que es más importante, el Estado debe desarrollar planes de empleo para dar una alternativa a las miles de familias que llevan años sufriendo la precariedad, el desempleo y la exclusión social.
El nuevo subdelegado del Gobierno, la delegada de la Junta y el alcalde de la capital deben poner todos los medios a su alcance (que no son pocos) para acabar con el sufrimiento de estos barrios, evitando los apagones y evitando que las grandes empresas sigan cortando los suministros a las familias que no los pueden pagar (allí y donde sea), sobre todo con la actual ola de frío. Se ha hablado mucho del sufrimiento de la población por los apagones en Cuba o en Venezuela, pero no podemos olvidar lo que supone vivir sin electricidad en Granada en estos días de frío polar.

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