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domingo, 26 de febrero de 2017

Pensiones: patada a seguir granadahoy.com

                                                                    EL PERISCOPIO


LEÓN LASA

¿La alternativa es endeudarnos más para pagar las pensiones? No es serio tras casi triplicar la deuda pública de 2007 a nuestros díasHabrá que afrontar la cuestión y decir esa incómoda verdad: el sistema es insostenible

Leía hace poco una noticia que, ante el maremágnum de información que nos inunda, nos parece que ha pasado un tanto desapercibida: ante el mayor reto al que se enfrenta la sociedad española en términos socioeconómicos -el pago de las pensiones de quienes ya no trabajan- y ante el pronto agotamiento del Fondo de Reserva (y la negativa a decir la verdad), no se les ocurre otra cosa a quienes dirigen el timón de lo público que sacar la varita mágica y perpetrar un milagro. "El Ejecutivo ya trabaja en la cifra de ingresos adicionales necesarios para hacer frente a las pagas extraordinarias de 2017 y 2018 mediante la emisión de unos 20.000 millones de deuda pública".
He tenido que leerlo dos veces para, debido a mi estulticia, entender la noticia. Sí, para pagar las pensiones seguiremos endeudando a las generaciones venideras. Albricias. ¿De verdad necesitamos en nuestro país gobernantes para llegar a este tipo de soluciones? Permítanme que al menos lo dude. Y que, en cualquier caso, me muestre totalmente en contra de estos acuerdos de, digámoslo coloquialmente, "patada a seguir". Lo que está muy bien en rugby, en uno de esos épicos partidos entre Irlanda e Inglaterra, no debe ser de aplicación a un asunto tan delicado como el de las cuentas públicas.
¿Endeudarnos todavía más para pagar las pensiones? ¿Es esa la alternativa? No parece, no es serio. La deuda pública española, esa enorme bola de nieve que apenas conseguimos que no crezca en la época de vacas gordas, casi se triplicó desde el año 2007 a nuestros días, pasando del 35% del PIB al 102% aproximadamente. Como digo, los esfuerzos para al menos contenerla, en un entorno de tipos muy bajos (qué ocurrirá cuando suban...), han sido enormes.
Por ello -y porque como dice el refrán es "pan para hoy y hambre para mañana"- se nos antoja un recurso chusco para un problema mayúsculo el endeudarse todavía más para solucionar coyunturalmente la cuestión.
No podemos seguir escondiendo la cabeza bajo el ala, y más pronto que tarde habrá que abordar la cuestión y decir esa verdad incómoda: el sistema es insostenible tal y como está montado, entre otras cosas porque las pensiones que se dan de alta son un 30% más elevadas que las que se dan de baja, y porque el ratio de cotizantes/pensionistas no hace sino bajar (no es un problema de natalidad, sino de empleo).
Quien lo haga, quien lo diga, no volverá a ganar unas elecciones, pero podrá pasar a la historia como un político honesto.

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