La limpieza facial es fundamental para una piel sana y bonita: aprende a hacerlo bien.
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¿Te estás gastando el sueldo en cremas y sérums y no tienes la piel reluciente que prometían? Puede que la culpa no sea de la industria cosmética y que tú misma estés fallando en lo básico: limpiarte bien la cara.
Eliminar el maquillaje, las células muertas y los restos de polución de tu rostro es el primer paso para una piel perfecta. Éstos son los cinco errores más frecuentes que se comenten en la mayoría de las rutinas de limpieza y cómo hay que solucionarlos. Ya no tendrás excusa:
NO LAVARTE LAS MANOS ANTES DE LAVARTE LA CARA
Las manos son una fuente inagotable de gérmenes y, si no te lo crees, piensa durante un momento en todo lo que tocas a lo largo del día. Es bueno tomar conciencia y convertir este gesto en el primer paso de tu rutina.
NO DESMAQUILLARTE ANTES
Siempre debes lavarte la cara después de desmaquillarte, sin importar el producto que uses: toallitas, aceites, agua micelar... Todos acaban dejando algún residuo sobre la piel y eso solo se elimina gracias al lavado.
ELEGIR UN PRODUCTO QUE NO ES ADECUADO PARA TU PIEL
Conocer tu tipo de piel es básico para elegir un producto acorde a ella. Un limpiador para piel normal no va a ser capaz de eliminar el exceso de sebo que produce una piel grasa, que necesitaría una acción exfoliante más profunda.
UTILIZAR AGUA DEMASIADO CALIENTE
El agua caliente es una trampa para nuestra piel, ya que puede acabar con la barrera lipídica natural que la protege y propicia la deshidratación debido al calor excesivo. Aún así, lavarse con agua fría tampoco elimina todas las impurezas. Se recomienda apostar por agua templada tirando a fresquita.
NO UTILIZAR UNA TOALLA LIMPIA PARA SECARSE O NO LAVARLA DE FORMA REGULAR
Las toallas suelen ser una fuente de gérmenes. Requisa un par de toallas para utilizarlas en exclusiva. Que nadie más las use y, por supuesto, utilízalas solamente para secarte la cara. Asegúrate de que siempre estén limpias y échalas a lavar una vez a la semana.
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