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sábado, 11 de marzo de 2017

Sexo, mujer y liderazgo granadahoy.com

                                                                         TRIBUNA


JUAN RIVERA-MATA
PhD

Estudié a 2.450 directivos españoles y ellas eran menos diversas que ellos (coincidían con el tipo de personalidad directiva con mayor frecuencia que los hombres)

Sexo, mujer y liderazgo
Mi tesis doctoral sobre liderazgo, sexo y género tuvo varios años de trabajo teórico y dos de agotador análisis estadístico. Al defenderla, el tribunal discutió por qué puse sexo en el título. Lo dejé claro, porque estudiaba el liderazgo de hombres y mujeres (sexo) y lo que ello representaba (género).
El género es lo que supone socialmente ser hombre o mujer. Recuerdo aquella política española que en la ONU dijo que hombres y mujeres son iguales. No somos iguales (sexo), pero debemos tener iguales derechos, obligaciones y consideración (género).
Perspectiva de género: es una aproximación (no ideología) para ver una sociedad bajo un prisma de lo que supone ser hombre y mujer. Suelo citar: "El género es una categorización de las personas a tenor de su sexo que funciona de forma universal, inmediata y perversa" (Eagly). Veo una mujer (u hombre) sé cómo son las mujeres (y hombres) y así sé cómo es esa persona. Esto exige orientaciones sistémicas para estudiar y reducir la desigualdad. Las mujeres estereotipan tanto o más que los hombres: todos asumimos el pensamiento categórico.
Género y lenguaje: la RAE sabe de normas, pero no de neurolinguística. Trump con su "make America great again", con una palabra (again, otra vez), genera un escenario ideal pasado y actual negativo. Zapatero coge el poder y regala el libro No pienses en un elefante e invita a su autor, G. Lakoff, especialista en metáforas políticas; el PSOE tuvo una brillante campaña de comunicación ("el programa oculto", "la crisis es la excusa" etc.). "El líder" es un término correcto para hombres y mujeres, pero crea un marco mental, líder es igual a hombre, que perpetúa la desigualdad (teorias del Gran Hombre). Inventamos "lideresa" , pero el término correcto es caudillo o caudillaje, que rechazamos, pero que refleja el mismo concepto (en Febrero, el New York Times hizo un artículo sobre Trump y caudillaje). El lenguaje importa, y mucho.
Liderazgo y género: mis alumnas me dicen que quieren hablar de liderazgo femenino y yo les pregunto si se refieren al liderazgo de la mujer; es diferente. Se dice que la gestión "femenina" (inclusiva, relacional, motivacional) es más efectiva que la masculina (asertiva, directa, centrada en la tarea); no es concluyente, pero defendible; según eso, podríamos decir que las mujeres son mejores para el liderazgo. Pero la "ventaja de las mujeres para el liderazgo" (Eagly) es incongruente con los datos de acceso a puestos de liderazgo. La realidad es que el "liderazgo" se asocia a organizar, mandar, controlar (aunque se venda que es motivar, apoyar, etc.).
Liderazgo y sexo: hombres y mujeres ejerciendo el liderazgo. Mis estudios, y muchos otros indican que directivos y directivas son muy parecidos (y muy diferentes a la poblacion general de hombres y mujeres). Estudié 2.450 directivos y directivas españolas y ellas eran menos diversas que ellos (coincidian con el tipo de personalidad directiva con mayor frecuencia que los hombres). Pero asumimos que si las mujeres son más empáticas y afectivas que los hombres, todas (incluidas las directivas) lo son. El proceso de categorización por sexo es complejo.
Mujer, poder y empoderamiento:Estudios y datos demuestran que lo que diferencia a las mujeres (y a los hombres) en el poder no es su sexo, sino el poder. Empezamos a tener datos que indican que la mujer en el poder no empodera a las mujeres, no contribuyen a su desarrollo. Tambien encontramos datos significativos de mujeres que tienen problemas dirigiendo a mujeres. Como en todo, en el sexo (hombre-mujer) hay una amplia variedad de formas de ser y comportarse; tenemos que ver en cada situacion el factor más relevante (y no ver solo el sexo).
Hay mucha desigualdad, es injusta y limita la competitividad de organizaciones y países. Sería mejor que las organizaciones políticas y empresariales fuesen más femeninas y con ello facilitasen el acceso de la mujeres al liderazgo, pero creo que no lo son y no lo serán a corto plazo. Mientras no lo sean, hay que defender medidas de avance de la mujer (cuotas, desarrollo, medición por sexos, etc.) y de género (objetivos de bajas paternales, conciliación, flexibilidad horaria) sabiendo que las mujeres en el poder no necesariamente mejoran el poder de las mujeres.
No hay respuestas simples para problemas complejos. Esto del sexo y del género es complejo; el hacerlo simple, nos arregla la vida; el hacerlo complejo, nos la complica. Pero al hacerlo puede que podamos hacer un mundo mejor para mujeres y hombres.

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