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lunes, 19 de junio de 2017

Una Política Agraria Común para el futuro granadahoy.com

                                                                          TRIBUNA


PHIL HOGAN
Comisario europeo de Agricultura

No se trata sólo de producir y vender bien nuestros productos. Debemos fomentar la gestión sostenible de los recursos naturales y la preservación de nuestra naturaleza y paisajes

Una Política Agraria Común para el futuro
En mis numerosas visitas a España, recientemente a la provincia de Córdoba, he podido darme cuenta de la enorme importancia del sector agrícola en este país. No cabe duda de que se trata de un sector estratégico para la economía española. A modo de ejemplo, España exportó el año pasado por valor de más de 9.300 millones de euros de productos agrícolas, lo que la convierte en el sexto mayor exportador de productos agroalimentarios en la UE y a Andalucía, que representa la cuarta parte de esta cifra, en una de las principales regiones agrícolas. Una buena parte de este éxito económico se debe a la PAC y la inversión que aporta a las zonas rurales.
Sin embargo, no se puede ignorar que algunos mercados agrícolas acaban de sufrir una crisis profunda, ni que la agricultura de la UE se enfrenta a una nueva combinación de retos, entre ellos, el cambio climático o la perspectiva del Brexit.
Tenemos que encontrar nuevas herramientas para hacerles frente, y por eso la Comisión ha puesto en marcha este año una amplia consulta, a la que han contribuido 300.000 personas y organizaciones, 25.000 de ellas de España. Las conclusiones de esta encuesta se publicarán el 7 de julio, pero ya puedo anticipar algunas cuestiones.
En primer lugar, tenemos que apoyar una renta agraria viable. En la práctica, esto significa encontrar las herramientas adecuadas para mejorar la posición de los agricultores en la cadena alimentaria, aumentar la competitividad del sector y promover un mayor uso de los instrumentos de gestión de riesgos, así como para aprovechar plenamente la globalización y encontrar más lugares del mundo en donde vender nuestros productos de excelencia. Cada año, solo en Asia, 150 millones de nuevos consumidores se incorporan a la clase media. La mayoría de ellos desearán comprar productos europeos más tarde o más temprano. El reciente acuerdo comercial con Canadá (el CETA) también contribuirá a generar empleo en España y el sector agroalimentario andaluz está excelentemente posicionado para aprovecharlo.
Sin embargo, no se trata sólo de producir y vender bien nuestros productos. Debemos fomentar igualmente la gestión sostenible de los recursos naturales y la preservación de nuestra naturaleza y paisajes, como la dehesa que visité la semana pasada.
En tercer lugar, debemos reforzar el tejido socioeconómico de las zonas rurales, también mediante el relevo generacional. Hay que fomentar el empleo y el crecimiento en las zonas rurales, invirtiendo en investigación y tecnología y, en particular, mejorando el acceso a la financiación, so pena de perder a los jóvenes y los innovadores.
Y, por último, es preciso simplificar y modernizar la PAC, que se ha vuelto innecesariamente compleja a lo largo de los años. Su simplificación, más que un asunto de buena administración, es una cuestión de equidad respecto a quienes más la necesitan, aquellos que tienen menos medios para hacer frente a esta carga.
Mi visita a Andalucía, por invitación de la Ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, sirvió precisamente para convencerme aún más de la importancia de estas cuestiones; en Pozoblanco, al comprobar la importancia de la cooperativa local en la economía de la zona; en la vecina dehesa, al debatir la mejor manera de preservar este sistema de producción con más de mil años de antigüedad; en Genil-Cabra, al comentar con los agricultores locales los retos de la gestión sostenible del agua y, por último, al debatir sobre los planes de desarrollo rural para jóvenes agricultores con el Gobierno regional.
Debo añadir unas palabras sobre el Brexit, un asunto que preocupa mucho el sector agroalimentario. Debemos afrontar el hecho de que, sea cual sea el resultado de estas negociaciones, el Reino Unido se convertirá en un país tercero. No es algo que deseemos, pero han decidido salir y eso es así. Sin embargo, el comercio agroalimentario con el Reino Unido no desaparecerá, pues sus consumidores se han acostumbrado ya a unos productos españoles que seguirán queriendo tener. En cualquier caso, la Comisión hará todo lo que esté en su poder para llegar a un acuerdo que permita minimizar el impacto en el sector.
Éstos son retos difíciles, pero estoy convencido de que podemos hacer frente a ellos si los gobiernos de la UE se toman en serio la modernización de la PAC, y creo que lo están haciendo. La PAC ha sido beneficiosa para Europa durante más de 50 años. Si se moderniza y focaliza en los retos más esenciales, lo seguirá siendo muchos años más.

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