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lunes, 10 de julio de 2017

Granada inicia un estudio de riesgos para hacer frente al cambio climático granadahoy.com

Analizarán cómo afecta la subida progresiva de las temperaturas en los cultivos, en Sierra Nevada, en la salud de las personas, en el ámbito turístico o en el diseño del trazado urbano

El Ayuntamiento de Granada ha firmado el pacto de los alcaldes para el clima y la energía (Pace) en virtud del cual debe llegar a 2030 con una reducción del 40% de sus emisiones. 
Partamos de que en verano hace calor y en invierno frío. Más allá de la evidencia, los datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) revelan una considerable subida de las temperaturas que en Granada se acumula ya durante 14 meses. Desde hace más de un año, y teniendo en cuenta el periodo 1981-2010, las temperaturas son superiores a la media. Sin ir más lejos, este último mes de junio la ciudad superó la temperatura media en 4,4 grados. ¿Ola de calor o cambio climático? La conciencia medioambiental que alerta al mundo de que las cosas no se están haciendo bien también llegó a Granada, que en octubre de 2006 se incorpora a la Red española de Ciudades por el Clima. En abril de 2007 el pleno acordó elaborar una estrategia granadina contra el cambio climático para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. En marzo de 2007 la Unión Europea puso de manifiesto la necesidad de adoptar una política conjunta sobre el clima y la energía, y el 27 de marzo de 2009 Granada se adhiere al pacto de alcaldes. En la última 'revisión' del pacto de alcaldes (que Granada firma en noviembre de 2016), Europa endurece las condiciones y da por hecho el cambio climático instando a las ciudades a tomar medidas para adaptarse a la nueva realidad.
Con su adhesión, las ciudades firmantes se comprometen a llegar a 2030 con una reducción del 40% de emisiones contaminantes, con un uso del 27% de renovables y una mejora de la eficiencia del 27%.
Para dar cumplimiento a estos compromisos, la Agenda Local 21 de Granada, órgano consultor dependiente de la Concejalía de Medio Ambiente, se ha propuesto poner en marcha la primera exigencia de Europa: elaborar un ambicioso estudio de riesgos y vulnerabilidades del cambio climático en Granada y actualizar el inventario de emisiones de la ciudad.
Para poner en marcha el estudio, se ha pedido ayuda a la Fundación Biodiversidad (más de 100.000 euros) que permitirán la identificación de impactos del cambio climático y su entorno en colaboración con el departamento de Física Aplicada de la Universidad de Granada.
El estudio contemplará numerosos escenarios: que pasará en Granada si sube la temperatura un grado, y dos, y tres... y si estos cambios se repiten año tras año... ¿Qué pasará en la agricultura y las cosechas? ¿Y en Sierra Nevada? ¿Cómo afectará esta subida de las temperaturas en el sector turístico? ¿Cómo afectará esto a la salud de los granadinos? ¿Y cómo aumentará el riesgo de incendios? ¿Y el de inundaciones? ¿Cómo se adaptará la ciudad? ¿Habrá que eliminar zonas de hormigón y potenciar las zonas verdes? El volumen del estudio es apabullante, tanto, que habrá que recurrir a técnicos de todas las administraciones de la ciudad, a compañías eléctricas, de suministros, a bomberos...
De momento, la Agenda 21 Local ha elaborado el segundo inventario de la ciudad cuatro años después de que se hiciera el inventario base o de referencia a partir del cual se marcan los objetivos de reducción, tal y como exige el compromiso por el clima con la Comisión Europea.
Los resultados de este segundo inventario, que es como una foto de las emisiones de gases de efecto invernadero que se emiten en un año, muestran una tendencia a la reducción. De hecho el consumo total de energía se ha reducido casi en un 24% y el de emisiones de CO2 en un 23%. Existe un importante aumento en el consumo de gas natural que proviene del incremento exponencial en el desarrollo de instalaciones de gas natural en el sector comercial y residencial desde 2007. Además, aparecen nuevas fuentes de energía en los servicios municipales como la biomasa y el gas licuado del petróleo para algunos vehículos de la flota municipal.
Al margen de estas medidas la capital sigue trabajando para que la mayor parte de la iluminación de la ciudad sea LED. Del total de 30.075 luminarias existentes en Granada, el Ayuntamiento ha actuado hasta ahora en algo más de 5.000 farolas. Esta intervención permite un ahorro de 54.000 euros al año y 64.000 kilovatios hora al año.
Para poner en marcha todos estos proyectos que ayuden a construir una ciudad más habitable es necesario, además de voluntad y concienciación: recursos. Desde la Agenda 21 Local confían en que lleguen las ayudas de la Fundación Biodiversidad, algo que se conocerá a lo largo del mes de julio. Si no fuera así, hay que tener en cuenta que los fondos europeos edusi contemplan una partida destinada a la lucha contra el cambio climático. Claro que el dinero todavía no ha llegado y el trabajo en Granada tiene que empezar ya para dar cumplimiento a los compromisos europeos

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