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miércoles, 16 de agosto de 2017

La fisioterapia se vuelve activa granadahoy.com

En Ogíjares se encuentra uno de los centros pioneros en la aplicación de sesiones integrales en pacientes con lesiones temporales y crónicas

La fisioterapia se vuelve activa REPORTAJE GRÁFICO: JUAN CARLOS DOMÍNGUEZ

Cuando tenemos un accidente o alguna clase de lesión, lo más probable es que el médico de cabecera o especialista recomiende acudir a algún centro de fisioterapia donde nos ayuden a aliviar las consecuencias del contratiempo físico que lastramos.
Sin embargo, en la mayoría de los establecimientos de este tipo, hasta hace no mucho tiempo, la única clase de tratamientos que se ofrecían estaban solo basados en la fisioterapia pasiva, es decir, en aquella clase de técnicas que una persona cualificada aplica sobre el paciente, que simplemente se limita a recibir el masaje o el procedimiento asignado.
En la actualidad, cada vez más centros fisioterapéuticos se van sumando a un método que el Centro de Fisioterapia Ogíjares lleva utilizando desde su fundación en el año 2001: la aplicación de un tratamiento de fisioterapia integral y personalizado a cada usuario, es decir, un ciclo por paciente que incluye en un primer lugar la rehabilitación pasiva, en la que se aplicarán masajes, corrientes, movilizaciones y cualquier técnica realizada por personal cualificado mientras el paciente no hace nada y, en segundo lugar, un periodo de rehabilitación activa en la que el paciente forma parte principal de los ejercicios y estiramientos que debe realizar para mantener a raya su lesión o, en el afortunado caso de que la persona afectada se haya recuperado completamente, para evitar recaídas en la misma.
Con estas premisas se fundó el mencionado centro fisioterápico u
bicado en la calle Veracruz, 1 de la localidad granadina de Ogíjares, en pleno corazón del municipio. La clínica abrió sus puertas en el año 2001, en un pequeño local de no más de 100 metros cuadrados en donde Carmen Aguilar Hernanz, fundadora de la misma y su hijo, Marcos Alguacil Aguilar emprendieron un pequeño proyecto que fue creciendo en pacientes, plantilla y hasta en espacio.
"En el otro local", relata Marcos; monitor terapéutico del gimnasio del centro y uno de los ejes principales de su fundación, "fue donde empezamos con el proyecto mi madre y yo, con ilusión y poco a poco. Allí estuvimos unos tres años, de 2001 a 2005. Al principio solo estábamos los dos." En esos momentos el monitor hacía las veces de recepcionista de la clínica, atendiendo al teléfono, cuadrando horarios, manipulando máquinas como la de magnetoterapia o la onda corta, o realizando tratamientos con láser, ultrasonidos así como estiramientos y ejercicios en colchonetas. Mientras, su madre, Carmen "se dedicaba a realizar los masajes y las técnicas de fisioterapia que necesitara cada paciente."
La plantilla de fisioterapeutas fue ampliándose, así como la cantera de clientes. Por ello, en el año 2005 el centro decide trasladarse a un sitio más grande. Se trata de un edificio de doble planta que acoge el tratamiento integral para el paciente: Una planta baja con un centro fisioterapéutico completo, que en la actualidad cuenta con dos profesionales de la fisioterapia, uno de ellos además especialista en podología. En la planta superior, un pequeño gimnasio de rehabilitación activa regentado por Marcos Alguacil en perfecta sincronía con Inmaculada Puertas Torres, fisioterapeuta en la actualidad al frente de toda la parte de fisioterapia pasiva.
"Mi función como fisioterapeuta en la clínica es recibir al paciente que acude y hacerle una anámnesis, es decir, una recogida de su historial médico, situación actual, patologías, motivo de la consulta y pruebas médicas para que la valoración sea lo más fiable y completa posible. Una vez tenemos el diagnóstico médico procedemos a la exploración física para después decidir el tratamiento que aplicamos. Durante el mismo se va estudiando la evolución del paciente y, si se da el caso, se cambian técnicas. Cuando el paciente mejora, lo que se suele hacer es combinar el tratamiento de rehabilitación pasiva con la rehabilitación activa hasta que termina la función de la primera porque el motivo de la consulta se ha solucionado y ya solo se queda en la activa 2 o 3 días en semana según se valore.
La incorporación del paciente desde la rehabilitación pasiva a la activa se realiza en consenso entre Inmaculada y Marcos, y es ella la que da las pautas al entrenador para que este sepa por dónde empezar en cada caso. Una vez se inicia el proceso de rehabilitación activa, es el entrenador quien toma las riendas y va adaptando técnicas y ejercicios según las necesidades de cada paciente.
"En el gimnasio ofrecemos una rehabilitación más activa en la que el paciente, que ya se encuentra en la última fase de la recuperación, puede empezar a involucrarse y ser partícipe para ayudarse a si mismo mediante ejercicios y técnicas que pueden realizarse de manera independiente y que sirven, además, para conseguir un mantenimiento y un cuidado que evite también las posibles recaídas en la lesión de la que quiere recuperarse", apunta el monitor.
El gimnasio cuenta con seis máquinas especializadas destinadas a fortalecer diferentes partes del cuerpo como pueden ser los brazos, las piernas, la espalda o los abdominales. Además, el local tiene tres bicicletas estáticas, una máquina elíptica y una cinta de correr que se utilizan, principalmente, para calentar los músculos antes de iniciar la sesión de ejercicios y estiramientos así como para mejorar la resistencia y la condición física de los usuarios, los cuales ven día a día cómo su calidad de vida va aumentando a mejor
En los 12 años que lleva en funcionamiento el gimnasio, han sido muchos los usuarios de Granada y provincia que han acudido al mismo. "A mí el gimnasio me ha beneficiado en todo, hasta en el carácter" afirma a este periódico Mari Carmen Morente, una de las pacientes más veteranas de la rehabilitación activa en este centro al que lleva acudiendo desde el año 2008, "porque hay cosas que antes no podía hacer que ahora sí puedo realizar perfectamente, tanto en el día a día como en mis quehaceres, por ejemplo pasar la fregona por casa e incluso hasta para ir a la compra. He pasado de no poder andar más allá de quince minutos debido al dolor lumbar, a recorrerme todo el supermercado de punta a punta o irme de compras una mañana entera".
Actualmente, son cada vez más gimnasios los que se suben al carro de ofrecer tablas de ejercicios que incluyan estiramientos y técnicas que ayuden a restablecer el cuerpo, ya que de otro modo el ejercicio no servirá para nada. Mens sana in corpore sano.

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