-Se dice que "a barco nuevo, capitán viejo". Es capitán de la réplica de una carabela del siglo XV y sólo tiene 38 años. No van los refranes con usted.
-No crea. Llevo más de veinte años en el mar y la mitad como patrón. Nuevo, lo que se dice nuevo, no soy.
-¿Qué diferencia hay entre un puerto español y un puerto de algún país europeo de los que ha visitado?
-El trato. En muelles de España me han recibido con los brazos abiertos y en algunos europeos como si me hicieran un favor.
-Al menos su trabajo le brinda la oportunidad de ver una cantidad innumerable de paisajes.
-Muchos, pero créame cuando le digo que donde más vida hay es en España. Por Europa apenas hay peces y vida marina y, sin embargo, en cuanto entras por el Golfo de Vizcaya empiezas a ver una cantidad de peces que ni te lo crees. El Canal de La Mancha es una aberración. No está nada cuidado. Todo está lleno de basura.
-¿Algún favorito?
-¿Un paisaje? Me quedaría con los que vi en las islas de Wight, en Inglaterra, y Texel, en Holanda. Además me gustó mucho Den Helder, también en Holanda.
-¿Qué singularidad tiene el Estrecho de Gibraltar?
-Es otro escenario precioso. Yo he flotado por ahí en un par de ocasiones y el hecho de enlazar dos países en 14 kilómetros es peculiar.
-Entiendo flotar por navegar y esto último como trabajar.
-Sí, lo diré de otro modo. He trabajado por el Estrecho.
-¿Desconecta del mar en algún momento? Supongo que tendrá otras aficiones.
-Yo soy un enamorado del mar. En Ibiza vivo en la montaña, rodeado de verde, pero estoy a diez minutos de la playa. Allí soy un payés, que es algo similar a un campesino.
-¿Cuánta diferencia hay entre la vida marina y la vida terrestre?
-Muchísima. Quizás le diría que nada que ver. En la carabela sólo nos tenemos a nosotros mismos y a los compañeros. Durante una travesía convives con gente de la que no te puedes alejar si discutes. Es decir, si tengo una pelea con algún marinero, ¿qué hago? ¿Me tiro al agua? Eso lo sabemos y por ello nos llevamos muy bien. Sólo nos tenemos el uno al otro y si tenemos algún problema, entre nosotros nos desahogamos. Tenemos lo que al mundo le falta: entendimiento. La gente hoy en día dispone de múltiples opciones de conectarse entre sí. Una lista gigante de caminos a través de los cuales comunicarse. Sin embargo nadie se entiende. El mundo mira sólo por sí y por su ombligo. A la sociedad le falta empatía y le sobra comunicación.
-Un ejemplo que viene al pelo es Cataluña.
-Totalmente. No sabe la pena que me da un problema como ese. Yo vivo muy cerca de allí cuando estoy en tierra y tanto egoísmo y tantísimo ego me entristece. Nadie quiere buscar un punto común por medio del diálogo. Ni Gobierno, ni Govern. Lo que le decía antes de las carencias de la sociedad también se refleja en sus representantes.
-En el mar, al menos, ¿hemos avanzado? No será lo mismo ser marino en el siglo XV que ahora.
-Es peor aún. Antes, no me refiero en sí al siglo XV, sitúese en la década de los 70 y 80. Los marineros cobraban mucho más que ahora y disfrutaban de mayores permisos. Podían jubilarse antes de lo que se ven obligados a hacerlo ahora. Siento llevarle la contraria en todo (ríe), pero no hemos avanzado.
-Dentro del sector del mar, un gremio que sí ha logrado mejorar sus condiciones ha sido la estiba. No se trabaja en las mismas condiciones que en los ochenta.
-No sabría decirle. Desconozco cómo se trabaja en el puerto de Algeciras y de qué manera, pero en Valencia un estibador curra de manera increíble y no disfruta de unos buenos convenios. Le digo Valencia porque es lo que he podido ver más de cerca. Todo trabajador que consiga mejorar sus condiciones es motivo para alegrarse.
-El Gobierno presentará este mes la Ley de Presupuestos Generales del Estado. ¿Qué inversiones necesita el mar?
-Muchas. Sobre todo enfocadas a su cuidado y conservación. El mar requiere de dinero invertido a fondo perdido, no de concesiones a empresas que después van a disfrutar de un beneficio.
-Contra el narcotráfico sí se invirtió en el mar para evitar la entrada de planeadoras al río Guadarranque en Palmones.
-¿No cree que habría sido más fácil un puesto de la Guardia Civil en su lugar? Aunque tampoco invierten en agentes.
-Habla sin tapujos. Parece como si sólo le diera miedo el mar.
-Al mar no hay que temerlo, solo respetarlo. Lo hago cada vez que me embarco. Todos deberían aplicarse esta norma.
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