"Preocúpate más si no tienes gases que si tienes".
JUAN J.MARTINEZ / WIKIMEDIA COMMONS |
Hace unos días, la empresaria estadounidense y celebridad en el mundo de la cocina Martha Stewart confesó que no come legumbres. "Si no comes legumbres, no tienes gases", afirmó en el programa Watch What Happens Live.
No es que queramos llevar la contraria a Stewart, pero no por dejar de tomar un alimento evitarás las ventosidades.
En cualquier caso, su confesión saca a relucir una importante cuestión: ¿por qué las legumbres dan gases?
Cuando hablamos de legumbres nos referimos a la semilla o el fruto de las plantas de la familia de las leguminosas. En ese grupo se incluyen las famosas judías (alubias, habichuelas, etc.), los garbanzos, las lentejas, los guisantes y hasta los cacahuetes, entre otros.
Para explicar mejor por qué este mágico fruto te hace pegar bocinazos produce gases, la edición estadounidense del HuffPost se ha puesto en contacto con Kelly Hogan, nutricionista clínica en el centro para el cáncer de mama del Hospital Monte Sinaí (Nueva York, EE UU), y con el doctor Charles Mueller, profesor de Nutrición en la Universidad de Nueva York.
"Las legumbres poseen un alto contenido en oligosacáridos, que es un tipo de almidón resistente que nuestro intestino no puede descomponer y se queda sin digerir hasta que llega al colon. Por tanto, los oligosacáridos se descomponen por medio de fermentación bacterial, que produce gases", señala Hogan. "En esto son diferentes a otros alimentos, de ahí que provoquen más gases en comparación con otras comidas".
Dejar las legumbres en agua por la noche y cambiarles luego el agua para cocinarlas ayuda a reducir la cantidad de oligosacáridos.
Hogan recuerda que también hay otros alimentos que contienen oligosacáridos, como las cebollas, el ajo, el puerro, los espárragos, las alcachofas, el brócoli, las coles de Bruselas y el repollo.
La experta añade que algunas legumbres, como las lentejas y los guisantes, suelen producir menos gases que otras. Además, dependiendo de la elaboración, es posible reducir su poder flatulento.
"Dejar las legumbres en agua por la noche y cocinarlas con agua fresca (no el agua donde han estado a remojo) ayuda a reducir la cantidad de oligosacáridos", apunta. "Cocinarlas con kombu, un tipo de alga marina, también contribuye, ya que contiene una enzima que ayuda a descomponerlas. Asegúrate también de aclarar las legumbres que vengan en bote, ya que estos oligosacáridos son solubles y se pueden quedar en el agua".
De todas formas —y para desgracia de Martha Stewart—, no es posible evitar los gases por completo simplemente dejando de tomar legumbres.
"El gas no sólo lo produce la comida, sino el aire 'tragado' que pasa a través del tracto intestinal", cuenta Mueller. "Puede que te den vergüenza las flatulencias, pero es una función normal del organismo. Preocúpate más si NO tienes gases que si tienes. Si notas cambios en tus hábitos intestinales (demasiadas flatulencias o ninguna, calambres, hinchazón, estreñimiento o diarrea) que no se resuelven, es hora de ir al médico".
Así que, la próxima vez que comas legumbres y se te escape un pedo, puedes contar a las desafortunadas personas que tengas alrededor que sería más peligroso si te lo aguantaras. ¡Son órdenes del doctor!
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