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domingo, 31 de diciembre de 2017

¿Cómo puedo ayudar a un ser querido que tiene problemas con el alcohol? elhuffingtonpost

Quizás no encaja con el estereotipo de persona alcohólica, pero hay ciertas señales que indican que puede tratarse de una adicción.


Muchas personas beben alcohol para socializar o para relajarse después de un duro día de trabajo. A menudo, sin embargo, olvidamos que se trata de una sustancia que puede resultar muy dañina.
"Aunque beber alcohol en ocasiones nos hace sentir placer, hemos de reconocer que a veces desempeña un papel central en nuestras vidas, mucho mayor de lo que estamos dispuestos a admitir", explica al HuffPost Reino Unido Mark Leyshon, responsable de políticas de la organización Alcohol Concern.
"El alcohol está presente en la publicidad y está disponible en todas partes: bares, restaurantes, hoteles, supermercados, en cualquier tienda de barrio y en las gasolineras. Se ha convertido en un producto muy asequible. En ocasiones, resulta más sencillo aceptar una invitación a tomar algo que decir que no; por tanto, es extremadamente fácil que se creen hábitos negativos", señala Leyshon.
El hecho de que esté tan aceptado socialmente lleva a que a algunas personas les cueste más darse cuenta de que su consumo está empezando a ser peligroso, y que además puede causar problemas a sus seres queridos.
Si piensas que un amigo o familiar está bebiendo demasiado, ¿cómo puedes abordar el tema sin que piense que estás exagerando?
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De acuerdo con Leyshon, si no estás seguro de si un ser querido está bebiendo demasiado o si simplemente está tomándose algo para pasarlo bien, lo primero que debes hacer es observar atentamente su comportamiento y detectar señales claves de dependencia.
"Puede que empiece a beber antes de tiempo ese día y se muestre notablemente estresado o ansioso cuando han pasado algunas horas desde su última copa", apunta. "Los efectos del alcohol también se manifiestan, por ejemplo, cuando esa persona tiene resaca, no acude a sus citas o se muestra especialmente irascible", añade el experto.
Carys no tenía aspecto de alcohólica. Era una chica rubia, de ojos azules y veintipocos años. Tenía un título universitario, un hogar y una familia que la apoyaba, no encajaba en el patrón.
Amy* advierte sobre la posibilidad de que tu ser querido no encaje en el estereotipo de una persona alcohólica. Su hermana Carys falleció con 28 años debido al daño irreparable que había causado el alcohol en su cuerpo.
"Mi hermana estaba estudiando en la universidad y tenía 21 años cuando enfermó por primera vez", cuenta. "Estuvimos luchando durante siete años para que Carys recibiera la ayuda necesaria para superar su adicción. A muchas personas, incluidos los médicos, les costó aceptar que Carys era alcohólica y, a menudo, pensaban que estábamos exagerando sus niveles de adicción. Carys no tenía aspecto de alcohólica. Era una chica rubia, de ojos azules y veintipocos años. Tenía un título universitario, un hogar y una familia que la apoyaba, no encajaba en el patrón".
Cuando nos planteemos si un ser querido está abusando del alcohol hay que olvidar las ideas preconcebidas sobre la dependencia de esta sustancia. Si percibimos un cambio notable en su comportamiento, tenemos derecho abordar el tema.
Sé sincero respecto a tus sentimientos, pero también sé sensible con el lenguaje.
Leyshon explica que puede resultar extraño e incómodo sacar el tema del alcohol, y siempre se tiende más a abordarlo cuando estamos enfadados y preocupados; es totalmente comprensible. "Sin embargo, es mejor sacar a colación el tema cuando ambos estéis calmados y sobrios", aconseja.
"Sé sincero respecto a tus sentimientos, pero también sé sensible; por ejemplo, evita usar palabras estigmatizadas, como 'alcohólico', 'borracho'... Habla con ellos acerca de su relación con el alcohol y las consecuencias que tiene para ellos, pero procura evitar hacer críticas demasiado fuertes y emplea un lenguaje positivo, subrayando los beneficios que podría tener para ellos reducir su consumo de alcohol", sugiere el experto.
Puedes probar a tomar medidas prácticas, como tener menos alcohol en casa o quedar a tomar algo en un sitio que no sea un bar de copas, pero Leyshon también asegura que es muy importante ser consciente de que no podemos solucionarlo todo.
"Es normal que queramos hacer todo lo posible para ayudar a alguien a dejar la bebida o a disminuir su consumo e incluso tratemos de esconder el alcohol. No obstante, es esencial recordar que no somos responsables ni estamos en disposición de controlar el consumo de alcohol de nuestros seres queridos", apunta.
"Nosotros no somos el motivo por el que beben y, a la hora de la verdad, ellos son los responsables de solucionar el problema con la bebida y buscar ayuda de profesionales con su médico de cabecera o con otros servicios sociales".
Cuando intentamos ayudar a alguien a disminuir su consumo o a dejar de beber por completo, también es importante reconocer el impacto que esto puede tener en nuestra propia salud.
Cuando su hijo atravesaba su peor época con el alcohol, ella tocó fondo: "Estaba estresada y ansiosa constantemente, era incapaz de dormir. Convivir con una persona adicta me estaba quitando la vida".
Esto es algo que Su* sabe de primera mano; ella ha recibido el apoyo de Solihull Integrated Addiction Service (SIAS), un conjunto de cuatro asociaciones responsables de servicios relacionados con las drogas, el alcohol y el juego.
Su hijo lleva 18 meses sobrio, pero asegura que cuando él atravesaba su peor época con el alcohol, ella "tocó fondo". "No tenía vida. Estaba estresada y ansiosa constantemente, era incapaz de dormir. El hecho de convivir con una persona adicta me estaba quitando la vida lentamente", recuerda Su.
"Todo giraba en torno a mi hijo y su problema con la bebida. Yo me estaba medicando, pero no me servía para nada. Tenía miedo todos los días y me preguntaba si iba a encontrármelo muerto al día siguiente. No salía de casa porque tenía demasiado miedo a encontrarle sin vida cuando regresara. Sentía que había fracasado como madre, que era mi culpa y que le había defraudado. No veía la luz al final del túnel. No tenía la esperanza de que las cosas fueran a cambiar. No quería seguir luchando". Afortunadamente, ambos encontraron apoyo en SIAS.
*Los nombres de los entrevistados se han omitido para preservar su anonimato.

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