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domingo, 24 de diciembre de 2017

Los peligros del infarto femenino granadahoy.com

Médicos advierten que deben agilizarse el diagnóstico así como el tratamiento de la patología en mujeres

Los peligros del infarto femenino
El tratamiento para destapar la obstrucción en el corazón causada por un infarto tarda una hora más en las mujeres que en los varones. Así que hay que concienciar a la población femenina y a los profesionales sanitarios de que es necesario agilizar el diagnóstico y el cateterismo con el que se desbloquea la circulación dentro del corazón para que este órgano no muera. Esa es la advertencia que lanzan médicos especialistas en Cuidados Intensivos. Las causas de esta mayor demora en la asistencia a las pacientes son biológicas y sociales. Por un lado tiene que ver con que muchas mujeres con un infarto presentan síntomas más difusos que el típico dolor en el pecho que se irradia principalmente hacia el brazo izquierdo con sudoración y náuseas. Suele ser un dolor más solapado, falta de aire o sensación de ansiedad porque ya el infarto está provocando un fallo cardiaco. "La mujer no reconoce su sintomatología como dolor torácico isquémico [de un infarto]. Por lo que se retrasa el tiempo para acudir al hospital o solicitar ayuda. Y al no reconocer la sintomatología como grave, antepone cuidados familiares o laborales a lo que le está pasado", sostiene la especialista en Cuidados Críticos y Urgencias María Victoria de la Torre.
Pero incluso cuando llega a un dispositivo sanitario, también se demora su diagnóstico. A un hombre con un dolor en el pecho rápidamente se le hace un electrocardiograma para confirmar o descartar un infarto. En el caso de las mujeres, como muchas presentan unos síntomas más difusos, la entrevista clínica se alarga y en consecuencia se retrasa el electrocardiograma. "Eso si se pide electrocardiograma, porque en ocasiones no manifestará dolor torácico y en otras, al manifestar ansiedad o depresión, se le tratará este síntoma sin tener en cuenta que puede ser un infarto", alerta De la Torre.
LAS MUJERES SE INFARTAN MÁS TARDE QUE LOS HOMBRES Y CON MÁS HIPERTENSIÓN Y DIABETES
En síntesis, que hay factores que juegan en contra de la mujer a la hora de un diagnóstico y un tratamiento rápidos: los biológicos -un menor dolor torácico-, los sociales -su papel de cuidadora- y hasta la propia infravaloración del sistema sanitario. La mujer "ya tiene la etiqueta de ansiosa-depresiva y eso desvirtúa el diagnóstico", señala la especialista.
Según un estudio comparativo hecho en el Hospital Clínico de Málaga de los pacientes que en 10 años han pasado por la UCI de ese hospital, tras presentar los síntomas de un infarto, la mujer tarda 76 minutos en avisar al sistema sanitario frente a los 60 de demora en los varones. Además, la mayor tardanza en la entrevista clínica y por consiguiente en el electrocardiograma provoca que el cateterismo para destapar la arteria obstruida se haga en la mujer a los 290 minutos del inicio del cuadro, frente a los 225 del varón. Es decir, 65 minutos más tarde en la mujer que en el hombre.
Este retraso, el hecho de que las pacientes infartadas suelen ser mayores que los varones con esta patología y que -justamente por tener más edad- padecen más enfermedades asociadas como hipertensión o diabetes hace que la mortalidad hospitalaria del infarto en la mujer sea casi el doble que en los varones. En las pacientes es del 11,1% y en los pacientes, del 6,6%, según el estudio, presentado en septiembre pasado en el Congreso Europeo de Medicina Intensiva celebrado en Viena (Austria).
La enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte en las mujeres en todo el mundo. Entre la población femenina, la enfermedad coronaria suele presentarse unos 10 años más tarde que en los hombres. La razón parece ser que antes de la menopausia, ellas están cardioprotegidas por los estrógenos que son las hormonas femeninas responsables de las características sexuales de la mujer. Pero tras la menopausia, los niveles de colesterol y la tensión arterial tienden a alterarse y el riesgo de enfermedad coronaria aumenta. De ahí que los especialistas aconsejen -además del abandono del tabaquismo, el aumento del ejercicio, la pérdida de peso y el control de diabetes e hipertensión- el desarrollo de estrategias para mejorar los resultados en el tratamiento del infarto en la mujer.
De la Torre apunta que hay dos aspectos claves a la hora de cumplir con estos objetivos. Por un lado, realizar un electrocardiograma -que es una prueba rápida, indolora y barata- ante cualquier sospecha de infarto en la mujer aunque no manifieste la típica sintomatología de dolor torácico con características isquémicas. Por otro, educar a la población para que reconozca de forma precoz los síntomas específicos de esta patología asociados al sexo. De la Torre aporta un decálogo de la Sociedad Americana del Corazón que tiene plena validez en España para afrontar el reto de acortar el diagnóstico y el tratamiento del infarto femenino.
Entre algunas de esas recomendaciones se incluye el aumentar la concienciación de las mujeres, el personal sanitario y los responsables políticos sobre el riesgo del infarto y los síntomas asociados al sexo; mejorar los métodos para su diagnóstico; aumentar el porcentaje de cumplimiento del tratamiento farmacológico; evaluar los factores de riesgo psicosocial -como depresión, estrés o ansiedad- en el desarrollo de las enfermedades cardiovasculares; desarrollar estrategias de prevención secundaria para aquellas pacientes que ya han sufrido un infarto e incrementar la inclusión de mujeres en la investigación clínica cardiovascular. De acuerdo al estudio realizado en el Clínico de Málaga sobre los pacientes con infarto que pasan por su Unidad de Cuidados Intensivos, los varones tienen una media de 60,4 años mientras las mujeres, de 66,5. A su vez, las pacientes presentan más factores de riesgo como hipertensión arterial -65% frente al 45%- y diabetes -32% frente al 25%-. Esta realidad se debe a que las mujeres suelen infartarse más mayores que los hombres y, por lo tanto, con más patologías asociadas, como la hipertensión y la diabetes.
El problema, según advierten los médicos, es que tampoco se debe generar una alarma en la población femenina que llene las Urgencias de casos que no son infartos. Por ello, aconsejan hábitos de vida saludables para su prevención y acudir a un especialista en caso de opresión torácica o cansancio al andar.

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