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lunes, 25 de junio de 2018

Consejos que todo padre necesita cuando sus hijos se ponen enfermos elhuffingtonpost

Seis ideas para hacer con ellos cuando estén malos.


Los padres siempre están ahí para mimar a sus hijos cuando no se encuentran bien: entretenerlos, prepararles su comida favorita, etcétera. Tengan fiebre, vómitos o un constipado, parece que esa es la mejor oportunidad para darles amor y cariño en casa.
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Pero, ¿cómo estar seguros de que deben quedarse en casa? El Servicio Nacional de Salud británico (NHS) sugiere a los padres hacerse las siguientes preguntas respecto a sus hijos:
  • ¿Se encuentra lo suficientemente bien como para ir a clase y hacer actividades durante el día? Si la respuesta es no, es recomendable que se quede en casa.
  • ¿Tiene una enfermedad que pueda contagiar a otros niños o al personal del colegio? Si es así, el niño deberá quedarse en casa hasta que haya pasado el periodo infeccioso.
  • ¿Si una persona adulta tuviera esos síntomas, se quedaría en casa? Si es así, debe quedarse en casa.
A continuación se incluyen algunas ideas para hacer en casa si finalmente optamos por que nuestro niño no vaya al colegio y se quede recuperándose y descansando.

1. Sesión de cine

Flic Everett es madre de dos niños y bromea: "Existe un aparato llamado televisión, pones a tus hijos ahí delante y funciona de maravilla". Y tiene razón (hasta cierto punto). Cuando un niño no se siente a tope, la tele puede ser un buen remedio. Sin embargo, los padres pueden intentar que ese rato frente al televisor sea más especial buscando alguna película de su infancia para disfrutar de la nostalgia. ¿A quién no le encanta El Rey León?
GETTY IMAGES/HERO IMAGES Una madre lee un libro a su hija.

2. Buscar en el baúl de los recuerdos

Siguiendo con el tema de la nostalgia: a los niños les encanta mirar fotos de cuando eran pequeños, ver fotos antiguas o de vacaciones en el iPad o reírse con vídeos de antaño. Tal vez nuestro pequeño pueda ayudarnos a organizar las fotos, esa tarea que siempre dejamos de lado.

3. Una medicina diferente

Muchos adultos recuerdan haber recibido un trato especial cuando estaban enfermos en su infancia: un antojo para comer, un libro que les gustaba leer... Esos recuerdos les hacen sentir que alguien les cuidaba. Prueba a crear algunas tradiciones para los días que haya que quedarse en casa, como por ejemplo una comida especial, un libro o cómic nuevo o unas pegatinas. Merece la pena guardar algunas sorpresas en el armario para días como estos.

4. Romper las reglas

Cuando un niño se está recuperando de una infección no pasa nada por saltarse un poco las normas. Puedes dejar que los niños se paseen por casa en pijama o darles algún dulce que acompañe a los medicamentos. "Mi hija lleva enferma dos días. No le decimos nada cuando se levanta en mitad de la noche y viene a nuestro cuarto, y cuando me pide chocolate no pasa nada por darle una barrita", cuenta Amy Condon.
GETTY Una madre mide la temperatura a su hija.

5. Hora de jugar

Cuando el niño se esté recuperando y tenga más energía, trata de buscar soluciones para romper con el aburrimiento y aprovecha para implicarte en sus juegos mientras lo vigilas. Una idea divertida es crear un refugio poniendo una sábana sobre la mesa o en el espacio entre la pared y el sofá y rellenando los huecos con cojines, una manta o edredón y libros o juguetes. Otra opción es jugar a los médicos y pacientes, dejando que el niño sea doctor de su padre o madre, o de algún muñeco o peluche.
Flic Everett sugiere hacer juegos temáticos. "Nosotros, por ejemplo, hacíamos 'París': veíamos la película Ratatouille, cocinábamos un croque-monsieur, poníamos música acorde a la situación e incluso buscábamos información interesante sobre la ciudad en internet. Además, los niños pueden disfrazarse. A mis hijos les encantaba", apunta.

6. Hacer figuras con arcilla

Podemos dar al niño unos moldes, papel, colores y juguetes. Los más pequeños pueden pasarse horas haciendo figuras con arcilla y barro. Los mayores, si no les apetece hacer manualidades, pueden tirar de ordenador. "Nosotros le dejamos que se suba el ordenador a la cama para que se sienta especial y cómodo. Cuando vemos que mi hijo de 15 años se está recuperando, significa que ya está listo para ponerse al día con lo que están viendo en clase", comenta Sue Carel, madre de cuatro niños.
Cuando se sientan mejor es aconsejable salir a dar un paseo a modo de preparación para volver al colegio con las pilas recargadas.

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