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miércoles, 26 de septiembre de 2018

8 datos sobre la dermatitis atópica pordentro.

La dermatitis es una condición genética y un trastorno autoinmune de unas células conocidas como linfocitos TH2. (Shutterstock)

La  dermatitis atópica es una enfermedad que puede llegar a ser incapacitante y conllevar un manejo prolongado y costoso. Requiere del apoyo de familiares y amigos para sobrellevarla.
En una entrevista con José González Chávez, especialista en dermatología y excatedrático del Departamento de Dermatología del Recinto de Ciencias Médicas explica datos importantes sobre este mal que puede durar toda la vida.
¿Qué es esta enfermedad?
Es una condición genética y un trastorno autoinmune de unas células conocidas como linfocitos TH2. Cuando esos linfocitos están desregulados, liberan unas proteínas que atacan la piel, produciendo el cuadro inflamatorio conocido como  dermatitis atópica. Esas proteínas liberan una sustancia que causa intensa inflamación y edemas, hinchazón en la piel, que produce lo que  llamamos eccema atópica.
¿Por qué dicen que esta condición es un trastorno multisistémico?
Porque además de padecer de la piel, la persona puede tener asociado a esta: asma bronquial, sinusitis, rinitis alérgica, condiciones oftálmicas (de los ojos) y  hasta tener trastornos de conducta como hiperactividad. El paciente puede heredar una o varias de estas manifestaciones en diferentes grados de severidad, desde leve, moderada o severa.
Factores que pueden desencadenarla
Hay factores medioambientales que pueden desencadenar episodios o recaídas de la enfermedad, entre estos: estrés, contaminación ambiental, exposiciones a alérgenos en el aire o la comida e infecciones. 
Las personas que padecen esta condición deben evitar ambientes donde haya cortinas y alfombras, cambios bruscos de temperatura, polen, moho, ácaros del polvo, otros. 
¿Quiénes la padecen?
Típicamente es una enfermedad que comienza desde la infancia. Puede verse en niños desde los dos meses hasta al final de la vida, pero es más común en la niñez y suele mejorar en la adolescencia. Si persiste y se desarrolla después de la adolescencia, suele ser más severa y más crónica.
La incidencia en Puerto Rico es bien alta por los factores ambientales, como los hongos, el polen y el polvo del Sahara.
Síntomas
La picazón intensa es común y puede comenzar antes de que la erupción aparezca. También da  dolor, restricción de movimiento en las extremidades por la inflamación, resequedad en la piel y ardor, entre otras. Se ve la piel seca en varias zonas, como en la parte de atrás de los brazos y al frente de los muslos. Pueden verse zonas de piel en carne viva por el rascado; cambios en el color de la piel. En el caso de la dermatitis aguda, los cambios en la piel pueden incluir ampollas que supuran y forman costras.
Diagnóstico
El diagnóstico es mayormente clínico, y se corrobora con algunos laboratorios. El médico observará la piel y realizará un examen físico para confirmar el diagnóstico o descartar otras causas de la piel seca y con picazón. El diagnóstico se basa en la forma cómo luce la piel y en los historiales personales y familiares.
Equipo multidisciplinario
El manejo de los pacientes con dermatitis atópica puede requerir un equipo multidisciplinarios de médicos que incluye el dermatólogo, pediatra, alergista, neumólogo y psicólogo, entre otros.
Manejo terapéutico
El manejo terapéutico es bien amplio y debe ser supervisado por el dermatólogo.
Éste puede ser tan sencillo como el uso de medicamentos tópicos (se aplican en la piel), o tan complicado como terapias inmunosupresora sistémicas.
Recomendaciones
Entre los problemas que tienen los pacientes es que, por la condición de su piel, se pierde su barrera protectora  y la expone a que se reseque y se irrite con facilidad. Estos pacientes son propensos a padecer infecciones de la piel tales como el impétigo contagioso, las verrugas vulgares y el herpes simple y Molluscum contagiosum, entre otras.
Tomar baños o duchas frecuentes o nadar con mucha frecuencia, resecan más la piel. Por lo que se recomienda baños cortos y, en algunos casos, con bleach bath (cloro diluido) para proteger la piel de la colonización de las bacterias peligrosas que empeoran la dermatitis. Tampoco se deben usar jabones antibacteriales, ni jabones fuertes, porque desgastan más la piel.

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