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viernes, 8 de febrero de 2019

¿Por qué me salen cardenales con tanta facilidad? elhuffingtonpost

Hay gente que siempre está plagada de moratones, y eso tiene una explicación (aparte de por ser torpes).


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Si te caes de la bici o te golpeas la pierna con la mesita de noche, lo más probable es que aparezca una buena marca morada donde se produjo el golpe. Pero, ¿qué pasa si no dejas de acumular moratones de cuyo origen ya ni te acuerdas?
La facilidad para tener cardenales es una queja habitual que los profesionales de la salud están acostumbrados a oír. Un cardenal no es algo de lo que preocuparse si está relacionado con un golpe o un traumatismo menor. Sin embargo, hay algunos casos en los que tener más cardenales de lo normal puede ser un motivo de preocupación.
Estas son algunas de las razones por las que puedes tener más magulladuras de lo normal, y unos consejos de expertos que explican qué hacer al respecto.

1. Puede que se deba a la medicación

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Algunos medicamentos con o sin prescripción pueden ser responsables de tus males cardenalicios.
"Es frecuente que alguien tenga más cardenales cuando toma anticoagulantes, como warfarina, o aspirinas, ya que estos medicamentos sirven para hacer la sangre menos espesa", señala Cynthia C. Obiozor, médica interna, hematóloga y oncóloga en Berkeley, California (EE UU).
Obiozor afirma que el aceite de pescado, la vitamina E y los esteroides crónicos también pueden diluir la sangre y, por tanto, hacerte más propenso a los cardenales.
"Saber qué medicación estás tomando —a veces los jarabes para el dolor de cabeza llevan aspirina, por ejemplo— y evitar los golpes cuando estás tomando anticoagulantes sirve de ayuda, pero por desgracia [los cardenales] son un efecto colateral", explica Roman Bronfenbrener, dermatólogo en Pensilvania.

2. Puede que la dieta sea un catalizador

"El exceso de moratones a veces es una forma del cuerpo de decirte que necesitas una dieta más rica en nutrientes", señala Rachel Fine, dietista-nutricionista en Nueva York.
Fine recalca que la falta de vitamina C, "que ayuda en la reparación de tejidos", puede contribuir a ello.
Lo mismo ocurre con la falta de vitamina K, que juega un papel importante en la coagulación de la sangre, añade Ysabel Montemayor, dietista en Fresh 'n Lean.
Fiona B. Lewis, dietista-nutricionista y fundadora de LLBJ Culinary and Wellness Enterprises en Missouri, recomienda llevar un diario de alimentación para monitorizar qué vitaminas y minerales estás tomando. La experta aconseja tomar pimientos rojos, cítricos, frutos rojos y tomates si quieres obtener más vitamina C en la dieta, además de verduras de hoja verde, col, grelos, espinacas o brócoli para potenciar la ingesta de vitamina K.

3. Has pasado mucho tiempo al sol

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La exposición excesiva al sol también puede ser la culpable de tus moratones, apunta la dermatóloga Tsippora Shainhouse.
"Los rayos ultravioleta destruyen el colágeno y provocan atrofia dérmica [adelgazamiento de la piel], haciendo los vasos sanguíneos más susceptibles a traumatismos exteriores", abunda Shainhouse. "A estos cardenales sin dolor se les llama síndrome purpúrico solar".
Las saunas o las sesiones de yoga caliente también pueden ser un factor.
"El calor vasodilata los vasos superficiales de la piel; por eso te pones rojo después o durante una sesión de calor", señala Shainhouse. "Inmediatamente después, puedes ser más susceptible a microtraumatismos o ruptura de vasos sanguíneos".
Bronfenbrener hace hincapié en la importancia de ponerse protector solar para protegerse de los rayos ultravioleta.

4. Te estás machacando en el gimnasio

Llevarse al límite en el gimnasio o empezar a hacer un deporte de alto impacto suele dar lugar a golpes, así como a desgarros de músculos y fibras de tejido conectivo, por los que pueden aparecer moratones.
"Cuanto más físicamente activo estés, más probabilidades tienes de magullarte o de sangrar", comenta Tania Elliott, portavoz del American College of Allergy, Asthma and Immunology.

5. Échale la culpa a tus genes

Lo creas o no, tener cardenales con facilidad puede ser una herencia de tus antepasados.
"La genética tiene un papel muy importante", asegura Chelsea Hollander, médica interna en CareMount Medical en Cortlandt Manor, Nueva York.
Khalid Saeed, médico de atención primaria en Tampa, Florida, afirma que es más común que las mujeres tengan más cardenales. Pero "si no tienes otros síntomas, no suele ser algo de lo que preocuparse", tranquiliza.

6. A veces ocurre con la edad

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Las personas mayores tienden a tener más cardenales, lo cual Saeed achaca al adelgazamiento de la piel y a que los niveles de colágeno y elastina se reducen con la edad.
Para protegerse, Montemayor recomienda seguir una dieta equilibrada y mantenerse hidratado.
"Entre las vitaminas y minerales que se asocian al fortalecimiento de la piel están la vitamina C, el zinc y el cobre porque desempeñan un papel en la formación de colágeno", agrega.

7. Te estás 'pseudomagullando'

La gente con un tono de piel más pálido observa más cardenales que la media y, por tanto, piensa que tiene tendencia a sufrir moratones con más facilidad, según Obiozor. El daño por el sol a veces da lugar a hiperpigmentación, que también se suele confundir con cardenales.
Además, hay otros problemas de salud que hacen aparecer marcas en la piel. Las personas con diabetes "suelen experimentar decoloración, que a veces se confunde con moratones, pero básicamente son cambios en la piel relacionados con una mala circulación de la sangre", añade.

8. Estás experimentando problemas del hígado

El hígado es responsable de regular los coágulos sanguíneos, así que un hígado dañado puede dar lugar a sangrados y cardenales.
El consumo crónico de alcohol es perjudicial para el hígado y afecta directamente a las glóbulos sanguíneos, lo cual puede hacerte más propenso a los moratones, señala Elliott. Así que cuidadito con beber mucho alcohol...
"Si te haces más cardenales de lo normal y eres un bebedor constante, quizás es señal de que tienes cirrosis", dice Saeed. "Puede ser peligroso para tu vida, así que, por favor, ve a un médico".

9. Puede que tengas una enfermedad subyacente

Si has descartado todo lo anterior, quizá tienes que ir al médico para ver si tienes un problema médico subyacente, como la hemofilia.
Las plaquetas, un tipo de células sanguíneas, son importantes porque contribuyen a prevenir las magulladuras. Cuando la cantidad de plaquetas baja hasta un mínimo, la sangre no se coagula correctamente.
"Un nivel bajo de plaquetas puede ser producido por trastornos sanguíneos. No obstante, también la medicación, especialmente antibióticos, y algunas infecciones graves, pueden dar lugar a un nivel bajo de plaquetas", reconoce Elliott.
Problemas como la hemofilia tienden a ir acompañados de otros síntomas aparte de los cardenales. Pon atención a las hemorragias nasales sin explicación, a un sangrado prologado por cortes o intervenciones médicas y a marcas en la piel sin motivo aparente.
La anemia por deficiencia de hierro también suele generar cardenales. Y en casos raros, algunos cánceres ―como leucemia, linfomas y mielomas― pueden provocar magulladuras por disfunción de plaquetas.

Cuándo preocuparse

La clave es prestar atención a lo que sea (o no) normal para ti.
"Si nunca solías tener cardenales y, de repente, los tienes, es hora de acudir al médico para que lleve a cabo un minucioso historial, revise los medicamentos y suplementos que tomas y, si es necesario, te mande análisis de sangre", sugiere Elliott.
Hollander recuerda que el lugar de los cardenales también es un factor importante para determinar la gravedad de la situación: "Los moratones en el tronco o el abdomen deberían ser evaluados por un profesional médico, ya que puede ser señal de un sangrado más profundo o interno".
Pero los cardenales pequeños en las extremidades suelen deberse a traumatismos menores provocados por la actividad, y de esos no hay que preocuparse. "Por ejemplo, chocarse con cosas en principio es normal, aunque tú no te acuerdes del golpe", recalca.

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