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martes, 14 de abril de 2020

Dar las gracias mejora el cerebro elhuffingtonpost

Cuando se analizó el cerebro de las personas donantes se observó que había regiones del cerebro que se estimulaban de manera selectiva.

Por 
Raquel Marín
Neurocientífica. Profesora de Fisiología en la Universidad de La Laguna (Tenerife)


'Gracias' en distintos idiomas.
La gratitud es un sentimiento que depende del pensamiento. Dar las gracias es una emoción social-moral que juega un papel fundamental en el alimento de las relaciones interpersonales cooperativas. Más allá del beneficio colectivo de una sociedad agradecida, las investigaciones indican que ser agradecido genera procesos neurocognitivos beneficiosos.

¿Me ayudas a aliviar mi dolor?

En un nuevo estudio eligieron voluntarios que debían decidir si ayudaban monetariamente a aliviar el dolor crónico de otras personas, a sabiendas de que el benefactor sería anónimo.

Cuando se analizó el cerebro de las personas donantes se observó que había regiones del cerebro que se estimulaban de manera selectiva. En particular, las regiones asociadas con el refuerzo y la recompensa, lo que generaba una mayor sensación de autoestima. Por su parte, los benefactores activaban otras regiones del cerebro asociadas con la mentalización y la sensación de gratitud. En definitiva, desde el punto de vista cerebral todas las partes salían beneficiadas.

La gratitud se asocia con la emoción moral

Varios estudios han demostrado que ser agradecido desempeña un papel importante en la vida moral y social. Pero además, sentirse gratificado genera sensaciones de “buena vida”, aumentando la sensación subjetiva de bienestar personal, fomento de las relaciones sociales y de la cooperación.

Indirectamente, como se ha comentado en un artículo previo del blog, la sensación de pertenencia a un colectivo social gratificante reduce el riesgo de alzhéimer en un 12%.

“Ser generoso a la hora de agradecer el esfuerzo altruista de los demás puede ser una fuente adicional de bienestar mental y de longevidad cerebral.”

En concreto, las personas sexagenarias que compartían con sus amigos al menos una vez a la semana reducían el riesgo de tener demencia senil posteriormente.

Este hecho se explicaba por el ejercicio de hablar, memorizar y emocionarse con las amistades, aumentando de esta manera la reserva cognitiva. Ayuda a mantener el cerebro a pleno rendimiento de sus facultades.

Obligar no es lo mismo

Por otra parte, se ha demostrado que cuando la ayuda no es voluntaria, sino que de alguna manera las personas se ven forzadas a ser agradecidas, los efectos cerebrales no son los mismos y no se activaban regiones cerebrales asociadas con el refuerzo y la autoestima. En otras palabras, la sensación de gratitud debe ser un valor subjetivo. La sensación voluntaria de agradecimiento genera un mayor beneficio cognitivo.

Beneficio social

Los autores del estudio comentan que en última instancia la gratitud reduce los costes sociales, económicos y sociológicos en su conjunto.

Por consiguiente, ser generoso a la hora de agradecer el esfuerzo altruista de los demás puede ser una fuente adicional de bienestar mental y de longevidad cerebral.

¡Empecemos por darnos las gracias a ti mismo/a por lo que somos y hacemos!

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