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jueves, 29 de abril de 2021

La histeria del conservadurismo: efectos secundarios en la democracia ElHuffPost

 Alberto González Pascual

Director de Transformación. RRHH.

Los integrantes de PP no deberían olvidar cómo se diferencia el conservadurismo de otras formas seductoras de interpretar la realidad.


EUROPA PRESS NEWS VIA GETTY IMAGES
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en un acto en Alcorcón


Con nosotros todos serán felices y dejarán de ser rebeldes; no se exterminarán unos a otros, como con tu libertad en todas partes. ¿Y qué importa que digamos verdad o mintamos?

El gran inquisidor. F. Dostoievski

Regla de oro de un candidato para ganar en popularidad: no está permitido dejar de hablar, aunque la palabra dicha sea un sinsentido. Esta prohibición, en el terreno de la comunicacion política actual, ha transformado el silencio inteligente y la mesura del discurso no solo en señales sospechosas de ocultar la verdad o en rasgos equivalentes a debilidad y vergüenza, sino en las representaciones simbólicas, por lo inaceptables, de lo que supondría una descapitalización para la competitividad de los partidos en las campañas electorales.

Como era de esperar a propósito del caso de las próximas elecciones de la Comunidad de Madrid, el deber de “no dejes de hablar” no ha sido fundamentado en practicar el diálogo de ideas ni tampoco en encarnarse uno mismo en un tábano instruido para despertar a los perezosos de su ignorancia, sino que ha quedado encumbrado en el acto de la vociferación histérica de emociones y agresividad.

La precipitación y la incorrección han dejado de restar puntos ante el veredicto de la opinión pública

De modo que tanto la precipitación como la incorrección han dejado de restar puntos ante el veredicto de una opinión pública tan sentimentaloide como amoral. Ahora, aquellas formas, antaño detestadas, son simples variables dentro de una táctica de venta socialmente aceptada para que cada cual sea escuchado y que gane presencia dentro de la distraída y colérica mirada de los electores; que algo tendrán que “comprar” de lo poco o lo mucho que el frío espectáculo les ofrece.

Esta aceleración sin escrúpulos forma los síntomas histéricos de la comunicación política, es decir, una en la que “no dejar de decir” se convierte en verbo y en la que cualquiera sin logos puede juzgar cualquier fenómeno, aun sin saber de nada ni albergar interés por considerar que es una virtud placentera el abstenerse de insultar y estereotipar las creencias que uno desconoce o de imponer a los demás prejuicios acientíficos.

Esta histeria guarda una relación especial con la paradoja de lo que significa hoy en día tener una mentalidad conservadora en una sociedad cuya economía mundializada funciona con otra regla de oro bien diferente: la de procurar la rotura sistemática de las tradiciones que supongan una barrera al crecimiento ilimitado, al mismo tiempo que entrelazar la apariencia de racionalidad a lo completamente irracional. Esto último lo hace incluso mejor que Yahvé.

La amnesia es la característica principal del paciente histérico. Lo que le sucede a un histérico es que sufre de un estrangulamiento del afecto debido a una vivencia potencialmente traumática, la cual puede ser suprimida de la memoria para apaciguar la perturbación que le genera, o bien puede ser la semilla para construir un recuerdo alternativo, que nunca existió, con el que justifica un modo de actuar particular, generalmente afectado de una excitación amplificada. El histérico adopta como objetivo para sí que su excitación nunca decaiga. En otras palabras, busca estrategias para seguir estimulándola.   

Es vital que los integrantes de Partido Popular, como herederos de la tradición conservadora, destituyan su amnesia

Es vital que los integrantes de Partido Popular, como herederos de la tradición conservadora, destituyan su amnesia y giren su mirada hacia sí mismos en un ejercicio de revisión de aquello que es lo sustancial del conservadurismo, para que no olviden cómo se diferencia este de otras formas seductoras de interpretar la realidad y expresar radicalmente las emociones políticas. De lo contrario, quedarán atrapados por un flujo de excitación que distorsiona la naturaleza de su legado y lo precipita en otra forma de neurosis exuberante que amenaza la calidad de la convivencia democrática.

En su genealogía, la mentalidad conservadora ancla su eje central en fortalecer la autoridad moral, regularmente de inspiración religiosa, y en mantener una confianza de hierro en el funcionamiento de las estructuras económicas y las instituciones del Estado (este no siempre de filiación democrática). En su deseo de conservarlo todo, aspiran a consagrarlo todo. Practican la obediencia, enseñan la disciplina, y se acostumbran a retrasar la gratificación. Están más cómodos elaborando leyes y derechos para una sociedad cerrada que para el conjunto de la humanidad. Por tradición, se esfuerzan en que las normas y costumbres que han ido pasando de generación en generación persistan en las mejores condiciones posibles con una lealtad hacia ellas a prueba de terremotos.

Los enemigos acérrimos del lenguaje político para el conservadurismo siempre fueron la innovación y lo abstracto

Los enemigos acérrimos del lenguaje político para el conservadurismo siempre fueron la innovación y lo abstracto —asimilado esto último como aquel razonamiento lógico capaz de volver obsoletas las certidumbres—. Con desacierto, el conservadurismo demostró una recurrente simpatía por los credos nacionalistas y con el paso del tiempo fue perdiéndole el respeto a las utopías que prescribían un mercado desregulado sin restricciones ni intervencionismos, pero, eso sí, negando sin fisuras la mercantilización del espíritu.

Su clientela era cristalina: apoyar la reproducción de las elites, prodigar una meritocracia para favorecer cierta movilidad social entre las clases trabajadoras y practicar el humanitarismo con las clases pobres y las minorías más desfavorecidas para que pudieran hacer frente a un destino trágico que históricamente consideraban inevitable. Esta sociología, que presumía arrogantemente de ser clara y distinta, es la que sufre de una histeria que ha ido agudizándose en los últimos cuarenta años.

La supresión fundamental que tiene lugar en la conciencia de este paciente colectivo es que las causas y los efectos de las crisis socioeconómicas son rápidamente sepultadas en su inconsciente para que permanezcan mudas y mórbidas. La excitación resultante para lograr este borrado y que la represión patógena tenga éxito es no emplear recursos en tratar de articular una cosmovisión sensata y convincente sobre qué son los seres humanos y qué es bueno para ellos como totalidad.

Así que, aunque caen en la cuenta de que rescatar ciertos valores —compasión, sacrificio, humildad, discreción, rectitud— sería beneficioso para una justicia social recíproca, enseguida los dejan castrados de cualquier posibilidad de implantación lógica y son condenados a existir solo en la retórica de la reacción para abortar cualquier atrevimiento de los suyos de solucionar las contradicciones de sus propias posturas —la más habitual es la de resistirse a aceptar ciertas leyes que la evolución de la sociedad va demandando—. Diríamos que se genera un vacío en su propósito existencial, abocándolo a un estado de alarma y desorientación en el que fabrica ciudades dentro de la ciudad, barrios dentro de cada barrio, fijándose compulsivamente en las similitudes de lo que hay de malo en lo que es diferente mientras desvaloriza lo bueno de lo que vive en la diversidad.

La esperanza de un conservadurismo capaz de dejar atrás esta histeria sería aquel que renegase de convertir al prójimo en un adversario desprovisto de su misma humanidad, oponiéndose con rigor y vehemencia a justificar la codicia, la usura, el racismo, el machismo, la supremacía, el miedo, la mentira y el engaño como medios necesarios e irreversibles para establecer la mejor sociedad posible: una ordenada y orgullosa de sus tradiciones.

El conservadurismo democrático puede sostener que la ciencia no explica todas las verdades sobre la condición humana, que cada individuo tiene una responsabilidad personal por sus actos independientemente del ambiente en el que nace, y que no todas las cosas pueden tener precio. Puede fundarse en que es necesario instaurar prohibiciones más allá de su justificación racional, o en que los hechos morales existen. Puede tener fe en que se puede construir un hogar duradero y conservarlo. Todo ello supone una visión de la naturaleza humana y de la sociedad completamente discutible, pero perfectamente razonable desde el momento en el que queda abierta a la crítica de la razón.

La angustia del conservadurismo por sintetizar una identidad renovada para derrocar del poder al progresismo y la socialdemocracia hace décadas que terminó por hacerles creer, equivocadamente, que la idea de tradición se había atrofiado hasta tornarse inservible. Lo que sucedió es que la dejó abandonada en un páramo hasta que los lobos la encontraron y se apoderaron de ella. El abismo brilla en la oscuridad y los viejos y los nuevos inquisidores, ultraliberales y neofascistas, la usan para repetir la pesadilla del trauma original. Escenificar el mismo abuso fratricida sería un error imperdonable.

Ningún demócrata debería autoengañarse pensando que la libertad se compra con pan y circo. “El hombre vive no solo de pan”, rezó Dostoievski. Aquel suplicio continúa irresuelto en la sociedad de la abundancia o si no ¿por qué sucede que hay quiénes aceptan poner el yugo o bien recibirlo tan solo a cambio de pan? Esto anda en juego en la histeria política de Madrid: rescatar el con-sentido de la palabra para disfrutar mutuamente de la convivencia o rendirse a su vaciamiento.

Granada decadente, la Caixa y el Cubo granahoy.com

 TRIBUNA

JOSÉ PRADOS OSUNA

Economista emprendedor

La Caixa está obligada en deuda con esta ciudad y Granada necesita un impulso del que ninguno de sus representantes y dirigentes sabe dar

Granada decadente, la Caixa y el Cubo

Aparte de haber facilitado la custodia de los ahorros de las familias, las Cajas han prestado una notable ayuda al sistema económico, inicialmente local y con posterioridad, regional. La obra social caracterizó a estas entidades y las distinguió del sistema capitalista que ilumina a los bancos en general. Los patronatos, que velaban por su objeto fundacional, garantizaron su continuidad hasta que el sistema invadió los espacios de estas entidades benéficas. La adaptación a los tiempos modernos y los mecanismos reguladores en mercados abiertos, en los que la solvencia se exigió como garantía de los depositantes, se completó con las aspiraciones del sistema bancario, que no siempre vio con buenos ojos las ventajas competitivas de las Cajas, pues, pues éstas, mimetizaban con la población y el territorio. Hoy ya todos son bancos que se permiten prescindir del territorio y de la población a la que no se le quiere ver por las sucursales. Tampoco se quiere ver a los empleados, sustituidos por ridículos robots o programas de software, (a los que alguno llama con la estúpida palabra, "digilosofía") que tienen la particularidad de asimilarnos con una máquina que repite las mismas cantinelas pero que no tiene corazón. Por ello ya han perdido su trabajo 110.000 empleados y otros 20.000 más que lo van a perder en los próximos meses. En tanto, ante el desconcierto y el sufrimiento, sus dirigentes, impúdicamente, se suben sus sueldos multimillonarios. Es la deshumanización del sistema que tiene como objetivo directo y único el beneficio y las reglas inquebrantables del capitalismo que quiere integrar una tecnología diabólica para estallar como una bomba nuclear contra nosotros mismos.

Granada supo mantener su pequeño sistema financiero procedente de los rentables negocios de la burguesía de principios del SXX. La Vega de Granada, con su fertilidad conocida, dio cabida a los cultivos industriales y fueron conocidos los del tabaco, la vid, la remolacha azucarera, el cáñamo y alguno más. Luego, la falta de renovación y adaptación tecnológica (aquí si fue imprescindible), fueron dando al traste con estos negocios hasta el abandono total y el inicio de la decadencia. ¡Como es posible que una osadía sin límite confunda la tecnificación de los recintos industriales con las relaciones entre seres humanos!

En los tiempos del cambio y de la iniciativa de esa pequeña burguesía, apoyada por la familia Rodríguez Acosta, se apostó por un sistema bancario, llamado industrial y cuyo objetivo fue obtener negocio y rentabilidad mediante la creación de empresas en el territorio, que dieron empleo, actividad empresarial y categoría a la ciudad. El Banco de Granada inició una aventura que aún vive en el esqueleto de lo que fue. Cetursa, Inmobiliaria Granadaban, Vyesa, Strateurop, Condepols, Rincón de Gausa, Equisa, Seguros Galicia, Pultex Iberia, Aguas de Lanjarón, etc. La ciudad de Granada, que lideró Andalucía, tenía una vida plena de ejecutivos, negocios, empleos, actividades y brillo que se perdió por la caída del Banco y la falta de apoyo de gobiernos y sistemas. La Caixa se quedó con el banco, fue quitándose de en medio las empresas y apoyándose en la red de sucursales, a raíz de la fusión con el Banco de Jerez, cubría toda Andalucía. Hoy, quedándose igualmente con la Caja de Granada, cierra también las sucursales, despide a sus empleados (como siempre, Granada, la perjudicada) y hasta borra su sede para que no quede vestigio de aquel ayer. Los políticos de entonces y los de ahora, nulos hasta para el reparto de poder y concejalías, han ignorado el proceder de la Caixa. Aquellos que fueron fichados para dirigir Andalucía y que no dejaron de ir más allá de las concejalías, vienen a cada instante a recordarnos el mal trato que se nos sigue prodigando. ¡Qué maravilloso y benéfico es el eje de transporte de mercancías de Algeciras a Zaragoza! Y de las áreas logísticas que ello supone crear, en tanto se olvidan de las que han de estar presentes en el Corredor Mediterráneo. ¿Porqué no dimiten y se van? y sobre todo, ¿porqué no callan?. La semilla del diablo ha invadido de tristeza esta ciudad y provincia. Ya sabemos que el sistema financiero olvidó la banca industrial y nuestra Caja se perjudicó enormemente de los jueguecitos financieros de bajo nivel y sobre todo de la locura desbocada del ladrillo, de la que todos han huido, incluso desde los pasillos de los juzgados. Sabemos que la misma ciudad de Granada impidió que la Caja entregara a la ciudad un proyecto recopilatorio de su arte, apoyado por todas las élites culturales y hasta por el arzobispo Cañizares, pero la cerrazón incomprensible y manipulada, impidió esta obra y de la que nació el famoso Cubo. Hoy los políticos granadinos y las escasas instituciones que quedan deben exigir a la Caixa que entregue a la ciudad de Granada el citado edificio cuyo destino deberá ser el que pudo haber sido y no fue, como ampliación de la sala de exposiciones de la Obra Cultural y gran centro de arte de toda la ciudad. (Allí tendrá espacio dónde situar la gran colección de arte que Juanma y Paco siempre quisieron donar a Granada y que sus dirigentes, aguerridos guerreros de los sillones, han ignorado). Como sobrará sitio, la otra parte deberá ser usada como gran centro universitario (para que los de la Junta no puedan apropiarse) de promoción de la investigación, la ciencia y el desarrollo del conocimiento, junto a su vecino el Parque de las Ciencias. Podría ser el Gran Parque de las Ciencias y las Artes de Granada.

La Caixa está obligada en deuda con esta ciudad y Granada necesita un impulso del que (raras excepciones, como la Diputación) ninguno de sus representantes y dirigentes sabe dar, salvo la ya manida inclinación de cintura y el correspondiente saludo subordinado a sus superiores de la bella Híspalis.

La homofobia entre los jóvenes granadahoy.com

 

CARLOS COLÓN


Es difícil comprender que jóvenes nacidos en el siglo XXI tengan comportamientos homófobos


Es muy preocupante que aún se produzcan agresiones homófobas. Conseguida la normalización legal y social de la homosexualidad tras una lucha que deja atrás siglos de marginación, vejación y persecución, la noticia de que en Alicante un grupo de 13 personas, al grito de "maricones, hijos de puta, iros de aquí, os vamos a matar", dieran una brutal paliza a un hombre fracturándole el tabique nasal, el pómulo y el fémur, se me representa como el ataque de un fantasma; es decir, de algo que afortunadamente está muerto pero sigue agrediendo e incluso matando. Y si muy preocupante es que esto suceda hoy, más lo es que los agresores hasta ahora detenidos tengan entre 14 y 19 años. ¿Qué veneno les han metido en la cabeza a estos menores y jóvenes nacidos en el siglo XXI para devolverlos a los tiempos de las palizas a los mariquitas y maricones?

No deberíamos perdernos en polémicas sobre algunas reivindicaciones que pueden considerarse exageradas, como la de la terminación en e para visibilizar a las personas que son o se consideran de género no binario, y atender a lo esencial: aún hay, no solo quienes consideran a los homosexuales pervertidos o degenerados, lo que ya de por sí es tan grave como considerar a los negros o a los judíos razas inferiores, sino que además les insultan, acosan, discriminan y agreden. ¿Mucho ruido por un caso aislado en Alicante? No. En las cuestiones que suponen exclusión, señalamiento y agresión a un colectivo no hay caso aislado o pequeño. Ya se trate de homofobia, xenofobia, racismo, machismo o clasismo. Todos (también lo último, que suele olvidarse) son delitos de odio. Algo que debe extirparse radicalmente a través de la educación y también de la represión, haciendo caer todo el peso de la ley sobre los agresores.

Las victorias sobre los prejuicios y las fobias son siempre provisionales. No se puede bajar la guardia. Siglos de persecución no se superan en pocos años. En el último mes se han denunciado agresiones homófobas en Madrid, Sabadell, Barcelona, Valencia o Alicante. Es cierto que están descendiendo en España. Pero esto es una buena y una mala noticia porque a la vez que denota una mejoría indica la persistencia de un mal. Piense cada cual lo que quiera. Pero respete. Tolerancia no es darlo todo por bueno, sino respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias

'Canis orcensis': Descubren una nueva especie de lobo en el yacimiento granadino de Orce granadahoy.com

 

  • Pesaría entre 15 y 20 kilos y vivió hace 1,6 millones de años en la localidad granadina que le ha dado el nombre

Recreación del 'Canis orcensis'.

R. G.

Canis orcensis. Este es el nombre con el que se ha bautizado a una nueva especie de lobo hallada en Orce, datado hace 1,6 millones de años. El descubrimiento se el yacimiento de Venta Micena, situado en el municipio de Orce, que da precisamente nombre al animal. Sus restos -fundamentalmente la dentición- revelan diferencias con respecto a las especies ya conocidas.

El yacimiento conserva uno de los mejores registros paleontológicos de fauna de grandes mamíferos cuaternarios de Europa y del mundo. Descubierto para la ciencia hace 45 años por un equipo de investigadores del Instituto de Paleontología de Sabadell, liderado por Josep Gibert, Orce se ha convertido en uno de los puntos de referencia mundial de la Paleontología y la Prehistoria. La razón es que allí se encuentran las evidencias de presencia humana más antiguas de Europa occidental, localizadas en los yacimientos de Barranco León y Fuente Nueva 3, datados en 1,4 y 1,3 millones de años de antigüedad, consistentes en un diente humano fósil, abundantes piedras talladas y marcas dejadas por su uso en los huesos de los animales de los que se alimentaban estos remotos antepasados nuestros.

En este contexto, Venta Micena, Orce y toda la cuenca de Baza siguen brindando nuevos hallazgos. Ahora, un equipo de paleontólogos liderado por Bienvenido Martínez-Navarro, investigador ICREA en el Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES-CERCA) y profesor asociado de la Universitat Rovira i Virgili (URV), han descrito una nueva especie de lobo de pequeño tamaño, entre 15 y 20 kilos, datado en 1,6 millones de años. Su nombre es Canis orcensis

Mandíbula de la nueva especie

El descubrimiento se ha dado a conocer hoy en un artículo publicado en la revista Comptes Rendus Palevol. Junto a Bienvenido Martínez-Navarro firman Saverio Bartolini Lucenti de la Universidad de Florencia; Mª Patrocinio Espigares, Sergio Ros-Montoya y Paul Palmqvist, de la Universidad de Málaga, y Joan Madurell-Malapeira, del Institut Català de Paleontologia (ICP), indica el IPHES-CERCA en un comunicado.

Este equipo ha reinterpretado todos los restos fósiles del yacimiento correspondientes al género Canis, comprobando que sus datos anatómicos y métricos difieren de los registros clásicos de la especie Canis etruscus, descrita en 1877 en Italia, y se relacionan más estrechamente con los de la especie posterior Canis mosbachensis, descubierta en 1925 en el yacimiento de Mosbach en Alemania, y presente en Barranco León y Fuente Nueva 3, estos dos últimos en Orce. “Ahora bien, la nueva especie identificada en Venta Micena es diferente, pues se caracteriza -asegura Bienvenido Martínez-Navarro- por una dentición con tendencia a la hipercarnivoría, lo que indica que consumía más carne de vertebrados que otros cánidos del Pleistoceno inferior de tamaño similar, cuyos hábitos dietéticos eran más omnívoros, con mayor consumo de vegetales”.

Bienvenido Martínez-Navarro en el yacimiento de Orce. J. M. ALONSO

Esta conclusión, basada en el estudio comparado de su morfología craneodental, “se apoya también en evidencias geoquímicas, como la abundancia de isótopos estables de nitrógeno en los fósiles, que indican unos hábitos bastante carnívoros para el pequeño lobo”, precisa el mismo paleontólogo del IPHES.

Venta Micena es un yacimiento paleontológico con unas dimensiones únicas. Se trata de un nivel horizontal fértil de un metro de espesor, que se puede seguir en superficie durante 2,5 km. Se ha calculado que tiene más de 1 killómetro cuadrado con fósiles, es decir, más de un millón de metros cuadrados con restos paleontológicos, con un promedio de registro de más de 60 fósiles por metro cuadrado. “Probablemente se trate del yacimiento paleontológico más rico del Cuaternario del mundo. Por ello, se ha convertido en una de las localidades más estudiadas del continente”, cuenta Bienvenido Martínez-Navarro.

Su registro de grandes mamíferos fósiles es muy diverso, con abundancia de mamuts, rinocerontes, caballos, hipopótamos, ciervos grandes y pequeños, dos especies de búfalos y cuatro especies de bóvidos más pequeños, conjuntamente con una variedad de carnívoros muy espectacular, entre los que se incluyen dos especies de tigres de dientes de sable, una pantera y un lince, entre los félidos, una hiena gigante, la famosa Pachycrocuta brevirostris, un oso, un tejón y tres especies de cánidos, que comprenden un zorro, un licaón y el pequeño lobo Canis orcensis. A esto hay que añadir dos especies de conejos, cinco de roedores, algunos insectívoros (musarañas) y otros vertebrados, entre ellos algunos escasos restos de aves acuáticas.

“Gracias a esta extraordinaria cantidad de fósiles, durante casi medio siglo se han realizado infinidad de estudios de índole taxonómica, tafonómica, biogeoquímica, ecológica, etc., algunos de ellos de gran proyección científica internacional”, remarca el paleontólogo del IPHES-CERCA y URV.

martes, 27 de abril de 2021

La razón por la que nunca podremos predecir un terremoto ElHuffPost

 Andrés Lomeña

Profesor, doctor en sociología y colaborador de Common Action Forum


Entrevista con Lucy Jones, autora de Desastres.


ANNE CUSACK VIA GETTY IMAGES
La sismóloga Lucy Jones en Pasadena (California, EEUU).


Un sismólogo vive en permanente alerta. El riesgo acecha en todas partes porque los terremotos sacuden la tierra de una forma prácticamente aleatoria, y además, existen muchos otros desastres naturales: volcanes, inundaciones o tsunamis. Lucy Jones ha publicado Desastres (Capitán Swing, 2021), un libro lleno de erudición con las fuerzas de la naturaleza como protagonistas.

PREGUNTA: En un documental de Werner Herzog, un vulcanólogo explicaba cómo esquivar la lava que cae del cielo cuando el volcán ha entrado en erupción. Me pregunto si su vocación y su relación con la sismología es tan intensa.

RESPUESTA: Mi padre era un ingeniero del programa Apolo. Siendo niña, al ver la llegada a la Luna con él en 1969, le conté que iba a ser física y que viviría allí. Estudié física en la universidad, donde conocí a dos profesores de geofísica. Conversé con ellos y me interesé lo suficiente como para dar mi primera clase de geología en mi último año de carrera. Devoré el manual de texto entero, unas 900 páginas, la primera semana porque me pareció tan fascinante que no podía dejarlo. Entonces supe que sería sismóloga.

P: La historia del mundo es una historia antropocéntrica, pero quizás deberíamos relatar la historia del planeta, lo que incluiría los desastres naturales. ¿Cómo sería esa historia?

R: Esto exigiría una definición previa de lo que se considera “importante”. Por ejemplo, en 1783, el volcán Laki provocó el mayor número de muertes (hasta el momento) y contribuyó a la Revolución Francesa. Sumatra fue el primer desastre global que mató a personas de 53 países. El terremoto de Lisboa de 1750 condujo a grandes cambios en la filosofía occidental. El terremoto de Kanto de 1923 contribuyó al militarismo japonés y a la Segunda Guerra Mundial. ¿Qué es más importante para nuestra sociedad?

P: Afirma que algunas personas culparán a los científicos cuando se produzca un desastre natural, por muy imprevisible que sea. ¿A qué atribuye esa desconfianza?

R: La gente necesita chivos expiatorios. Sentimos que tenemos más fuerza y capacidad de control si culpamos a alguien e intentamos vengarnos.

P: Los sismógrafos, como la meteorología, habrán mejorado con el tiempo. ¿Esa mejora tecnológica reducirá la incertidumbre en la predicción?

R: La tecnología mejorará nuestra habilidad de predecir desastres que tienen un proceso preliminar. Los huracanes necesitan formarse y viajar a través del océano para adquirir calor; las nubes tienen que moverse para producir lluvia; el magma tiene que ir de la cámara magmática a la superficie de la tierra para entrar en erupción. Todo eso será más predecible. No hay nada que tenga que ocurrir antes de que un terremoto empiece, así que dudo mucho que los terremotos lleguen a ser predecibles.

P: La escritora de fantasía Nora Jemisin publicó una trilogía donde algunos personajes tienen la capacidad de manipular la energía de la corteza terrestre. La fantasía humana de dominar las fuerzas telúricas se suma a la de volar. ¿Cómo ha cambiado la ciencia su modo de percibir la realidad?

R: Veo el mundo de forma dinámica. Cuando veo una montaña empinada, pienso en los terremotos que la empujan más rápido hacia arriba que los efectos destructores de la erosión. Una llanura alrededor de un río me recuerda a las inundaciones y alguna montaña me hace preguntarme cuándo será el próximo corrimiento de tierra. Es un modo muy interesante de ver el mundo.

P: Quizás quiera dar un consejo final a los lectores.

R: Déjame recordar que los peligros naturales son evitables, pero los desastres naturales no lo son. En realidad, los desastres supuestamente naturales son solo la consecuencia de decisiones humanas.

Restablecido el tráfico en el tramo de la A-7 de Granada afectado por un deslizamiento granadahoy.com

 

  • Tras el deslizamiento de un talud el pasado mes de marzo

Restablecido el tráfico en el tramo de la A-7 de Granada afectado por un deslizamiento


R.G.

El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) ha restablecido este lunes el tráfico en la A-7 entre los enlaces de Carchuna-Calahonda y de Castell de Ferro en Granada, donde el pasado 11 de marzo se produjo un deslizamiento en el talud existente en la margen derecha de la autovía en el punto kilométrico 354+300.

Debido a la magnitud del mismo, las dos calzadas de la autovía fueron sepultadas bajo la tierra, especialmente la calzada sentido Almería. El talud quedó en una situación muy inestable, presentando importantes fracturas, lo que provocó que existiese una alta probabilidad de que se produjesen nuevos desprendimientos sobre la autovía.

Debido a ello, se procedió al corte total de la autovía A-7 entre los enlaces de Calahonda-Carchuna y Castell de Ferro, y se desvío el tráfico por la carretera N-340. Desde esa fecha, se ha trabajado para recuperar la vialidad de la autovía, con objeto de asegurar la estabilidad del talud y así evitar que se produzcan nuevos desprendimientos sobre la autovía y poder restituir el tráfico en condiciones de seguridad. Para ello ha sido necesario excavar más de 40.000 metros cúbicos de tierra.

A partir de este lunes se restablece el tráfico en la autovía, si bien se mantendrán las afecciones al tráfico en la zona de las obras y del enlace de Castell de Ferro. En concreto se habilitará un carril por sentido en la calzada sentido Málaga y, debido a la ocupación de la autovía por las obras, será necesario desviar el tráfico sentido Málaga por el enlace de Castell de Ferro para incorporarlo de nuevo por el ramal del mismo enlace.

Con esta situación se elimina el desvío del tráfico por la carretera N-340 y, a pesar de que seguirán existiendo restricciones en la circulación, el tiempo de recorrido en el tramo Carchuna-Castell de Ferro se reducirá de forma notable con respecto al tiempo usado en el último mes.

Asimismo, se mantendrá cortado, de momento, el ramal de salida del enlace de Castell de Ferro sentido Almería, por lo que el tráfico que quiera acceder a esta localidad en el mencionado sentido de circulación deberá o bien salirse en el Enlace de Calahonda-Carchuna del punto kilométrico 342, o bien continuar hasta el enlace 359 de la autovía A-7 (Castillo de Baños, La Mamola) y realizar un cambio de

lunes, 26 de abril de 2021

En defensa de la educación ElHuffPost

 Jesús Alcoba González

Inspirador interseccional y director de la Escuela de Negocios La Salle



Mantengamos íntegro eso que todo el mundo dice pero que casi nadie se cree: los niños y niñas son los ciudadanos del mañana






XURXO LOBATO VIA GETTY IMAGES
Un profesor da clase el instituto de educación secundario Monelos, en A Coruña.

Solo las almas más inocentes negarían que la educación es una forma de manipulación. En los casos más ligeros se trata de que los niños y niñas encajen más o menos bien en el colorido puzle que es la sociedad. Y en los más severos de que sean ladrillos idénticos con los que construir un muro, parafraseando a Pink Floyd. Sin embargo, ni siquiera los más perversos abogarían por una educación que abiertamente formara inadaptados o delincuentes. Por tanto, que la manipulación que se haga sea buena o mala es algo que, a la vista de los inacabables y a veces feroces debates que a diario presenciamos, depende mucho de las creencias y de la subjetividad de cada uno.
Desde siempre la educación ha estado sometida a una presión vertical que viene de los Estados, de los Gobiernos y de las sucesivas leyes que se van promulgando, en el caso de nuestro país de manera compulsiva. De un tiempo a esta parte, además, se están añadiendo lo que podríamos llamar presiones horizontales. Es decir, opiniones a veces desinteresadas, y a veces no tanto, que pugnan por hacerse un hueco en la agenda del escolar.

Si le preguntan a un economista sobre qué enseñar, sin duda dirá que la educación financiera es algo fundamental. Y no le falta razón. Muchos de nosotros, en general cuando nos enfrentamos a nuestra primera hipoteca, nos preguntamos por qué ese conocimiento, ahora tan crucial, no lo adquirimos en su día en el colegio. Pero si le preguntamos a un médico, nos dirá sin dudarlo que la educación para la salud es clave. Y también es verdad. Si a todos nos hubieran enseñado de niños conocimientos y pautas de alimentación, ejercicio físico y descanso, hoy todos tendríamos una vida más saludable. Y las administraciones de todo el mundo se estarían ahorrando cifras millonarias.

Y así podríamos continuar con el ejercicio: un abogado nos dirá que no conocer el marco normativo nos hace más vulnerables, los artistas dirán que sin la apreciación de la belleza la persona no es persona, los teólogos que sin la vivencia de trascendencia el ser humano es un títere, y así sucesivamente: todo el mundo quiere estar en la agenda del escolar. Incluso segregándolo, si es necesario. Como es el caso de esas iniciativas que están destruyendo décadas de lucha por la coeducación, y por tanto involucionando, aislando a las niñas porque parece ser que ya no interesa construir una sociedad en la que aprendamos juntos aprendiendo a vivir juntos. Logrando así, además, pervertir el acto educativo convirtiéndolo en uno de reivindicación.

En algunos casos la batalla se recrudece porque obedece a intereses comerciales, como es el caso de la tecnología. Desde las marcas que pugnan a toda costa por saturar de pantallas el tiempo escolar —ante el estupor de algunos padres y madres, que consideran que sus hijos ya abusan de ellas en casa—, hasta los que afirman que nuestro país sucumbirá si todos nuestros alumnos no están formados en inteligencia artificial. Y, como en un eterno retorno, vuelve a aparecer el viejo mantra de que todos los niños y niñas deben aprender a programar. Algo que ya sucedió en los ochenta y resultó ser un planteamiento inútil, puesto que en unos años la programación se sofisticó tanto que quedó únicamente en manos de profesionales. Como volverá a suceder ahora y sucederá siempre.

Frente a todas esas presiones horizontales se sitúan los maestros y maestras. Profesionales con vocación que no entraron en la educación para aprenderse las ventajas de un sistema operativo sobre otro, ni para justificar ante los padres de sus alumnos la utilización de la pizarra electrónica —ese incomprensible artefacto que perpetúa la educación magistrocéntrica y que, en muchos casos, yace abandonado sin que se haya llegado a aprovechar ni una mínima parte de su supuesto potencial—. Personas entregadas y sacrificadas que a diario luchan con las presiones verticales, las horizontales y, además, con las que provienen de progenitores afectados de hiperpaternidad, que creen saber de educación solo porque tienen hijos.

Nadie aplaudió el esfuerzo de los profesores en ninguna ventana

A todas estas presiones, por si fueran pocas, se sumó durante la primera ola de la pandemia que cientos de miles de maestros y maestras tuvieron que adaptarse a velocidad de vértigo a la situación. Y en la segunda fueron arrojados a las aulas sin saber aún si las medidas de seguridad sanitaria tendrían éxito. Y por tanto con miedo. Pero nadie aplaudió su esfuerzo en ninguna ventana. No se trata de si unos profesionales hacen más que otros o se exponen más que otros. Se trata de reconocer a todos ellos, porque el reconocimiento no es como un paquete de galletas, que se acaba cuando nos las hemos comido todas.

Defendamos a nuestras maestras y maestros y defendamos la educación. Mantengamos íntegro eso que todo el mundo dice pero que, en el fondo, casi nadie se cree, y es que los niños y niñas son los ciudadanos del mañana: los que intentarán hacer de este mundo un lugar mejor para todos. Poco ayudamos si constantemente los vapuleamos con corrientes y contracorrientes y los manipulamos con cuanta idea peregrina se nos ocurre. Porque eso es lo mismo que abandonarlos a su suerte. Decían Csikszentmihalyi y Rochberg-Halton que “la educación consiste en conseguir que las personas estén intrínsecamente motivadas para perseguir los objetivos últimos que dan sentido a la vida”. Ojalá ese fuera el verdadero propósito en todas y cada una de las aulas cuando se abren cada mañana.

Jugar con fuego granadahoy.com

 TRIBUNA

ANTONIO PORRAS NADALES

Catedrático de Derecho Constitucional

La gobernabilidad, como demostró el desaparecido maestro Giovanni Sartori, se mueve constructivamente por el centro y se pierde por los extremos

Jugar con fuego ROSELL

Por más que lo tenemos repetido en los libros de historia, al final siempre acabamos tropezando en la misma piedra: la reiteración de convocatorias electorales repetidas e inopinadas en contextos de crisis y de fuerte polarización del electorado, sólo pueden acabar generando resultados negativos, como sucedió en la Alemania de los años 30.

Ya lo hemos experimentado en Cataluña en una convocatoria electoral forzada e injustificada, ¿con qué resultados? Evidentemente con un bloqueo político que se tratará de salvar con una previsible repetición electoral donde de nuevo se repetirán los mismos resultados, y así indefinidamente. Jugando con fuego.

Y ahora nos viene una Díaz Ayuso en Madrid, algo sobrecargada de asesores, con una convocatoria inopinada e injustificada cuyo resultado previsible sólo puede ser sustituir al socio Ciudadanos por un nuevo socio Vox. La espectacular y rápida maniobra de corto plazo no ha sido capaz de plantearse una mínima perspectiva estratégica de medio o largo plazo: ¿se ha preguntado Pablo Casado cuál va a ser el volumen de presiones que tendrá que soportar desde Bruselas cuando reciba la llamada de Angela Merckel pidiéndole explicaciones por una alianza con la extrema derecha?

Jugar con la gobernabilidad como si fuera un inocente juguete de efectos inocuos tiene estos inconvenientes. La gobernabilidad, como demostró el desaparecido maestro Giovanni Sartori, se mueve constructivamente por el centro y se pierde por los extremos, ya sean de extrema izquierda o de extrema derecha. Después del reciente tirón de orejas de Bruselas al Ministro de Justicia a propósito de la original idea podemita de modificar el sistema de elección de los miembros judiciales del Consejo General del Poder Judicial, lo debemos tener muy claro. La preocupación de la Unión Europea por la degradación democrática en Hungría o Polonia parece que ha desplazado ahora su foco hacia nuestra península. Y si Pedro Sánchez no ha sido capaz de resistir la presión ¿qué va a hacer el pobre de Pablo Casado cuando desde Bruselas se disparen los truenos y relámpagos?

Las visiones políticas miopes orientadas hacia maniobras de corto plazo contando con el viento favorable de las encuestas, implican un grave ejercicio de irresponsabilidad cuando ponen en juego la gobernabilidad del sistema, tan complicada en el nuevo entorno histórico de pluralismo polarizado e inestable. Y las convocatorias electorales reiteradas en unos momentos de crisis terminal como la que vivimos, vienen a ser como un niño jugando con pólvora con un encendedor en la mano. Seguramente otros líderes más maduros, como Núñez Feijoo, no se plantean este tipo de maniobras.

Y no podemos negar que en España ya se viene preparando el terreno desde hace tiempo: la reiteración de la memoria histórica en el discurso político cotidiano es algo que sólo puede acabar resucitando los fantasmas gerracivilistas de nuestra memoria colectiva, que se activan como una mecha al montarnos en una oleada electoralista reiterada y permanente. Y cuando sopla el viento huracanado de la mayor crisis histórica que hemos vivido, ponerse a jugar con las encuestas y las elecciones como si fueran un inocente instrumento democrático de efectos inocuos, constituye la mayor de las imprudencias.

Como no somos alemanes, el ejemplo de la Alemania de Weimar se nos olvida con demasiada frecuencia: la Constitución de Weimar de 1919 se construyó como un sistema de garantías para frenar lo que entonces se entendía como la principal amenaza política que se cernía sobre Europa, el comunismo soviético. Era como el cuento de "que viene el lobo, que viene el lobo". Y la sorpresa fue que, efectivamente, vino el lobo, pero no era el lobo comunista, de la extrema izquierda, sino un lobo pardo llamado Hitler, de la extrema derecha. El hundimiento de la democracia alemana de entreguerras, en un ambiente de elecciones reiteradas, preludiaba históricamente la tragedia del hundimiento de nuestra Segunda República.

Y ahora, alimentados por dudosos asesores de imagen y por manipuladores de encuestas, algunos de nuestros imberbes políticos se ponen otra vez imprudentemente a jugar con fuego. ¿Se han preguntado, más allá del corto plazo, qué horizontes de gobernabilidad pueden preludiarse, o se trata simplemente, otra vez, del simple juego del reparto de la tarta? Desde luego, nuestros gobernantes parecen tener la misma perspectiva histórica que un niño jugando con fuego.

Por fortuna, ya sólo podemos confiar en que desde el entorno histórico del presente sí tenemos una última agarradera en la que engancharnos: aún nos queda Europa. Que se vaya preparando el bueno de Pablo Casado.