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jueves, 29 de abril de 2021

Granada decadente, la Caixa y el Cubo granahoy.com

 TRIBUNA

JOSÉ PRADOS OSUNA

Economista emprendedor

La Caixa está obligada en deuda con esta ciudad y Granada necesita un impulso del que ninguno de sus representantes y dirigentes sabe dar

Granada decadente, la Caixa y el Cubo

Aparte de haber facilitado la custodia de los ahorros de las familias, las Cajas han prestado una notable ayuda al sistema económico, inicialmente local y con posterioridad, regional. La obra social caracterizó a estas entidades y las distinguió del sistema capitalista que ilumina a los bancos en general. Los patronatos, que velaban por su objeto fundacional, garantizaron su continuidad hasta que el sistema invadió los espacios de estas entidades benéficas. La adaptación a los tiempos modernos y los mecanismos reguladores en mercados abiertos, en los que la solvencia se exigió como garantía de los depositantes, se completó con las aspiraciones del sistema bancario, que no siempre vio con buenos ojos las ventajas competitivas de las Cajas, pues, pues éstas, mimetizaban con la población y el territorio. Hoy ya todos son bancos que se permiten prescindir del territorio y de la población a la que no se le quiere ver por las sucursales. Tampoco se quiere ver a los empleados, sustituidos por ridículos robots o programas de software, (a los que alguno llama con la estúpida palabra, "digilosofía") que tienen la particularidad de asimilarnos con una máquina que repite las mismas cantinelas pero que no tiene corazón. Por ello ya han perdido su trabajo 110.000 empleados y otros 20.000 más que lo van a perder en los próximos meses. En tanto, ante el desconcierto y el sufrimiento, sus dirigentes, impúdicamente, se suben sus sueldos multimillonarios. Es la deshumanización del sistema que tiene como objetivo directo y único el beneficio y las reglas inquebrantables del capitalismo que quiere integrar una tecnología diabólica para estallar como una bomba nuclear contra nosotros mismos.

Granada supo mantener su pequeño sistema financiero procedente de los rentables negocios de la burguesía de principios del SXX. La Vega de Granada, con su fertilidad conocida, dio cabida a los cultivos industriales y fueron conocidos los del tabaco, la vid, la remolacha azucarera, el cáñamo y alguno más. Luego, la falta de renovación y adaptación tecnológica (aquí si fue imprescindible), fueron dando al traste con estos negocios hasta el abandono total y el inicio de la decadencia. ¡Como es posible que una osadía sin límite confunda la tecnificación de los recintos industriales con las relaciones entre seres humanos!

En los tiempos del cambio y de la iniciativa de esa pequeña burguesía, apoyada por la familia Rodríguez Acosta, se apostó por un sistema bancario, llamado industrial y cuyo objetivo fue obtener negocio y rentabilidad mediante la creación de empresas en el territorio, que dieron empleo, actividad empresarial y categoría a la ciudad. El Banco de Granada inició una aventura que aún vive en el esqueleto de lo que fue. Cetursa, Inmobiliaria Granadaban, Vyesa, Strateurop, Condepols, Rincón de Gausa, Equisa, Seguros Galicia, Pultex Iberia, Aguas de Lanjarón, etc. La ciudad de Granada, que lideró Andalucía, tenía una vida plena de ejecutivos, negocios, empleos, actividades y brillo que se perdió por la caída del Banco y la falta de apoyo de gobiernos y sistemas. La Caixa se quedó con el banco, fue quitándose de en medio las empresas y apoyándose en la red de sucursales, a raíz de la fusión con el Banco de Jerez, cubría toda Andalucía. Hoy, quedándose igualmente con la Caja de Granada, cierra también las sucursales, despide a sus empleados (como siempre, Granada, la perjudicada) y hasta borra su sede para que no quede vestigio de aquel ayer. Los políticos de entonces y los de ahora, nulos hasta para el reparto de poder y concejalías, han ignorado el proceder de la Caixa. Aquellos que fueron fichados para dirigir Andalucía y que no dejaron de ir más allá de las concejalías, vienen a cada instante a recordarnos el mal trato que se nos sigue prodigando. ¡Qué maravilloso y benéfico es el eje de transporte de mercancías de Algeciras a Zaragoza! Y de las áreas logísticas que ello supone crear, en tanto se olvidan de las que han de estar presentes en el Corredor Mediterráneo. ¿Porqué no dimiten y se van? y sobre todo, ¿porqué no callan?. La semilla del diablo ha invadido de tristeza esta ciudad y provincia. Ya sabemos que el sistema financiero olvidó la banca industrial y nuestra Caja se perjudicó enormemente de los jueguecitos financieros de bajo nivel y sobre todo de la locura desbocada del ladrillo, de la que todos han huido, incluso desde los pasillos de los juzgados. Sabemos que la misma ciudad de Granada impidió que la Caja entregara a la ciudad un proyecto recopilatorio de su arte, apoyado por todas las élites culturales y hasta por el arzobispo Cañizares, pero la cerrazón incomprensible y manipulada, impidió esta obra y de la que nació el famoso Cubo. Hoy los políticos granadinos y las escasas instituciones que quedan deben exigir a la Caixa que entregue a la ciudad de Granada el citado edificio cuyo destino deberá ser el que pudo haber sido y no fue, como ampliación de la sala de exposiciones de la Obra Cultural y gran centro de arte de toda la ciudad. (Allí tendrá espacio dónde situar la gran colección de arte que Juanma y Paco siempre quisieron donar a Granada y que sus dirigentes, aguerridos guerreros de los sillones, han ignorado). Como sobrará sitio, la otra parte deberá ser usada como gran centro universitario (para que los de la Junta no puedan apropiarse) de promoción de la investigación, la ciencia y el desarrollo del conocimiento, junto a su vecino el Parque de las Ciencias. Podría ser el Gran Parque de las Ciencias y las Artes de Granada.

La Caixa está obligada en deuda con esta ciudad y Granada necesita un impulso del que (raras excepciones, como la Diputación) ninguno de sus representantes y dirigentes sabe dar, salvo la ya manida inclinación de cintura y el correspondiente saludo subordinado a sus superiores de la bella Híspalis.

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