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lunes, 6 de septiembre de 2021

LA MOJONERA. Trovero y poeta rustico diariodealmeria

 

Epifanio Lupión, Candiota y Pepe Criado

ANTONIO SEVILLANO


La Mojonera es un Municipio joven, con acta de nacimiento otorgada el 10 de abril de 1984 y publicada en el BOPA. Incorporada al concierto provincial después de sustanciarse el expediente iniciado tras un escrito de los propios vecinos de Felix, en noviembre de 1981, “por el que amistosa y llanamente se invitaba a la población de la barriada para que pudiera solicitar oficialmente la segregación, en aras al bien común” (López Navarro).

La Mojonera es un Municipio joven, con acta de nacimiento otorgada el 10 de abril de 1984 y publicada en el BOPA. Incorporada al concierto provincial después de sustanciarse el expediente iniciado tras un escrito de los propios vecinos de Felix, en noviembre de 1981, “por el que amistosa y llanamente se invitaba a la población de la barriada para que pudiera solicitar oficialmente la segregación, en aras al bien común” (López Navarro). Extendido sobre el Campo de Dalías y perteneciente a la taha de Almexísar, se separó de Felix siguiendo los pasos de El Ejido respecto a Dalías. Procesos de desapego territorial (que no familiar, sentimental o histórico) frente a la matriz original en beneficio de nuevos asentamientos, auspiciados por los cultivos intensivos en invernadero, implantados en la segunda mitad del siglo XX. Aceptado por el diccionario de la RAE, el topónimo (“serie de mojones que señalan la confrontación de dos términos o jurisdicciones”), marca los límites entre las provincias Tarraconense y Bética y posteriormente las coras (provincias) de Ilbira (Granada) y Bayyana (Pechina/Almería). La actual población se distribuye entre Venta del Viso, San Nicolás, El Cosario y Las Cantinas, además del núcleo urbano donde radica el ayuntamiento, centros escolares y sanitarios, servicios sociales y comerciales, espacios de ocio y deportes, etcétera. Surcado por la autovía A-7, dista 25 km. de la capital.

I+D

Al amparo del nuevo pueblo del Instituto Nacional de Colonización se produjo un incesante flujo de hombres y mujeres venidos de La Alpujarra granadina y almeriense, de los pueblos altos del interior a la llanura costera. Un pacífico “éxodo” en busca del prometedor Eldorado. En una segunda o tercera oleada migratoria, nuestro hombre arribó después de un azacaneado ir y venir por lugares y oficios, no tardando en hacerse notar por su gracejo y simpatía personal, en sentirse querido. No es de extrañar por tanto que el 20 de marzo de 1994 La Mojonera llorase la muerte del “poeta rústico”, del orador repentista de ingeniosas quintillas, del talentoso juglar rural alejado de la métrica reglada y académica de la Poesía. Peculiar personaje cubierto de sombrero, chaleco negro, ropas coloristas, cachimba y el auxilio del sempiterno cayado de patriarca cortijero. Además de componer versos, Epifanio era un hombre habilidoso que “construía algunas máquinas y juguetes, complejos entretenimientos para sus nietos o inventaba historias de sus animales, etc.”

Santo y seño del trovo

¡Pues ya sa muerto Epifanio,

ya terminó su carrera!

Dejaré mi libro abierto

pero habrá hombres de talento

que no sabrán comprender

lo que el libro encierra dentro.

Epifanio Lupión Lupiáñez había nacido en Albuñol (Granada) el 10 de junio de 1900, viviendo su primera infancia -sigo a Pepe Criado, su amigo y biógrafo en “Epifanio Lupión. Poeta rústico (abril, 2007)”- en Linares, a cuyas minas emigró su padre como peón; pero tras sufrir este un grave accidente, regresaron a Albuñol, donde pastoreó cabras hasta los 18 años. A continuación marchó a Madrid en pos de un horizonte menos sacrificado, aunque después de una fallida semana retornó nuevamente a sus orígenes, a emplearse de molinero “durante 10 años, siempre a renta o a medias”: Venían los cortijeros a moler, de aquí de la Alpujarra, y resulta que ellos tenían costumbres, en los bailes (mudanzas, robaos, doblones), en las pascuas y… en fin, en todas las fiestas que ellos hacen a lo largo del año… Pues se trovan unos a otros… y yo me estaba dando cuenta de lo que decían…  

Antes de cumplir los treinta se casó en primeras nupcias -en 1940 volvió a matrimoniar, quedando viudo por segunda vez-, alzando el vuelo a Granada, Santa Fé, Atarfe y Sierra, empleándose como guarda, barrenero o aserrador de mármol.

En su tierra de adopción

Las niñas de La Mojonera

son simpáticas y formales,

que se llevan la bandera

trabajando en los parrales.

Dermacación siglo XVI

En 1966 sentó definitivamente sus reales en La Mojonera, en casa de uno de sus hijos -propietario del bar El Grajo-, empadronándose y viviendo una plácida vejez. A partir de entonces su presencia se hizo imprescindible en cualquier reunión festiva de trovo y bailes tradicionales de la zona, dejando constancia de su impronta poética fruto del estudio previo. Repetidamente sería invitado a los Festivales de Música Tradicional de la Alpujarra; prestigiosa cita biprovincial que tuvo el acierto de dedicárselo a un emocionado Epifanio en el marco de la 5ª edición, en la carpa de su propia localidad natal, Albuñol. Municipio que, al igual que La Mojonera, le dedicó una calle y el Instituto. El mismo año 1986 nuestro hombre acudió a la Bienal de Música del Sur y Cante Flamenco, en Sevilla. Aunque de lo que más orgulloso se mostraba era de su cuádruple participación en los homenajes (de 1978 a 1986) a Federico García Lorca en la mismísima Fuente Vaqueros lorquiana y universal. 

Al estilo de la Alpujarra,

la tradición lo requiere,

reunir a vuestras mujeres,

violín, bandurria y guitarra.

Y el vino surtido en jarra

y siete pollos asaos

y el trovo sea dedicado

a Epifanio el Molinero.

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