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lunes, 29 de noviembre de 2021

“Los años en Lucainena de las Torres marcaron mi vida profesional” diariodealmeria

 

  • Nació en Albuñol en 1933, hizo el Bachillerato en Almería y Medicina en Granada

  • Su primer destino fue Lucainena, donde se casó y nacieron sus dos hijos

El Dr. Ortega Viñolo con la carta que le comunicaba su primer destino. JAVIER ALONSO


Cuando el Dr. Ortega Viñolo fue destinado en 1960 a un pueblecito de Almería pensó que sería un obligado peaje para recalar en su Granada natal. Pero hace 60 años de aquello y jamás se ha ido ya de nuestra Almería.

–No se es de donde se nace sino de donde se pace...

–Pues entonces yo soy almeriense ya que vine con diez años a estudiar Bachillerato y aquí sigo. Nací en Albuñol (Granada) en 1943 de donde mi padre era practicante. Ello propició que desde niño tuviera contacto con enfermos y con el mundo de la medidicina y me propuse ser médico.

–Para lo que tuviste que volver a Granada porque en Almería solo se estudiaba Magisterio.

–Sí, claro, en 1950 no había Universidad en Almería. Acabé seis años después y tuve que irme otra vez a Zaragoza, a hacer la mili. Yo era especialista en Medicina Interna y, mientras esperaba para irme a la mili, hice Puericultura.

"MI MAYOR ALEGRÍA FUE LA IMPOSICIÓN DEL ESCUDO DE ORO DE ALMERÍA Y LA MEDALLA DE ORO DE LA FACULTAD DE MEDICINA”

–Hasta que en octubre de 1956 recibes una carta que...

–Que me allanó el terreno para labrarme mi fututo. Es la primera vez que sale de mi casa en 65 años que tiene (foto de apertura). Era del Catedrático de Ginecología José María Bedoya, quien me pedía que me incorporase a su clínica en calle Dr. Riaño de Sevilla el día 1 de noviembre. Allí empezó mi labor profesional.

–Hasta que en 1959 opositas al Cuerpo de Médicos Titulares y regresas a Almería.

–Me destinaron a Lucainena de las Torres en bendita hora. Allí me casé y tuve mis dos hijos, Diego y Mª Luisa, cuyo parto atendí yo mismo. Era un pueblo pequeño pero entrañable, que se volcó conmigo desde que llegué. El primer aceite de la cosecha, los primeros embutidos de la matanza, los mejores huevos de las gallinas... eran para mí. Allí practicaba la medicina rural que hoy día se ha perdido. Había enfermos a los que visitaba 4 ó 5 veces al día. Ejercía las 24 horas del día en el pueblo y sus cortijadas.

Francisco Ortega Viñolo, a quien no le pesan los 88 años que tiene, en un momento de la entrevista. JAVIER ALONSO

–Donde había una balsa con sanguijuelas...

–¡Ja, ja, ja! Un día llegó una muchacha sangrando por la matrtiz. La examiné, no vi nada raro y la mandé a Almería. A la semana volvió otra vez que no se le quitaba. La examiné en profundidad y vi que en el cuello de la matriz tenía como un dedo... que resultaron ser sanguijuelas que debía haber cogido al bañarse en la balsa de su cortijo.

–Pero llegó el momento de irte.

–Fue en 1971... un drama en el pueblo. Hasta me habían construido una ‘casa del médico’ para mí que no pude estrenar. Fui casa por casa despidiéndome de las aproximadamente 600 familias que vivían allí. Cuando hicieron la biblioteca del pueblo le impusieron mi nombre; y en 2013 me nombraron Hijo Adoptivo. Aún me emociono al recordarlo

–Y llegas a Almería capital.

–Y pronto ‘me fichan’ para la directiva del Colegio de Médicos. Fui diez años secretario y 24 presidente, desde 1985 a 2009. Quizá lo más importante que hice fue la nueva sede colegial en 1998, moderno y con aulas para 400 asistentes. También di los pasos aecuados para que se instale en Almería la Facultad de Medicina que pronto será una realidad.

"UNA VEZ SAQUÉ A UNA MUCHACHA SANGUIJUELAS DEL CUELLO DE LA MATRIZ; LAS TENÍA POR BAÑARSE EN LA BALSA DEL PUEBLO”

–Fuiste pregonero de nuestra Semana Santa en 2009.

–Con un Pregón que titulé ‘Aspectos médicos de la Pasión y Muerte de Jesús de Nazaret’.

–Y posees el Escudo de Oro de la Ciudad.

–La mayor alegría de mi vida: “En reconocimiento a los méritos contraídos en su vida profesional y gran labor realizada en el campo de la medicina haciendo siempre gala de su amor por Almería...”.

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