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martes, 12 de julio de 2022

"Se ha perdido el proceso de seducción y conquista pasando directamente al contacto físico" granadahoy.com

 JUAN PAREJO

Natalia Barcáiztegui. M. G.
Natalia Barcáiztegui (San Sebastián, 1971) es licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales por laUniversidad de Navarra, máster en Matrimonio y familia (U. de Navarra) y coach de Desarrollo Personal (EFIC). Asesora a adolescentes, jóvenes y padres de familia, y en su proyecto Querer Mejor ofrece conferencias y cursos de formación sobre educación afectivo-sexual. En el libro Sexualidad en la generacióndel rollo (Ediciones Rialp) ofrece consejos para lograr gestionar las pasiones, con el fin de amar mejor.

¿Cómo es la sexualidad en la generación del rollo?

Podríamos señalar muchas características de la sexualidad de esta generación, pero voy a destacar la ausencia de compromiso. El contacto sexual "exprés" ha pasado a ser una de las principales formas de relación afectiva entre jóvenes y no tan jóvenes. Dos personas se conocen, tienen el contacto sexual del tipo que sea y no tienen que dar explicaciones sobre lo que ocurrirá después. Se trata de un contacto casi exclusivamente carnal, que pasa a formar parte del ocio y se desliga del amor. Lo que se pone a prueba es el contacto carnal y el placer que este produce.

¿Se podría decir que los niños prácticamente pasan a ser adultos sin vivir la adolescencia?

Yo diría que sí. Se ha perdido el entusiasmo de la espera. Todo va muy rápido y consiste en quemar etapas: "se quitan el boquerón", mantienen relaciones sexuales… Sin haber entendido el verdadero concepto de sexualidad humana, como expresión corporal de la capacidad de amar. Se ha perdido el proceso de seducción y conquista pasando directamente al contacto físico. Cuando se reduce el contenido de la sexualidad, cuando se utiliza únicamente como gratificación placentera, puede dejar un gran vacío afectivo que resulta muy doloroso; y más a estas edades.

Vivimos en una sociedad tremendamente sexualizada. ¿Cómo se puede proteger a los menores frente a esto?

Yo siempre insisto en que hay que formar criterio. Tienen un contexto externo en el que los valores son volátiles, cada uno crea "su propia verdad" adaptada a sus necesidades. Esto resulta muy peligroso, porque el ser humano actúa en función de unos valores y si éstos se pierden, la persona se queda sin rumbo, tremendamente desprotegida. Los adultos tenemos que formarnos para formar, pues en generaciones anteriores, los modelos se basaban en valores tradicionalmente aceptados. "La calle" te recordaba qué cosas eran adecuadas para tu desarrollo personal y cuáles no. Hoy "todo vale". La libertad te permite elegir, pero es fundamental tener una guía de conducta, para poder decidir lo que te ayuda a crecer o lo que, por el contrario, te desordena, te corrompe.

El “todo vale” puede conducir a comportamientos hasta delictivos.

De hecho, así ocurre. Sin principios y valores funcionamos a golpe de emociones. Las pasiones pueden ser muy fuertes, y aunque en sí mismas son buenas, tienen que estar gestionadas para que no se desboquen y nos conduzcan a un comportamiento puramente animal. El sexo produce una enorme gratificación placentera y si no se ordenan estas emociones, se puede llegar a conductas delictivas (violaciones, pederastia y otros abusos sexuales).

¿Qué es la “sexualidad equilibrada”?

El ser humano además de emociones y pasiones tiene inteligencia y voluntad. Una sexualidad equilibrada es aquella en la que las emociones están pilotadas por estas potencias superiores. La inteligencia aportará un criterio para discernir lo que resulta o no beneficioso para la dignidad de la persona y la voluntad permite que la libertad nos lleve a actuar según lo que la inteligencia propone como adecuado. Cuando la persona se deja llevar por sus pasiones sin guiarse por la inteligencia y la voluntad, realizará aquello que le produzca gratificación placentera sin importar si ese comportamiento es adecuado o no para el correcto desarrollo personal. La persona se hace esclava de sus pasiones. Para ser feliz es condición necesaria ser libre.

Denos algunos consejos para gestionar las pasiones.

Las pasiones en sí mismas son buenas. Para que la sexualidad (y otras pasiones) esté bien gestionada necesitamos tener una inteligencia formada (que proporcione criterio a la hora de actuar) y una voluntad educada (para ser capaz de hacer lo que la inteligencia propone como adecuado, independientemente de las apetencias). Dar criterio y educar la voluntad desde niños es fundamental, para que la sexualidad no dañe: enseñar a decir "no" cuando sea necesario, desarrollar la paciencia mostrando el valor de la espera, educando la voluntad no dando al niño lo que quiere en cada momento, enseñar a respetar a los demás en todas las facetas de la vida…

El sexo tiene un componente adictivo importante y, mal gestionado, puede ocasionar conductas muy dañinas para la persona.

¿Cómo se puede amar mejor?

Somos seres espirituales y corporales. Todo lo espiritual tiene una expresión corporal (la tristeza, la alegría, la ira…). El cuerpo tiene la facultad de expresar la capacidad de amar. Para hacerlo adecuadamente, el lenguaje corporal tiene que significar realmente la intimidad emocional que existe. Si el cuerpo expresa algo que no se ha producido en la intimidad emocional, se altera el orden de la comunicación. Para amar mejor, el cuerpo tiene que ser expresión del amor que se siente. El objetivo tiene que ser expresar el amor, el placer el medio. Se trata de disfrutar amando. Buscar únicamente la propia gratificación placentera, no es amor.

¿Cuáles son las consecuencias psicológicas de estos comportamientos irracionales?

Desgraciadamente son muchos los vacíos afectivos que se pueden generar al ser conscientes de que, tras la entrega del cuerpo, no hay una correspondencia afectiva. El dolor puede ser intenso, se produce una bajada de autoestima importante al comprobar que tras la entrega corporal no hay una respuesta afectiva. La persona puede llegar a pensar que no es digna de ser querida o incluso concluir que el amor no existe. También puede derivar en diferentes tipos de adicciones (al sexo, a la pornografía…) y comportamientos dañinos para uno mismo y para la otra persona (abusos sexuales, difusión a través de los medios de comunicación de imágenes de determinadas personas con contenido sexual que viola su intimidad…). A pesar de todos los errores que se pueden cometer en materia sexual insisto en que tenemos que juzgar actos, no personas. Cada persona tiene unas características determinadas y vive circunstancias y situaciones que escapan a nuestro juicio.



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