El 31,68% de la población andaluza vive por debajo del umbral de la pobreza granadahoy.com

Cáritas dice que un 5,95% de los hogares de la región no puede permitirse una comida caliente cada dos días.

EFE, SEVILLA 

Un comedor social en MálagaUn 5,95% de los hogares andaluces no pueden permitirse una comida caliente de carne o pescado cada dos días, según el informe Pobreza y privación en Andalucía y España: el impacto de la Gran Recesión, elaborado con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 2011 y presentado por Cáritas.  Ese mismo porcentaje se reduce a un 2,98% en la media nacional, según la escala de Privación establecida por este informe, elaborado por el Observatorio de Investigación sobre Pobreza y Exclusión en la Comunidad Valenciana (Universidad Cardenal Herrera) en colaboración con la Fundación Foessa y Cáritas. 

El 10,52% de los hogares andaluces no puede mantener una temperatura adecuada en el interior durante los meses de invierno (la media nacional sitúa este parámetro en la mitad, 5,95%) y el 55,38% de los hogares andaluces no se puede permitir una semana de vacaciones al año fuera de casa (la media nacional que padece esta "privación" es del 39,37%). Casi la mitad de los hogares andaluces, el 48,01% admite carecer de capacidad para afrontar gastos imprevistos (35,35% a nivel nacional), y el 16,83 % de los hogares andaluces (10,06 % de los españoles) llega a fin de mes "con mucha dificultad". 

El 23,45% de los hogares andaluces padece de problemas de goteras, humedades o podredumbre (el 15,61% de los españoles), y el 7,24% de los hogares andaluces carecen de ordenador por no poder permitírselo (4,47% de los hogares españoles). En los únicos parámetros en los que los hogares andaluces no están peor que los españoles es en posesión de bañera o ducha o agua corriente (sólo el 0,03 % frente al 0,11 nacional), y en carencia de televisor (sólo el 0,03% frente al 0,06% nacional). 

Por debajo del umbral de la pobreza -establecido en 7.500 euros anuales para un hogar con una sola persona y en 15.768 euros anuales en un hogar con cuatro personas- están el 31,68 por ciento de los andaluces. Si ese umbral de pobreza se considera como "incidencia de la pobreza", el informe introduce un nuevo dato, el de "intensidad de la pobreza" para señalar la distancia media de los andaluces por debajo aún de ese umbral. Si la "intensidad" media española se sitúa en un 8% menos de esas cifras de umbral, en Andalucía alcanza a un 14% menos; es decir, para alcanzar el umbral de la pobreza, cada hogar andaluz con una sola persona precisaría el 14% de 7.500 euros anuales para llegar a esos 7.500 euros al año. Se trata pues de la comunidad autónoma con mayor intensidad de la pobreza, por lo que los pobres andaluces están más distantes del "umbral de la pobreza" que la media de los pobres españoles. 

No obstante, en incidencia de la pobreza, ese 31,68% de andaluces por debajo del umbral de la pobreza situaría a Andalucía en la cuarta peor posición de toda España, con tan sólo Canarias, Extremadura y Castilla-La Mancha con porcentajes superiores de pobres, si bien las dos últimas con una diferencia insignificante. 

La consecuencias de la crisis económica se han agudizado en Andalucía y en España porque "cuando la economía iba bien la desigualdad y la pobreza se mantuvo", de modo que cuando la situación ha empeorado las desigualdades han aumentado, según ha explicado en conferencia de prensa el profesor de la Universidad de Extremadura Jesús Pérez Mayo, coautor del informe. 

El informe también ha separado la incidencia de la crisis por edades, de modo que los más afectados por esos indicadores de privación o "indicadores directos de calidad de vida" han sido los niños -los hogares con niños- y los jóvenes, mientras que el informe ofrece el, según Pérez Mayo, "dato engañoso" de que los menos afectados en el periodo de crisis son los mayores de 65 años. "Dato engañoso", ha explicado porque no es que la situación de estos mayores haya mejorado, sino que como sus pensiones han permanecido congeladas, en relación con los asalariados o los que han perdido el empleo, en términos relativos de la comparación con estos, parecen que tienen mejor situación.