Antonio Sánchez, presidente de la Escuela Internacional de Gerencia, exige compromiso y dedicación a sus alumnos y profesores
JOSÉ ANTONIO MUÑOZ | GRANADA
Antonio Sánchez Iglesias.: J.A.M
Antonio Sánchez Iglesias es el presidente de Escuela Internacional de Gerencia. Ha sabido, durante los 21 años de trayectoria de esta prestigiosa institución académica, mantener, junto con un equipo de trabajo preparado y eficaz, el listón de la autoexigencia muy alto, como paso previo a poder exigir compromiso y dedicación a sus alumnos y profesores.
–Desde hace ya unas semanas, se están publicando en IDEAL_unas entrevistas en las que se da a conocer la historia personal y profesional de muchos alumnos que se han formado en Escuela de Gerencia. ¿Qué les ha impulsado a llevar adelante esta iniciativa?
–Estas entrevistas constituyen un homenaje al esfuerzo de tantos buenos alumnos que han pasado por la Escuela. Son muchos grandes profesionales que estuvieron en nuestras aulas y que hoy están en empresas de referencia en sus respectivos sectores. Además, sirven como referencia para los alumnos que están cursando estudios en la Escuela, y para quienes tengan la intención de venir, porque con esfuerzo hay recompensa. No en vano, el 92% de nuestros ‘alumni’ están trabajando.
–Es importante el ejemplo de estos profesionales en una época en que todos andamos algo pesimistas...
–El mundo necesita gente que ame lo que hace. Estos profesionales, que van apareciendo, comparten esa visión y la practican, con iniciativa, con ilusión, con ganas, para hacer un mundo mejor, y que nuestras empresas sean mejores.
Gente de empresa
–¿Cuál es el perfil de alumno en el que ustedes piensan día a día?
–Hablamos de gente de empresa, y cuando decimos esto, pensamos en personas con capacidad para dirigir. Personas con capacidad para descubrir el ámbito internacional de los negocios. Pensamos, en definitiva, en personas con una mente muy abierta, capaces de entender el ámbito multicultural en el que nos movemos hoy. Directivos que no solo sepan idiomas –que también–, sino que además sean capaces de desenvolverse, de relacionarse, de hacer crecer sus empresas en un momento en que las exportaciones, como vemos, son tan decisivas en nuestra economía.
–Hay un adagio clásico que dice que el saber no ocupa lugar. ¿Ahora menos que nunca?
–Ahora, como siempre, quien quiera apostar por la excelencia en su trabajo profesional no debe dejar de formarse. Hace unos días, Inocencio Arias y Ramón Tamames hablaban en la Escuela de actualización permanente de conocimientos. Ese concepto engloba el espíritu de la Escuela, que aspira a ser siempre un foro de conocimiento al que puedan acudir los profesionales en cualquier momento en que lo precisen. Por eso, formación, cuanta más mejor, porque a mejor formación, mejor puesto de trabajo. Las estadísticas más recientes lo demuestran.
–¿Qué caracteriza al sistema de formación de la Escuela?
–Poner al alumno en el centro de su propia responsabilidad formativa. Evitar que sea un sujeto pasivo para que se convierta en dueño de su propio destino, también en este aspecto. Con una actitud proactiva, el desarrollo personal y profesional es mucho más fácil. Que sean capaces de analizar perspectivas y posibilidades para insertarse en el mercado laboral, cada uno en su nivel.
–Porque el empresario, ¿nace o se hace?
–Hoy, ser empresario tiene unas connotaciones muy importantes. Es en situaciones de crisis cuando más vale, si cabe, un buen empresario. Y hay cualidades que viajan con la persona desde su nacimiento: la iniciativa, la capacidad de hacer, de ponerse a la tarea, incluso sin tener seguridad de a dónde quiere llegar. La capacidad de emprender es innata y a ello hay que añadir la formación. Por otra parte, la sociedad debe incentivar más al emprendedor y admitir el fracaso. En Estados Unidos, se admite como algo normal, se dice que si no fracasas, vales para poco. Aquí es un estigma.
–¿Es la formación de posgrado imprescindible en este contexto?
–Sin duda. Hoy, ninguna formación de partida está completa sin la realización de un Master. Y la Escuela ofrece programas que están entre los primeros de España, con ESIC, la primera escuela de negocios en el ámbito del Marketing y una de las cuatro mejores escuelas del país, según los ranking que realizan las publicaciones especializadas. Son programas de excelencia: por ejemplo, el de Marketing o el de Comercio Internacional bilingüe, lo que aporta un valor añadido; el de Dirección Financiera está muy reconocido a nivel europeo; el MBA Executive y MBA para posgraduados, nuevo para este curso, ya vienen muy rodados... Son programas de altísimo nivel.
–La Escuela se caracteriza por su búsqueda de la excelencia, el rigor y la seriedad...
–Y ahí vamos a seguir. Cuando se tiene la misión de hacer gente de empresa para gestionar y dirigir en el ámbito internacional, el compromiso de la Escuela es formar a personas al servicio de la sociedad, que generen riqueza y trabajo, con un desarrollo sostenible del entorno. Y los resultados que vemos nos llenan de orgullo.
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