TRABAJAR por la cultura de un pueblo, desde la política, es poner la libertad en el frontispicio de su andar cotidiano; es buscar en la expresión y en la divulgación cultural la necesidad de ayudar a ese mismo pueblo a ser libre, a conquistar esa bandera que lo desligue de ataduras impropias.
La rémora de la incultura ata a los pueblos a la cadena de la dependencia ajena. Los amarra al arbitrio de los liderzuelos, y los pone como objetivo de su cansina ansia de poder; los ciñe al albur de esa gula insaciable de posesión egoísta, a veces indecente, con la que quieren controlar la voluntad del resto, impidiéndoles acceder a la independencia que aporta un espíritu libre y culto.
Nunca será mucho lo que se haga por divulgar la cultura entre los pueblos. Jamás será suficiente la inversión que, desde la cultura, ayude a formar mentes creativas, a construir el espíritu crítico con el que funcionan las sociedades libres, y a implantar el ansia del conocimiento entre quienes están dispuestos a formar parte de las estructuras básicas que edifican a diario los pensamientos, los pueblos y las ciudades del mundo.
La Diputación de Granada insiste en esa búsqueda constante de plataformas de impulso cultural. Ya sean literarias, cinematográficas, teatrales, musicales, plásticas, o de cualquier variante artística, Granada tiene un compendio de avales culturales y patrimoniales que la engrandecen sobremanera. Granada fue, es y será siempre generosa en la creatividad literaria. Fue, es y será en la musical, también en la más estricta disciplina plástica, no ya entre quienes obtuvieron fama por su innegable aportación intelectual y creativa, sino entre quienes, anónimamente, aportan su granito de belleza a las distintas disciplinas que generan deseo de gozar del arte y la cultura.
Miramos hacia ese mundo anónimo que brinda en sus inicios con la ilusión, aún imberbe, y que busca su oportunidad de dar a conocer su creatividad. Que es inteligente para proponernos emociones, y que nace desde el más humilde escalón, desde el sueño de donde empiezan sus anhelos. Ahí, impulsando esa fuerza natural es donde creemos importante reforzar el esfuerzo del presupuesto público. Y lo seguiremos haciendo con el teatro aficionado, con la música, con el circuito de cine, con la aportación de la OCG; como lo hacemos con el itinerante Federico y su "espíritu vivo" de la Barraca o con la pintura de vanguardia. Iremos pueblo a pueblo con toda la razón que nos da saber que trabajamos para lograr una Granada más libre. Así seguiremos. Y usted que lo lea.
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