El 50% de Pereza actúa esta noche en la sala Boogaclub dentro de la gira de presentación de 'Lo que más'
G. CAPPA GRANADA
Gafas de sol Ray-Ban Wayfarer, pantalones pitillo, camiseta dos tallas menos de lo políticamente correcto y pelo revuelto como recién salido del túnel del viento. En 2013 es un look de moda, pero hace 20 años provocaba que las señoras se cambiaran de acera. Y si se combina con una actitud desafiante se llamaba directamente al 091. Esta es la imagen de ahora y de siempre de Rubén Pozo, el 50% de Pereza, que llega esta noche a la sala Boogaclub para presentar su nuevo disco en solitario,Lo que más.
-En la actualidad, ¿si le llaman cantautor se ofende?
-Para nada. Me gusta más 'cancionista'. A fin de cuentas soy el autor de mis canciones y me las canto.
-Actuar como un llanero solitario acompañado tan solo de su guitarra, ¿es por la maldita crisis o una búsqueda de nuevas experiencias musicales?
-Por la crisis, pero la experiencia ha supuesto un aprendizaje inmenso. Hacer un show todo entero a guitarra y voz te enseña todo lo que necesitas saber para estar en un escenario. En general me cuesta bajarme del escenario porque el público me pide más. Eso es una buena señal.
-¿Qué repertorio trae a Granada?
-Mi disco nuevo, canciones más antiguas y lo que surja.
-¿Pasar de actuar en grandes escenarios a pequeños locales es una cura para el ego?
-Un músico lo que quiere es tocar. En sitios grandes, pequeños, medianos. No existe concierto pequeño o grande, existen artistas grandes o pequeños.
-¿Qué balance hace de su todavía corta carrera en solitario?
-Estoy a gusto. Aprendiendo sin parar y pasándolo pipa, las dos únicas cosas que importan en cada etapa de la vida.
-¿Qué le da pereza en la actualidad? ¿Qué le pregunten por la vuelta del grupo?
-No, hombre. Que me pregunten por Pereza me halaga. Me da más pereza la situación política y social actual. Y más que pereza, y siguiendo con los pecados capitales, lo que más me suele dar esta situación actual es ira.
-¿No pensaron en inventarse una Yoko Ono para darle más teatralidad a la separación del grupo?
-Somos músicos, no actores. Lo único que pasa entre nosotros es que estamos investigando musicalmente cada uno por su lado. En el fondo es una cosa muy sana.
-Hay un sector que se enganchó a su música después de escuchar la música de 'Embustera' que le regaló a Joaquín Sabina. ¿Qué significó esta colaboración?
-Para mí significó tener una canción firmada con el que me parece el mejor compositor de canciones en castellano. Solo tengo pensamientos de ese tipo con respecto a Embustera. Trabajar con Joaquín y su equipo (Pancho Varona y Antonio García de Diego) es una master-class minuto a minuto.
-Por otro lado, hubo una época en la que, junto a Leyva, colaboraron en mil proyectos distintos de gente como Miguel Ríos, Andrés Calamaro o Ariel Ro. Casi se convirtieron en los colaboradores oficiales de la música de este país. ¿En su vocabulario no estaba la palabra no?
- No lo estaba. Al final aprendimos eso de decir que 'no'. No se puede estar en todos losfregaos.
-La música que nos define suele ser la que nos acompaña en la adolescencia. En su caso habla de influencias anglosajonas, ¿en qué momento de su carrera se dio cuenta de que la letra era tan importante en una canción como un buen riff de guitarra?
-A través de Medias negras de Sabina, JesuCristo García de Extremoduro y de Te echo de menos de Kiko Veneno.
-Entre sus amigos está Benjamín Prado, el más rockero de todos los poetas. ¿Le da sus canciones para que las lea o le da pudor?
-Benjamín es amigo con mayúsculas. No sólo no me da pudor, sino que a veces nos arrancamos y hacemos una juntos.
-¿Qué es tener una actitud rockera ante la vida?
-No lo sé. Lo único que sé es que, sea cual sea tu actitud ante la vida, que sea de 'tirar palante'y de sacarle el jugo.
-Por último, ¿cómo ha vivido el regreso de la moda de los pantalones pitillo, con los que antes sólo se atrevían los más rockeros?
-La verdad es que no sigo las modas. Me visto de la misma manera desde que dejó de vestirme mi madre. Así que la actualidad, cuando pasa por mi, hace que yo a veces esté a la moda y a veces pasado de moda. Sinceramente, no pienso mucho en ello.
-En la actualidad, ¿si le llaman cantautor se ofende?
-Para nada. Me gusta más 'cancionista'. A fin de cuentas soy el autor de mis canciones y me las canto.
-Actuar como un llanero solitario acompañado tan solo de su guitarra, ¿es por la maldita crisis o una búsqueda de nuevas experiencias musicales?
-Por la crisis, pero la experiencia ha supuesto un aprendizaje inmenso. Hacer un show todo entero a guitarra y voz te enseña todo lo que necesitas saber para estar en un escenario. En general me cuesta bajarme del escenario porque el público me pide más. Eso es una buena señal.
-¿Qué repertorio trae a Granada?
-Mi disco nuevo, canciones más antiguas y lo que surja.
-¿Pasar de actuar en grandes escenarios a pequeños locales es una cura para el ego?
-Un músico lo que quiere es tocar. En sitios grandes, pequeños, medianos. No existe concierto pequeño o grande, existen artistas grandes o pequeños.
-¿Qué balance hace de su todavía corta carrera en solitario?
-Estoy a gusto. Aprendiendo sin parar y pasándolo pipa, las dos únicas cosas que importan en cada etapa de la vida.
-¿Qué le da pereza en la actualidad? ¿Qué le pregunten por la vuelta del grupo?
-No, hombre. Que me pregunten por Pereza me halaga. Me da más pereza la situación política y social actual. Y más que pereza, y siguiendo con los pecados capitales, lo que más me suele dar esta situación actual es ira.
-¿No pensaron en inventarse una Yoko Ono para darle más teatralidad a la separación del grupo?
-Somos músicos, no actores. Lo único que pasa entre nosotros es que estamos investigando musicalmente cada uno por su lado. En el fondo es una cosa muy sana.
-Hay un sector que se enganchó a su música después de escuchar la música de 'Embustera' que le regaló a Joaquín Sabina. ¿Qué significó esta colaboración?
-Para mí significó tener una canción firmada con el que me parece el mejor compositor de canciones en castellano. Solo tengo pensamientos de ese tipo con respecto a Embustera. Trabajar con Joaquín y su equipo (Pancho Varona y Antonio García de Diego) es una master-class minuto a minuto.
-Por otro lado, hubo una época en la que, junto a Leyva, colaboraron en mil proyectos distintos de gente como Miguel Ríos, Andrés Calamaro o Ariel Ro. Casi se convirtieron en los colaboradores oficiales de la música de este país. ¿En su vocabulario no estaba la palabra no?
- No lo estaba. Al final aprendimos eso de decir que 'no'. No se puede estar en todos losfregaos.
-La música que nos define suele ser la que nos acompaña en la adolescencia. En su caso habla de influencias anglosajonas, ¿en qué momento de su carrera se dio cuenta de que la letra era tan importante en una canción como un buen riff de guitarra?
-A través de Medias negras de Sabina, JesuCristo García de Extremoduro y de Te echo de menos de Kiko Veneno.
-Entre sus amigos está Benjamín Prado, el más rockero de todos los poetas. ¿Le da sus canciones para que las lea o le da pudor?
-Benjamín es amigo con mayúsculas. No sólo no me da pudor, sino que a veces nos arrancamos y hacemos una juntos.
-¿Qué es tener una actitud rockera ante la vida?
-No lo sé. Lo único que sé es que, sea cual sea tu actitud ante la vida, que sea de 'tirar palante'y de sacarle el jugo.
-Por último, ¿cómo ha vivido el regreso de la moda de los pantalones pitillo, con los que antes sólo se atrevían los más rockeros?
-La verdad es que no sigo las modas. Me visto de la misma manera desde que dejó de vestirme mi madre. Así que la actualidad, cuando pasa por mi, hace que yo a veces esté a la moda y a veces pasado de moda. Sinceramente, no pienso mucho en ello.
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