La construcción costó en 1973 más de 500 millones de euros, nada comparado con los tres millones que le hacen falta para sobrevivir
MARÍA JOSÉ UROZ
La construcción del Centro Astronómico de Calar Alto se comenzó en 1973 bajo la dirección del Instituto Max Planck de Astronomía, fundado en 1969. El proyecto inicial era construir estaciones de observación en los dos hemisferios terrestres para poder alcanzar ambos cielos. En el Hemisferio Norte se pensó en un enclave de la cuenca mediterránea fácilmente accesible desde Alemania, por lo que finalmente se optó por el pico más alto de la Sierra de Los Filabres, Calar Alto, con 2.168 metros, en el término municipal de Gérgal. Era el lugar idóneo por la transparencia y estabilidad atmosférica de su cielo que tiene entre 180 y 200 noches aptas para la observación estelar, según los expertos.
Aunque las negociaciones sobre su construcción y funcionamiento con el gobierno español duraron dos años y se firmaron en 1972, no fue hasta 1973 cuando se iniciaron los trabajos de construcción. Para el municipio de Gérgal y los pueblos de alrededor como Bacares o Serón, fue todo un acontecimiento. Se invirtió mucho dinero (más de 500 millones de euros, según indicaron astrónomos del centro) y el proyecto sirvió también para activar la economía de muchas familias que trabajaron directamente en su construcción o indirectamente en negocios como comercios, bares, restaurantes, pensiones, bancos o casas de alquiler.
Todo el complejo se realizó con estructuras de hormigón armado (como se puede ver en las imágenes), y con unos materiales sofisticados para la época. El Observatorio está preparado para que funcione con toda normalidad a pesar de las gélidas temperaturas que en este punto de la provincia se llegan a alcanzar durante los meses de invierno.
El complejo tiene cinco cúpulas albergan los telescopios, pero además, cuenta con unas instalaciones de primer nivel con laboratorios electrónicos, fotográficos y ópticos, un laboratorio de criogenia para producir nitrógeno líquido, instalaciones de alto vacío para el aluminizado de espejos, un centro de cálculo electrónico, biblioteca, archivos, instalaciones de cocina y lavandería, un hotel para los observadores huéspedes con lugares de ocio y descanso, un restaurante que da servicio a todo el personal del centro, despachos, oficinas e incluso casas para los astrónomos.
Aunque las negociaciones sobre su construcción y funcionamiento con el gobierno español duraron dos años y se firmaron en 1972, no fue hasta 1973 cuando se iniciaron los trabajos de construcción. Para el municipio de Gérgal y los pueblos de alrededor como Bacares o Serón, fue todo un acontecimiento. Se invirtió mucho dinero (más de 500 millones de euros, según indicaron astrónomos del centro) y el proyecto sirvió también para activar la economía de muchas familias que trabajaron directamente en su construcción o indirectamente en negocios como comercios, bares, restaurantes, pensiones, bancos o casas de alquiler.
Todo el complejo se realizó con estructuras de hormigón armado (como se puede ver en las imágenes), y con unos materiales sofisticados para la época. El Observatorio está preparado para que funcione con toda normalidad a pesar de las gélidas temperaturas que en este punto de la provincia se llegan a alcanzar durante los meses de invierno.
El complejo tiene cinco cúpulas albergan los telescopios, pero además, cuenta con unas instalaciones de primer nivel con laboratorios electrónicos, fotográficos y ópticos, un laboratorio de criogenia para producir nitrógeno líquido, instalaciones de alto vacío para el aluminizado de espejos, un centro de cálculo electrónico, biblioteca, archivos, instalaciones de cocina y lavandería, un hotel para los observadores huéspedes con lugares de ocio y descanso, un restaurante que da servicio a todo el personal del centro, despachos, oficinas e incluso casas para los astrónomos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario