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lunes, 10 de marzo de 2014

Descubren nuevos gases que destruyen la capa de ozono ideal.es

Su acumulación es motivo de preocupación y de momento se desconoce su origen



Un equipo de científicos de la universidad inglesa de East Anglia ha realizado una investigación en la que comparan muestras de gases recopilados en los años setenta y de la actualidad. Las conclusiones, según los expertos, son preocupantes: la acumulación de determinadas sustancias de origen desconocido contribuyen a la destrucción de la capa de ozono. El trabajo se publica en la revista Nature Geoscience.
La capa de ozono se encuentra a treinta kilómetros la superficie de la tierra y sin duda es un auténtico escudo protector: filtra los rayos ultravioletas, que pueden causar enfermedades como cáncer en las personas y problemas de reproducción en los animales. Cuando se pensaba que ya se tenía conocimiento de los factores de riesgo que provocan la alteración del medio en el que vivimos, los científicos encuentran otra cosa por lo que preocuparse: nuevos gases que pueden destrozar la capa de ozono y que de momento no se sabe de dónde salen. Los científicos solo tienen una cosa clara, “son producidos por el hombre”, dice Johnannes Laube, autor principal de la investigación.
Los científicos de East Anglia calculan que alrededor de unas “74.000 toneladas de estos gases son emitidos a la atmósfera y se acumulan a un ritmo que es motivo de preocupación”, explican. “La identificación de estos cuatro nuevos gases es muy preocupante puesto que contribuyen a la destrucción de la capa de ozono”, insite Laube. “No sabemos desde dónde se están emitiendo y esto debería ser investigado. Entre las fuentes posibles figuran químicos para la producción de insecticidas o solventes para la limpieza de componentes electrónicos”, matiza el científico.
Para los investigadores que han llevado a cabo el estudio, “un aspecto que es de gran inquietud es que algunos de estos nuevos gases se destruyen a un ritmo muy lento en la atmósfera, por lo que pueden permanecer en esa capa durante muchos años aún si el mundo tomara medidas ahora para frenar su emisión”, dice Laube.
En el año 1985 los científicos encontraron un agujero en la capa de ozono de la Antártida, algo que llevó a que en 1987 se restringieran, gracias a la firma del Protocolo de Montreal, las sustancias que lo producían: los clorofluorocarbonos (CFC), unos gases que sobreviven entre 50 y 100 años.
Parece que el dicho de “la medicina ha avanzado tanto que es imposible estar sano” puede extrapolarse también al medio ambiente.

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