Los ayuntamientos afectados están ultimando la documentación para recibir las ayudas una vez que ha sido publicado el decreto de medidas urgentes
R. FERNÁNDEZ MOTRIL 
Desde la misma A-7, recién inaugurada, se pueden ver todavía los efectos de la "gran riada", como ya se la llama en la zona oriental de la Costa, que se llevó por delante la vida de cuatro personas y numerosos daños materiales. Así, en la salida de La Rábita-Albuñol, hay varios trabajadores que arreglan un invernadero, en el cual el agua destrozó más de la mitad de la estructura y tan sólo ha dejado un cuarto de cosecha. También las máquinas están retirando todavía el material y en los lados de la rambla aún hay señales dobladas o enterradas, restos de coches arrastrados y montañas de tierra. Otro vecino de esta zona comenta cómo ha tenido que llevar agua en camiones a su invernadero, "con el coste que eso supone", para no perder su fruto, ya que se le rompió el pozo para regar, que ha sido arreglado un mes después. Además, las ramblas siguen taponadas.
Ahora estas localidades están ultimando la documentación para recibir ayudas e intentar recuperar la normalidad. Como se recoge en "el anuncio de modelo de solicitud para la valoración de los daños", publicado por la Consejería de Agricultura el pasado 30 de septiembre, los municipios afectados, aparte de Albuñol (que cifró los daños en 10 millones de euros), han sido Albondón, Rubite, Polopos-La Mamola, Lújar, Gualchos-Castell de Ferro, Sorvilán, Los Guájares y Vélez de Benaudalla.
En Polopos-La Mamola, los técnicos valoraron que la limpieza de cauces o caminos costaba unos 106.000 euros. Además, "todo el núcleo de población del litoral quedó embarrado, se desbordaron cauces, en Haza del Trigo, en Castillo de Baños y La Mamola estuvo una cuadrilla de personal una semana trabajando", señala su alcalde, Matías González. Luego, siguió "la limpieza de caminos rurales, algunos atraviesan cauces, habrá que hacer escolleras y obras de consideración", continúa el regidor. Junto a Coag, los agricultores efectuaron sus reclamaciones. Y es que "todo el municipio se ha visto afectado: viviendas, caminos de acceso, tuberías de riego" Además, aquí trabajaba la persona que perdió la vida en la Rambla del Trigo. "Todo el mundo le iba a llevar los excedentes de plástico de la agricultura, por lo que era una persona muy conocida aquí", lamenta el alcalde.
El alcalde de Rubite, Arsenio Vázquez, recuerda que "el primer y el segundo día fueron de infarto". Se quedaron incomunicados, los caminos de paso, las cosechas y los invernaderos resultaron dañados y en la playa aún hay grandes troncos. La valoración para arreglos asciende a 47.000 euros.
En Albondón, les entró agua en las viviendas, las carreteras que van a los cortijos quedaron destrozadas y se produjeron pérdidas irreparables en las cosechas que estaban en plena producción."El higo se ha perdido y la uva la ha destrozado bastante, mientras que la almendra la tiró al suelo", declara la alcaldesa Margarita Castillo, que cuantifica los daños en caminos rurales en 90.000 euros, "en cuanto a la producción, son incalculables".
En Sorvilán, que engloba 4 núcleos de población, los más afectados fueron los vecinos de Los Yesos, señala su alcaldesa, Pilar Sánchez, quien relata que en Melicena las calles se inundaron de agua, y en Sorvilán y Alfornón, hubo daños en el campo, en las almendras y viñas, así como en las pistas y caminos rurales.
En Gualchos-Castell de Ferro, su alcaldesa, Toñi Antequera, informa de que desde el Ayuntamiento primero actuaron con operarios y medios propios, y luego con otros ajenos. Tan sólo en maquinaria externa se gastaron a la semana siguiente 3.000 euros en arreglos de caminos.
El alcalde de Lújar, Mariano González, explica que los mayores daños fueron el destrozo de las ramblas, el acceso a las viviendas (algunas se inundaron) y los de explotaciones agrarias. Además, a unos vecinos el agua "les arrasó dos vehículos y un barco". Y el polideportivo de Los Carlos se anegó y estuvieron sacando fango de allí varios días.
Además, se da la circunstancia de que después de la "gran riada" hubo fuertes precipitaciones a las dos semanas, que produjeron daños sobre los que ya había.
Ahora estas localidades están ultimando la documentación para recibir ayudas e intentar recuperar la normalidad. Como se recoge en "el anuncio de modelo de solicitud para la valoración de los daños", publicado por la Consejería de Agricultura el pasado 30 de septiembre, los municipios afectados, aparte de Albuñol (que cifró los daños en 10 millones de euros), han sido Albondón, Rubite, Polopos-La Mamola, Lújar, Gualchos-Castell de Ferro, Sorvilán, Los Guájares y Vélez de Benaudalla.
En Polopos-La Mamola, los técnicos valoraron que la limpieza de cauces o caminos costaba unos 106.000 euros. Además, "todo el núcleo de población del litoral quedó embarrado, se desbordaron cauces, en Haza del Trigo, en Castillo de Baños y La Mamola estuvo una cuadrilla de personal una semana trabajando", señala su alcalde, Matías González. Luego, siguió "la limpieza de caminos rurales, algunos atraviesan cauces, habrá que hacer escolleras y obras de consideración", continúa el regidor. Junto a Coag, los agricultores efectuaron sus reclamaciones. Y es que "todo el municipio se ha visto afectado: viviendas, caminos de acceso, tuberías de riego" Además, aquí trabajaba la persona que perdió la vida en la Rambla del Trigo. "Todo el mundo le iba a llevar los excedentes de plástico de la agricultura, por lo que era una persona muy conocida aquí", lamenta el alcalde.
El alcalde de Rubite, Arsenio Vázquez, recuerda que "el primer y el segundo día fueron de infarto". Se quedaron incomunicados, los caminos de paso, las cosechas y los invernaderos resultaron dañados y en la playa aún hay grandes troncos. La valoración para arreglos asciende a 47.000 euros.
En Albondón, les entró agua en las viviendas, las carreteras que van a los cortijos quedaron destrozadas y se produjeron pérdidas irreparables en las cosechas que estaban en plena producción."El higo se ha perdido y la uva la ha destrozado bastante, mientras que la almendra la tiró al suelo", declara la alcaldesa Margarita Castillo, que cuantifica los daños en caminos rurales en 90.000 euros, "en cuanto a la producción, son incalculables".
En Sorvilán, que engloba 4 núcleos de población, los más afectados fueron los vecinos de Los Yesos, señala su alcaldesa, Pilar Sánchez, quien relata que en Melicena las calles se inundaron de agua, y en Sorvilán y Alfornón, hubo daños en el campo, en las almendras y viñas, así como en las pistas y caminos rurales.
En Gualchos-Castell de Ferro, su alcaldesa, Toñi Antequera, informa de que desde el Ayuntamiento primero actuaron con operarios y medios propios, y luego con otros ajenos. Tan sólo en maquinaria externa se gastaron a la semana siguiente 3.000 euros en arreglos de caminos.
El alcalde de Lújar, Mariano González, explica que los mayores daños fueron el destrozo de las ramblas, el acceso a las viviendas (algunas se inundaron) y los de explotaciones agrarias. Además, a unos vecinos el agua "les arrasó dos vehículos y un barco". Y el polideportivo de Los Carlos se anegó y estuvieron sacando fango de allí varios días.
Además, se da la circunstancia de que después de la "gran riada" hubo fuertes precipitaciones a las dos semanas, que produjeron daños sobre los que ya había.
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