Más de 24.000 granadinos se reenganchan a los estudios gracias a la Educación Permanente La mayoría son casos de fracaso escolar
A. ASENSIO GRANADA
Ana María Cortés decidió hace dos años que no quería estudiar. "Había repetido dos cursos en la ESO. Me desmotivé". Dejó el instituto, tomó aire, vio las cosas con otra perspectiva y su madre fue la que le dio el empujón definitivo para que se reenganchara a los estudios, esta vez con éxito. Consiguió el título de Secundaria con una nota media de 9, lo que le abrió las puertas del Ciclo Formativo de Grado Medio de Estética. "Creo que voy a seguir con el Ciclo Superior".
Rafael García Ávila, coordinador provincial de los centros de Educación Permanente, destaca que el perfil del alumnado de la Educación de Adultos ha cambiado sustancialmente en los últimos años. "Está sirviendo para reingresar en el sistema educativo a un porcentaje muy elevado de chavales" que en su momento abandonaron los estudios. La educación de adultos ha pasado de ser una herramienta para la alfabetización a dar la posibilidad de obtener un título y, sobre todo, para entrar en Formación Profesional.
"Ahora se trabaja con aquellos que sufrieron fracaso escolar", señala García Ávila, que destaca que, en algunos grupos, el porcentaje de alumnos de Educación Permanente que continúan sus estudios llega al 100%.
El perfil de estos alumnos es el de un joven de entre 18 y 24 años que dejó en su momento los estudios para trabajar -algunos sí disfrutaron del auge de la construcción-, aunque también hay un sector que sufrió fracaso escolar. En cualquier caso, prefieren la modalidad de presencial o semipresencial, ya que lo que buscan, sobre todo, es una buena nota para acceder fundamentalmente a un Ciclo Formativo de FP. "El alumnado prefiere un curso reglado porque las notas que sacan son mejores", destaca el responsable provincial de Educación Permanente. Eso sí, reconoce que la tasa de abandono ronda el 20%, "bien por trabajo o porque los alumnos no cumplen con sus expectativas".
El ambiente y la metodología "son distintos" a los del instituto, añade García Ávila, algo que corrobora Ana María. "En el instituto me sentía obligada", reconoce esta estudiante, que asegura que a este tipo de formación le lastra el desconocimiento. "La gente cree que va otro tipo de alumno", afirma.
La estructura de la formación es por ámbitos (científico tecnológico, social o matemático) y se trabaja por tareas que los alumnos deben solucionar con el apoyo de los materiales de la plataforma. El profesorado -que se forman de manera específica para trabajar con alumnado adulto- se encarga de conducir este proceso de resolución de problemas.
Las familias son las otras beneficiarias de esta oportunidad para reengancharse a los libros. "Cuando a unos padres con un hijo de 20 años, que está todo el día en el sofá, le motivas y se pone a estudiar, esa familia te lo agradece", resalta García Ávila
Este curso, estudian Educación de Adultos en Granada 24.214 personas, lo que supone un descenso del 5,8% con respecto al curso pasado. La mayoría entran en Educación Permanente (18.824 alumnos), mientras que en Bachillerato hay matriculados 2.585. En Educación Secundaria de Adultos (ESA) hay otros 1.980 matriculados, mientras que entre los Ciclos Formativos de Grado Medio y Grado Superior suman otros 825 inscritos.
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