La capital presentará en enero un diagnóstico completo de los componentes del aire Las principales fuentes de contaminación están en el tráfico, quema de rastrojos y calefacciones
A. G. V. GRANADA
Las decisiones que se toman en temas relacionados con la movilidad determinan la salud y la esperanza de vida de los granadinos. Tanto, que la mejora en la calidad del aire podría hacer aumentar la esperanza de vida de la población en 9,3 meses. Así se desprende del estudio de la Escuela Andaluza de Salud Pública titulado Movilidad y Salud elaborado por Antonio Daponte Codina en el marco del Observatorio de la Movilidad. En dicho estudio se recoge que la continua exposición a excesos de monóxido de carbono dificulta el transporte de oxígeno por la sangre, el de óxido de nitrógeno puede provocar problemas respiratorios y asma mientras que el ozono puede provocar enfermedades pulmonares.
Entre los lugares que en los años 2007 al 2012 registraron altos niveles de partículas de forma continuada se encuentran Asturias, Gijón, las zonas industriales de Huelva y Jaén, el Vallés-Baix Llobregat y algunas grandes ciudades y sus áreas metropolitanas como Barcelona, Granada y Sevilla.
¿Significa esto que la población granadina está expuesta a límites extremos de contaminación? No. El catedrático de Física Aplicada de la UGR, Lucas Alados, reconoce que lo primero que hay que tener claro para hablar de contaminación son los contextos. Ayer, el grupo municipal socialista en el Ayuntamiento de Granada anunciaba que presentarán una iniciativa en pleno para pedir medidas "inmediatas" que permitan reducir estos niveles y alertaron de que entre el 8 y el 14 de noviembre la zona norte registró 170 microgramos de nitrógeno por metro cúbico cuando "lo tolerable es 40".
"Estamos confundiendo una medición diaria con un valor anual. Es posible que la zona Norte registre un pico de 170 microgramos pero hay que tener en cuenta que la legislación permite hasta 200, y que este valor se repita hasta 18 veces al año, cosa que en Granada no ha ocurrido nunca. Los 40 microgramos de dióxido de nitrógeno son una media anual. Si miramos los históricos veremos que desde 2010 hasta 2014 en Granada esta media se ha ido reduciendo en la siguiente serie: 47, 48, 46, 42 y 42 microgramos", aclara el catedrático de la Universidad de Granada citando los informes de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía.
Esto en la estación Granada norte, que es la más complicada por el intenso tráfico que esta zona registra. Si nos fijamos en la estación meteorológica del Palacio de Congresos los valores anuales han ido variando en la siguiente serie: 35, 33, 34, 31 y 32 microgramos por metro cúbico.
"Un límite de alerta sería superar los 400 migrogramos por metro cúbico durante tres horas seguidas y eso en Granada no ha ocurrido. Un valor de 170 microgramos empieza a ser preocupante pero es un pico que se registra en un punto muy concreto durante una hora. Esto no quiere decir que toda la población respire ese aire", añade el catedrático, quien no niega que deban tomarse medidas para intentar rebajar en lo posible estos valores.
Actualmente Granada está elaborando un diagnóstico del aire que permitirá saber en qué medida están presentes los distintos contaminantes del aire. Estará listo para el mes de enero y será la base sobre la que se tomarán las decisiones oportunas para desarrollar el plan de acción con el que se pretenden reducir estos valores.
"Hay que tener mucho cuidado con la interpretación de los datos cuando no los hacen técnicos porque se termina desvirtuando la realidad", apuntó la concejal de Medio Ambiente, Telesfora Ruiz, quien anunció que en diez días se darán a conocer las primeras líneas del diagnóstico del aire de Granada.
Hay que tener en cuenta que es la propia actividad humana el principal foco de contaminación del aire que padece la ciudad. El tráfico, la continua quema de rastrojos en la Vega y el uso masivo de calefacciones están en el origen de estas emisiones que se concentran principalmente sobre las 8 de la mañana y luego entre las 6 y las 7 de la tarde.
A esta situación hay que sumar las inusuales condiciones meteorológicas de los últimos meses; temperaturas muy elevadas y ausencia de lluvias que han hecho que, en términos coloquiales, la capa atmosférica donde se disuelve la contaminación esté muy baja, lo que da la sensación de que la ciudad estuviera cubierta por una 'tapadera'.
La bajada de las temperaturas prevista para los próximos días y las lluvias harán que suba esta 'tapadera' y que bajen los niveles de contaminación.
"Hay que estudiar muchas variables y hacer muchas medidas, una vez que estén muy identificadas las fuentes habrá que tomar las decisiones", argumentó el catedrático de la UGR.
El portavoz del PSOE, Paco Cuenca, cree que es necesario hacer un cambio en el sistema de transporte público de forma que se fomente su uso frente a la utilización del transporte privado. "Con el nuevo sistema de transporte público se ha conseguido reducir la contaminación en la Gran Vía pero la hemos desplazado a los barrios", opinó el portavoz socialista en el Ayuntamiento.
Entre los lugares que en los años 2007 al 2012 registraron altos niveles de partículas de forma continuada se encuentran Asturias, Gijón, las zonas industriales de Huelva y Jaén, el Vallés-Baix Llobregat y algunas grandes ciudades y sus áreas metropolitanas como Barcelona, Granada y Sevilla.
¿Significa esto que la población granadina está expuesta a límites extremos de contaminación? No. El catedrático de Física Aplicada de la UGR, Lucas Alados, reconoce que lo primero que hay que tener claro para hablar de contaminación son los contextos. Ayer, el grupo municipal socialista en el Ayuntamiento de Granada anunciaba que presentarán una iniciativa en pleno para pedir medidas "inmediatas" que permitan reducir estos niveles y alertaron de que entre el 8 y el 14 de noviembre la zona norte registró 170 microgramos de nitrógeno por metro cúbico cuando "lo tolerable es 40".
"Estamos confundiendo una medición diaria con un valor anual. Es posible que la zona Norte registre un pico de 170 microgramos pero hay que tener en cuenta que la legislación permite hasta 200, y que este valor se repita hasta 18 veces al año, cosa que en Granada no ha ocurrido nunca. Los 40 microgramos de dióxido de nitrógeno son una media anual. Si miramos los históricos veremos que desde 2010 hasta 2014 en Granada esta media se ha ido reduciendo en la siguiente serie: 47, 48, 46, 42 y 42 microgramos", aclara el catedrático de la Universidad de Granada citando los informes de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía.
Esto en la estación Granada norte, que es la más complicada por el intenso tráfico que esta zona registra. Si nos fijamos en la estación meteorológica del Palacio de Congresos los valores anuales han ido variando en la siguiente serie: 35, 33, 34, 31 y 32 microgramos por metro cúbico.
"Un límite de alerta sería superar los 400 migrogramos por metro cúbico durante tres horas seguidas y eso en Granada no ha ocurrido. Un valor de 170 microgramos empieza a ser preocupante pero es un pico que se registra en un punto muy concreto durante una hora. Esto no quiere decir que toda la población respire ese aire", añade el catedrático, quien no niega que deban tomarse medidas para intentar rebajar en lo posible estos valores.
Actualmente Granada está elaborando un diagnóstico del aire que permitirá saber en qué medida están presentes los distintos contaminantes del aire. Estará listo para el mes de enero y será la base sobre la que se tomarán las decisiones oportunas para desarrollar el plan de acción con el que se pretenden reducir estos valores.
"Hay que tener mucho cuidado con la interpretación de los datos cuando no los hacen técnicos porque se termina desvirtuando la realidad", apuntó la concejal de Medio Ambiente, Telesfora Ruiz, quien anunció que en diez días se darán a conocer las primeras líneas del diagnóstico del aire de Granada.
Hay que tener en cuenta que es la propia actividad humana el principal foco de contaminación del aire que padece la ciudad. El tráfico, la continua quema de rastrojos en la Vega y el uso masivo de calefacciones están en el origen de estas emisiones que se concentran principalmente sobre las 8 de la mañana y luego entre las 6 y las 7 de la tarde.
A esta situación hay que sumar las inusuales condiciones meteorológicas de los últimos meses; temperaturas muy elevadas y ausencia de lluvias que han hecho que, en términos coloquiales, la capa atmosférica donde se disuelve la contaminación esté muy baja, lo que da la sensación de que la ciudad estuviera cubierta por una 'tapadera'.
La bajada de las temperaturas prevista para los próximos días y las lluvias harán que suba esta 'tapadera' y que bajen los niveles de contaminación.
"Hay que estudiar muchas variables y hacer muchas medidas, una vez que estén muy identificadas las fuentes habrá que tomar las decisiones", argumentó el catedrático de la UGR.
El portavoz del PSOE, Paco Cuenca, cree que es necesario hacer un cambio en el sistema de transporte público de forma que se fomente su uso frente a la utilización del transporte privado. "Con el nuevo sistema de transporte público se ha conseguido reducir la contaminación en la Gran Vía pero la hemos desplazado a los barrios", opinó el portavoz socialista en el Ayuntamiento.
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