Cada año seis empresas pagan un canon por retirar los envases, el aceite, la ropa, el vidrio o el papel para su transformación La basura orgánica se lleva a la planta de Alhendín
LOURDES MINGORANCE GRANADA
El reciclaje de los residuos que cada día tiran los granadinos a los contenedores no solo le sale rentable al medio ambiente. El Ayuntamiento de Granada ingresó el pasado año 1,6 millones de euros por la venta de envases, vidrio, papel, pilas o ropa a las empresas que se encargan de darle una segunda vida a estos materiales. Una cuantía ligeramente superior a la de 2014, año en que se cobró 1,25 millones de euros por los mismos conceptos.
Estas empresas y organizaciones son las encargadas de llevarse todos los residuos que se amontonan cada día en los contenedores de Granada y que desde la crisis económica se han visto reducidos considerablemente. En el año 2010, por ejemplo, se recogieron 121.000 toneladas de residuos orgánicos. Una cifra que este año, a falta de que se cierren los últimos datos del año, ha caído hasta los 99.895 toneladas. Esta basura se lleva directamente a la plata de reciclaje de Alhendín.
Del resto de residuos se encargan otras empresas como Ecoembes, Recisur, Ecovidrio o Ekologia del Sur. Los envases que se depositan en el contenedor amarillo, por ejemplo, son retirados por Ecoembes, que abona anualmente al Ayuntamiento de Granada 872.000 euros. En este contenedor van los envases de plástico, los briks y las latas que se reciclan para convertirlos de nuevo en materia prima con la que se fabrican nuevos productos. Además de realizar esta labor, Ecoembes ha impulsado otras iniciativas en toda España para conseguir el ahorro de más de 450.000 toneladas de materias primas a nivel nacional. Lo ha hecho, por ejemplo, lanzando campañas nacionales para que las empresas reduzcan la materia prima de los envases como los yogures, que actualmente pesan la mitad que hace unos años, las latas de cerveza, un 17% más ligeras, o las botellas de agua, que "incorporan plástico reciclado y de origen renovable".
Por otra parte, del vidrio se encarga Eco vidrio, que paga un canon anual de 177.000 euros anuales. Según explica esta entidad en su página web, en la cadena del reciclaje de vidrio resulta fundamental la concienciación de empresarios de hostelería, la industria y las administraciones públicas, pero también de los ciudadanos. Una vez recogidos del contenedor verde, los vidrios son transportados a una planta de tratamiento donde se someten a un proceso de separación y triturado. "Así se obtiene el calcín: pequeños fragmentos de vidrio limpio que sirven como materia prima". Este material se lleva a la vidriera, evitando la extracción de materias primas como la arena, la sosa y la caliza. El vidrio reciclado da origen a nuevos envases de idénticas características y calidad que los iniciales. Además, este proceso reduce las emisiones de CO2 y ahorra energía. Esto se debe a que la temperatura de fusión del calcín en los hornos vidrieros es menor que la de la materia prima. Las compañías envasadoras utilizan los envases de vidrio como continente del producto que comercializan. Más de 2.600 compañías financian el sistema de reciclado con sus aportaciones a través del punto verde hasta que llega al consumidor a través de los puntos de venta.
Por otra parte, Ekología del Sur abona cada año 30.000 euros por hacerse cargo de la recogida del aceite que se utiliza para elaborar biodiesel y jabón natural. Este aceite se deposita en los 200 contenedores naranjas, bautizados como Aceitina repartidos en la capital. Concienciar sobre la importancia del reciclaje de aceite ha sido una de las misiones en las que más ha insistido el Ayuntamiento de Granada en los últimos años con importantes logros. En 2010 los granadinos reciclaron 21 toneladas de aceite frente a las 79 de 2015. Un crecimiento importante que siempre debe ser ascendente, sobre todo si se tiene en cuenta que la recogida y posterior reciclaje del aceite de cocina, supondrá evitar la contaminación de 1.000 litros de agua por cada litro de aceite que los granadinos pudieran tirar por el fregadero de casa.
La misión retirar las pilas la tiene European Recycling Platform España, que abona 15.000 euros anuales al Ayuntamiento de Granada. Este es uno de los residuos más contaminantes que supone un auténtico peligro para el medio ambiente y la salud. De ahí a la intensificación de las campañas de reciclaje realizadas por el área de Medio Ambiente en los últimos años. En 2010 se reciclaron 8,3 toneladas de pilas mientras que en 2015 a falta de que cierre el año se han recabado 14, 627 toneladas. A todas ellas se les hace un tratamiento de residuos peligrosos.
Otro de los productos que se pueden tirar en los contenedores granadinos son los textiles y el calzado. De la ropa se encarga East West abonando 150.000 euros anuales. Esta organización, según informa en su página web realiza una primera clasificación y pesaje de la ropa que recaba de los contenedores. Posteriormente, parte de esa ropa se envía o bien a una planta de clasificación situada en Alemania de East West o a otras plantas de clasificación de España. Una vez clasificada -se utilizan 483 criterios-, se embala y se envía a distintos países como Europa (Bulgaria, Rumania, Albania, Moldavia, Ucrania...), África (Mozambique, Senegal, Kenia, Sudáfrica, Madagascar), Asia (Irak, Siria, India, Afganistán...) y Sudamérica (Chile, Perú etc.). El 90% de las prendas se reciclan mientras que los residuos sin utilidad se venden a empresas para confeccionar mochos de fregonas, o el relleno de los asientos de los coches. Tan solo el 8% de lo recogido son zapatos.
Estas empresas y organizaciones son las encargadas de llevarse todos los residuos que se amontonan cada día en los contenedores de Granada y que desde la crisis económica se han visto reducidos considerablemente. En el año 2010, por ejemplo, se recogieron 121.000 toneladas de residuos orgánicos. Una cifra que este año, a falta de que se cierren los últimos datos del año, ha caído hasta los 99.895 toneladas. Esta basura se lleva directamente a la plata de reciclaje de Alhendín.
Del resto de residuos se encargan otras empresas como Ecoembes, Recisur, Ecovidrio o Ekologia del Sur. Los envases que se depositan en el contenedor amarillo, por ejemplo, son retirados por Ecoembes, que abona anualmente al Ayuntamiento de Granada 872.000 euros. En este contenedor van los envases de plástico, los briks y las latas que se reciclan para convertirlos de nuevo en materia prima con la que se fabrican nuevos productos. Además de realizar esta labor, Ecoembes ha impulsado otras iniciativas en toda España para conseguir el ahorro de más de 450.000 toneladas de materias primas a nivel nacional. Lo ha hecho, por ejemplo, lanzando campañas nacionales para que las empresas reduzcan la materia prima de los envases como los yogures, que actualmente pesan la mitad que hace unos años, las latas de cerveza, un 17% más ligeras, o las botellas de agua, que "incorporan plástico reciclado y de origen renovable".
Por otra parte, del vidrio se encarga Eco vidrio, que paga un canon anual de 177.000 euros anuales. Según explica esta entidad en su página web, en la cadena del reciclaje de vidrio resulta fundamental la concienciación de empresarios de hostelería, la industria y las administraciones públicas, pero también de los ciudadanos. Una vez recogidos del contenedor verde, los vidrios son transportados a una planta de tratamiento donde se someten a un proceso de separación y triturado. "Así se obtiene el calcín: pequeños fragmentos de vidrio limpio que sirven como materia prima". Este material se lleva a la vidriera, evitando la extracción de materias primas como la arena, la sosa y la caliza. El vidrio reciclado da origen a nuevos envases de idénticas características y calidad que los iniciales. Además, este proceso reduce las emisiones de CO2 y ahorra energía. Esto se debe a que la temperatura de fusión del calcín en los hornos vidrieros es menor que la de la materia prima. Las compañías envasadoras utilizan los envases de vidrio como continente del producto que comercializan. Más de 2.600 compañías financian el sistema de reciclado con sus aportaciones a través del punto verde hasta que llega al consumidor a través de los puntos de venta.
Por otra parte, Ekología del Sur abona cada año 30.000 euros por hacerse cargo de la recogida del aceite que se utiliza para elaborar biodiesel y jabón natural. Este aceite se deposita en los 200 contenedores naranjas, bautizados como Aceitina repartidos en la capital. Concienciar sobre la importancia del reciclaje de aceite ha sido una de las misiones en las que más ha insistido el Ayuntamiento de Granada en los últimos años con importantes logros. En 2010 los granadinos reciclaron 21 toneladas de aceite frente a las 79 de 2015. Un crecimiento importante que siempre debe ser ascendente, sobre todo si se tiene en cuenta que la recogida y posterior reciclaje del aceite de cocina, supondrá evitar la contaminación de 1.000 litros de agua por cada litro de aceite que los granadinos pudieran tirar por el fregadero de casa.
La misión retirar las pilas la tiene European Recycling Platform España, que abona 15.000 euros anuales al Ayuntamiento de Granada. Este es uno de los residuos más contaminantes que supone un auténtico peligro para el medio ambiente y la salud. De ahí a la intensificación de las campañas de reciclaje realizadas por el área de Medio Ambiente en los últimos años. En 2010 se reciclaron 8,3 toneladas de pilas mientras que en 2015 a falta de que cierre el año se han recabado 14, 627 toneladas. A todas ellas se les hace un tratamiento de residuos peligrosos.
Otro de los productos que se pueden tirar en los contenedores granadinos son los textiles y el calzado. De la ropa se encarga East West abonando 150.000 euros anuales. Esta organización, según informa en su página web realiza una primera clasificación y pesaje de la ropa que recaba de los contenedores. Posteriormente, parte de esa ropa se envía o bien a una planta de clasificación situada en Alemania de East West o a otras plantas de clasificación de España. Una vez clasificada -se utilizan 483 criterios-, se embala y se envía a distintos países como Europa (Bulgaria, Rumania, Albania, Moldavia, Ucrania...), África (Mozambique, Senegal, Kenia, Sudáfrica, Madagascar), Asia (Irak, Siria, India, Afganistán...) y Sudamérica (Chile, Perú etc.). El 90% de las prendas se reciclan mientras que los residuos sin utilidad se venden a empresas para confeccionar mochos de fregonas, o el relleno de los asientos de los coches. Tan solo el 8% de lo recogido son zapatos.
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