Casi todos los siniestros tienen su origen en una deficiente instalación eléctrica o en los descuidos
F. PÉREZ ÁVILA / A. ASENSIO
Apenas ha llegado el frío a Granada y ya se prevé que haya un aumento en el número de incendios en viviendas. La experiencia así lo dice. El uso de estufas, calefacciones, braseros o chimeneas es "directamente proporcional" al frío que haga, y a más aparatos para caldear la vivienda en funcionamiento, más probabilidades de siniestros, explica el jefe de bomberos de Granada, Jesús Cabrera Yesares. No es un tema menor. 17 personas han muerto en los fuegos registrados en sus casas desde 2010 a 2014, según los datos recopilados en los sucesivos informes titulados Víctimas de incendios en España de la Fundación Mapfre.
Esta negra estadística creció en 2015. Sólo desde el pasado mes de septiembre, se han registrado otros dos decesos en la provincia. Hace cuatro meses un hombre perdió la vida en el incendio de su domicilio en Casería Aguirre, en la capital, mientras que el pasado noviembre una mujer pereció tras incendiarse su vivienda, en Huétor Vega.
Los siniestros de las últimas semanas no han tenido afortunadamente víctimas mortales. El día de Navidad los bomberos desalojaron a diez trabajadores de un hotel de Armilla tras incendiarse un almacén. Un día después una persona tuvo que ser rescatada por los bomberos tras incendiarse su vivienda, en Huéscar, y resultó herida por quemaduras. En Chimeneas se produjo otro de los últimos sucesos, originado tras prender la ropa de la mesa camilla en el brasero. En el fuego perecieron tres perros. Precisamente fue uno de los canes el que, accidentalmente, propició el fuego, según explica el jefe del Servicio de Bomberos de la capital granadina.
Pese al goteo incesante de incidentes, el pasado otoño y lo que va de invierno han sido particularmente 'tranquilos' para los bomberos de la provincia. Lo suave de las temperaturas de los últimos meses ha propiciado esta tregua. De nuevo, Cabrera recuerda la pertinaz relación entre frío, uso de aparatos de calefacción y accidentes. Los datos del último informe de Mapfre corroboran que es en los meses de más frío cuando se registran más incendios. Así, el estudio advierte de cuatro de cada diez incendios con víctimas mortales tuvieron su origen en un aparato productor de calor.
El informe señala, además, que es entre las ocho de la tarde y las ocho de la mañana cuando se registra un mayor número de fallecidos. Así, el documento vincula las horas de sueño -y por lo tanto la "insensibilidad" ante los "estímulos externos"- y la mayor vulnerabilidad de las víctimas con los siniestros en los que se registran pérdidas humanas. Otro factor de riesgo es el tamaño de la población donde ocurra el incidente. El citado informe explica que "las ciudades con más riesgos" son aquellas con menos de 1.000 habitantes, que, evidentemente, no cuentan con parque de bomberos. Además, cuanto más pequeño es el núcleo de población, más difícil suele ser el acceso, "lo cual implica que se alarguen los tiempos de llegada al lugar" del fuego, "con el efecto negativo que ello conlleva", según el documento de la Fundación Mapfre.
También parece haber una relación entre los fines de semana y los accidentes. Son los sábados y domingos los días con más sucesos, lo que puede explicarse por el hecho de que las familias pasan más tiempo en casa.
En cuanto al perfil de la víctima, Cabrera reconoce que es muy heterogéneo, desde personas de avanzada edad, a indigentes o toxicómanos.
"El brasero es una de las fuentes" de los incendios, aunque este sistema de calefacción esté cada vez más en desuso, reconoce Jesús Cabrera, que añade que otro de los factores que suelen estar en el origen del incendio de una vivienda es la sobrecarga eléctrica. El responsable de los bomberos insiste en la necesidad de mantener en buenas condiciones la instalación eléctrica. Una de los elementos conflictivos son las regletas, cada vez más comunes por la necesidad de mantener varios aparatos conectados a la misma fuente de corriente. Es cada vez más común tener enchufados simultáneamente el móvil, el brasero, la televisión, el módem de internet, la tableta... "Siempre, como garantía, hay que comprar estos elementos en tiendas especializadas", añade Cabrera, que advierte del peligro de comprar barato -y sin la seguridad de que estén homologadas- estas bases múltiples, ladrones o alargaderas. Es en el salón donde, precisamente, se originan el 43% de los incendios con fallecidos, según el informe sobre víctimas de incendios de 2014.
La cocina es otro de los puntos conflictivos. En el origen de los incendios domésticos que se propagan desde estas estancias pueden estar tanto la falta de limpieza de la campana extractora como en el uso de electrodomésticos. El pasado mes de marzo una mujer de 20 años tuvo que ser atendida tras resultar herida en la mano en el incendio de su cocina en Granada. En julio, otra mujer necesitó asistencia médica por inhalación de humo al incendiarse la freidora en la que cocinaba, mientras que en agosto, dos trabajadores de un restaurante de Otura fueron atendidos por inhalación de humo, según indicaron en su momento fuentes del 112.
El jefe de bomberos de Granada añade, además, que cada año se da un pequeño porcentaje de siniestros que sí son provocados de forma intencionada. De estos hechos, Cabrera reseña que los bomberos de Granada se han encontrado con casos de incendios provocados bien para cobrar la póliza del seguro -lo que supone un caso extremo de intento de defraudar al seguro, una práctica que las aseguradoras intentan atajar mediante sus propios equipos de investigadores- o bien para dañar a un tercero. Así, hay quien movido por la necesidad de ajustar cuentas, por rencor o en medio de un proceso de separación decide provocar un incendio.
Esta negra estadística creció en 2015. Sólo desde el pasado mes de septiembre, se han registrado otros dos decesos en la provincia. Hace cuatro meses un hombre perdió la vida en el incendio de su domicilio en Casería Aguirre, en la capital, mientras que el pasado noviembre una mujer pereció tras incendiarse su vivienda, en Huétor Vega.
Los siniestros de las últimas semanas no han tenido afortunadamente víctimas mortales. El día de Navidad los bomberos desalojaron a diez trabajadores de un hotel de Armilla tras incendiarse un almacén. Un día después una persona tuvo que ser rescatada por los bomberos tras incendiarse su vivienda, en Huéscar, y resultó herida por quemaduras. En Chimeneas se produjo otro de los últimos sucesos, originado tras prender la ropa de la mesa camilla en el brasero. En el fuego perecieron tres perros. Precisamente fue uno de los canes el que, accidentalmente, propició el fuego, según explica el jefe del Servicio de Bomberos de la capital granadina.
Pese al goteo incesante de incidentes, el pasado otoño y lo que va de invierno han sido particularmente 'tranquilos' para los bomberos de la provincia. Lo suave de las temperaturas de los últimos meses ha propiciado esta tregua. De nuevo, Cabrera recuerda la pertinaz relación entre frío, uso de aparatos de calefacción y accidentes. Los datos del último informe de Mapfre corroboran que es en los meses de más frío cuando se registran más incendios. Así, el estudio advierte de cuatro de cada diez incendios con víctimas mortales tuvieron su origen en un aparato productor de calor.
El informe señala, además, que es entre las ocho de la tarde y las ocho de la mañana cuando se registra un mayor número de fallecidos. Así, el documento vincula las horas de sueño -y por lo tanto la "insensibilidad" ante los "estímulos externos"- y la mayor vulnerabilidad de las víctimas con los siniestros en los que se registran pérdidas humanas. Otro factor de riesgo es el tamaño de la población donde ocurra el incidente. El citado informe explica que "las ciudades con más riesgos" son aquellas con menos de 1.000 habitantes, que, evidentemente, no cuentan con parque de bomberos. Además, cuanto más pequeño es el núcleo de población, más difícil suele ser el acceso, "lo cual implica que se alarguen los tiempos de llegada al lugar" del fuego, "con el efecto negativo que ello conlleva", según el documento de la Fundación Mapfre.
También parece haber una relación entre los fines de semana y los accidentes. Son los sábados y domingos los días con más sucesos, lo que puede explicarse por el hecho de que las familias pasan más tiempo en casa.
En cuanto al perfil de la víctima, Cabrera reconoce que es muy heterogéneo, desde personas de avanzada edad, a indigentes o toxicómanos.
"El brasero es una de las fuentes" de los incendios, aunque este sistema de calefacción esté cada vez más en desuso, reconoce Jesús Cabrera, que añade que otro de los factores que suelen estar en el origen del incendio de una vivienda es la sobrecarga eléctrica. El responsable de los bomberos insiste en la necesidad de mantener en buenas condiciones la instalación eléctrica. Una de los elementos conflictivos son las regletas, cada vez más comunes por la necesidad de mantener varios aparatos conectados a la misma fuente de corriente. Es cada vez más común tener enchufados simultáneamente el móvil, el brasero, la televisión, el módem de internet, la tableta... "Siempre, como garantía, hay que comprar estos elementos en tiendas especializadas", añade Cabrera, que advierte del peligro de comprar barato -y sin la seguridad de que estén homologadas- estas bases múltiples, ladrones o alargaderas. Es en el salón donde, precisamente, se originan el 43% de los incendios con fallecidos, según el informe sobre víctimas de incendios de 2014.
La cocina es otro de los puntos conflictivos. En el origen de los incendios domésticos que se propagan desde estas estancias pueden estar tanto la falta de limpieza de la campana extractora como en el uso de electrodomésticos. El pasado mes de marzo una mujer de 20 años tuvo que ser atendida tras resultar herida en la mano en el incendio de su cocina en Granada. En julio, otra mujer necesitó asistencia médica por inhalación de humo al incendiarse la freidora en la que cocinaba, mientras que en agosto, dos trabajadores de un restaurante de Otura fueron atendidos por inhalación de humo, según indicaron en su momento fuentes del 112.
El jefe de bomberos de Granada añade, además, que cada año se da un pequeño porcentaje de siniestros que sí son provocados de forma intencionada. De estos hechos, Cabrera reseña que los bomberos de Granada se han encontrado con casos de incendios provocados bien para cobrar la póliza del seguro -lo que supone un caso extremo de intento de defraudar al seguro, una práctica que las aseguradoras intentan atajar mediante sus propios equipos de investigadores- o bien para dañar a un tercero. Así, hay quien movido por la necesidad de ajustar cuentas, por rencor o en medio de un proceso de separación decide provocar un incendio.
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