La consulta frecuente al médico es fundamental luego de los 50 años.
Ejercicio frecuente, conductas saludables y controles médicos periódicos representan tres mandamientos para el cuidado de la salud de los hombres de mediana edad, indican los médicos.
Los doctores Jorge Clavijo, especialista en urología y profesor agregado de esa especialidad en la Facultad de Medicina, y Mario Zelarayán, director ejecutivo de la Comisión de Salud Cardiovascular, aportaron por separado consejos que terminaron siendo coincidentes.
Clavijo presentó su visión en el libro Manual del hombre maduro, de reciente lanzamiento, en el cual además de referirse en lenguaje claro y directo sobre su especialidad, también incursiona en otras preocupaciones de los mayores de 50 años, desde la salud sexual hasta la pérdida de memoria.
En ese sentido, ante la pregunta de cómo mantenerse saludable y en buena condición física, el profesional señala que "se podrían escribir enciclopedias" sobre esos puntos, pero agrega que "si busca una respuesta fácil, no se haga daño a usted mismo".
"La condición física es un área donde se mejora progresivamente. Comience con lo que pueda hacer y tolerar (...) El límite lo pone usted y en cierta forma es usted su propio límite, su mente y sus prejuicios", puntualiza.
Un aspecto fundamental son los controles de salud periódicos. "A los hombres nos cuesta escuchar a nuestro cuerpo", comenta, una actitud que exhorta a modificar. Por ejemplo, Clavijo indica que ya desde los 40 o 45 años, dependiendo de los antecedentes familiares, se debe realizar un control prostático una vez al año.
"Si (usted) vive lo suficiente es casi seguro que va a necesitar una consulta urológica en algún momento. No es la única especialidad, es casi seguro que también requiera de un oftalmólogo".
"Los síntomas urinarios son uno de los problemas más frecuentes en las personas mayores de 50 años", sostiene.
El corazón.
Zelarayán asegura que "nunca es tarde" para comenzar a cuidar la salud cardiovascular, aunque tampoco se debe esperar a cumplir 50 para hacerlo.
"No es válido decir, como antes, es la edad en la que uno debe comenzar a cuidarse. Generalmente los daños a la salud cardiovascular ya están concretados a esa edad. Entonces, lo que uno debería hacer es no aumentar los daños o no provocar el desencadenamiento de eventos mayores, como un infarto. Pero el daño ya lo tiene si no se ha cuidado antes.
"Si uno tiene 50 años y fumó durante 30, es muy difícil que no tenga daño vascular. Lo que podemos hacer a los 50 es hacer controles médicos, aunque se sienta súper sano", sostiene.
El especialista resumió las "conductas cardiosaludables" y enfatizó que la primera es "dejar de fumar". La segunda es tener una actividad física moderada. "Cuando hablo de esto me refiero a caminar, andar en bicicleta o bailar", dice. Para ello recomienda 150 minutos de esa actividad física, con esa intensidad, por semana. Pueden ser 30 minutos cinco veces a la semana, incluso 10 minutos tres veces al día.
"Parece poca cosa pero representa un enorme avance en la salud de los individuos. Eso distingue al individuo de mediana edad entre sedentario y activo", explica el profesional.
La tercera recomendación de Zelarayán es la alimentación saludable. "No está de más insistir en desayunar bien, almorzar bien y cenar poco. Comer adecuadamente, sentado y no a las apuradas, en un ambiente adecuado. También el tipo de alimentación: aumentar el consumo de frutas y verduras, no dejar de comer carne, disminuir el alcohol al mínimo y disminuir el consumo de grasas, sobre todo las trans. Y limitar el azúcar y la sal".
Zelarayán insistió además en que los controles médicos "son fundamentales". "Si la persona de mediana edad no presenta un factor de riesgo, éstos deben ser todos los años. Si tiene alguno, la frecuencia la determinará su médico, pero no más allá de tres meses", dice.
Adhesión al tratamiento.
Un aspecto fundamental para los pacientes con hipertensión, colesterol o diabetes es mantener la adhesión al tratamiento a lo largo del tiempo, destaca el doctor Mario Zelarayán. "El 50% de los pacientes crónicos, a los dos años, abandona el tratamiento. Otros lo cumplen a la mitad, que es lo mismo que no hacer nada. Se creen que ya están mejor y dejan la medicación", sostiene. Se trata de una cifra basada en estudios realizados en países anglosajones pero de acuerdo con su experiencia, considera que en Uruguay la situación "puede ser todavía peor".
"Un paciente hipertenso es hipertenso toda la vida. Hay que formar y educar a los pacientes para que continúen el tratamiento", enfatiza.
No hay que bajar la guardia.
El doctor Clavijo señala la resistencia de muchos hombres a concurrir periódicamente a controles médicos. "Cuando la situación es seria, lo más probable es que haya que cambiar varios hábitos por el resto de la vida. Cuando gozamos de buena salud es aún más difícil convencernos de hacer las cosas bien, mantener hábitos y un estilo de vida saludable. Uno se siente bien y entonces tiende a ser complaciente en varios aspectos. Se baja la guardia, y los problemas siempre están listos para darnos un golpe", advierte.
Cuidado con sal y azúcar.
El doctor Mario Zelarayán aconseja disminuir el consumo de azúcar y sal. "A los 50 años el páncreas ya está cascoteado y empiezan a aparecer en muchas personas los primeros síntomas de diabetes. El porcentaje de diabéticos de esa edad es muy alto en Uruguay", asegura.
La misma limitación recomienda para la sal, porque a la edad indicada, "cuatro de cada seis uruguayos tienen hipertensión por exceso de sal y falta de ejercicio", observa. "Digo disminución y no eliminación. Casi todos los productos tienen sal, hasta el agua. Lo que hay que evitar es poner sal en la mesa, agregársela a las comidas y dejar de lado las comidas con mucha sal, los embutidos, las papas fritas envasadas o algunos quesos que se preparan con mucha sal", explica el médico.
Gimnasia para el cerebro
La situación hoy es muy diferente a la de 1900, cuando la expectativa de vida era de 50 años y pocos llegaban a la edad en la cual el deterioro intelectual representa un problema, comenta Clavijo. Al igual que la aptitud física, la aptitud del cerebro "se puede mejorar mediante diversas actividades que implican desafíos", asegura. Por ejemplo, practicar deportes, jugar al ajedrez, bailar, practicar yoga y taichí, así como algunos ejercicios de computadora más estructurados. "Algunas investigaciones muestran que la estimulación cerebral puede ayudar a prevenir el deterioro cognitivo relacionado con la edad y revertir el deterioro en la demencia y en la enfermedad de Alzheimer, aunque sea parcialmente", apunta. También señala que hay algunos productos que mejoran la capacidad intelectual.
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