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domingo, 7 de agosto de 2016

Sobre los planes de pensiones privados granadahoy.com

Nos venden estos instrumentos como forma de compensar un recorte de pensión pero la mayoría de la población no tiene capacidad de ahorro.
LEÓN / LASA 
ESCRIBÍAMOS la semana pasada una vez más sobre la -sí, repetida, pero muy importante- cuestión de las pensiones y su sostenibilidad en el tiempo. Y defendíamos que, en contra de lo que se mantiene reiteradamente por parte de algunos sectores, no estamos ante un problema demográfico sino, por el contrario, frente a un reto de creación de más y mejor empleo y de aumentar la ratio entre cotizantes y no cotizantes: no hay otra. Y esta ratio, no se solventa con más nacimientos en un país incapaz estructuralmente de crear puestos de trabajo para todos sus ciudadanos, y en el que el desempleo juvenil alcanza al 50% de la población. ¿Más nacimientos? ¿Para qué? Sin duda no queda otra que más empleo y, por desgracia, más años trabajando ya que la esperanza de vida -y, por tanto, el tiempo en que cobramos una pensión- ha crecido cerca de diez años en las últimas décadas: en 1970 era de 72 años; hoy rozamos los 83. Las cuentas, sencillamente, no salen. Nos guste o no. Así, y ante el más que evidente petamiento parcial o total del sistema a medio plazo, el sector privado, el financiero concretamente, ha visto, en los llamados planes de pensiones privados, la panacea de esos problemas, y de paso uno de sus principales nichos de negocio, y nos intenta convencer de ello. "Ahorren para la vejez. Con nosotros". 


Se dice y se publica que, por ejemplo, la generación de los 90 no llegará a cobrar de pensión ni la mitad del último salario (la de los 50 cobra aproximadamente el 74%, y la de los sesenta cobrará el 60%, Dios mediante). Así las cosas, voila, activemos los planes privados. Sin embargo: en una nación como la nuestra, de salarios magros, donde únicamente un 18% declara percibir más de 30.000 euros al año, ¿quiénes pueden permitirse ahorrar algo sustancial para la vejez? No es fácil ganar menos de 1.200 euros al mes (casi la mitad de la población), mantener unos hijos, y, además, ahorrar en planes de pensiones privados. Y otra cuestión añadida, ¿cual es la rentabilidad de esos planes de pensiones gestionados por los principales bancos? Pues bien, por ejemplo, en el año en curso más de la mitad sufren pérdidas, y muy pocos baten la inflación o, simplemente la rentabilidad por dividendo del Íbex.; esto es, no solamente no dan beneficios, sino que, en muchos casos, el capital depositado disminuye. Lo que no se reducen son las (jugosas) comisiones que, sí o sí, cobran las entidades financieras: hasta el 1,5% de gestión más la comisión de mantenimiento. Una barbaridad en un entorno de tipos de interés casi cero. Las comisiones, como en cualquier otro negocio, debían ir vinculadas a la rentabilidad positiva del Plan; y no devengarse automáticamente, sea cual sea el resultado. A quién beneficia un desmantelamiento progresivo del sistema público de pensiones parece obvio y fuera de duda. Y qué es lo que deberíamos hacer, también: ahorrar lo que podamos; pero, tan importante o más, gestionar nuestros ahorros nosotros mismos, y no dejar que nos engatusen los cantos de sirenas.

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