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martes, 14 de marzo de 2017

Consultorio: cuatro preguntas sobre salud renal La Voz del Interior

NOBLES. Los riñones cumplen un rol clave de depuración de toxinas. Por eso, cada año se dedica un día a concientizar sobre los cuidados que requiere.

El 9 de marzo se conmemoró el Día Mundial del Riñón, una fecha para concientizar sobre la importancia de proteger a este órgano que cumple una función clave. Gustavo Iglesias, médico del Servicio de Nefrología del hospital Córdoba da respuestas a los interrogantes más habituales.
–¿A qué se denomina “enfermedad renal”? ¿Es una sola enfermedad o el riñón puede ser afectado por varias patologías?
–La enfermedad renal crónica (ERC) es la pérdida progresiva de la función renal durante un período de meses o años. Cada riñón tiene aproximadamente un millón de filtros diminutos, llamadas nefronas. Si están dañadas, dejan de trabajar. Durante un tiempo, las nefronas sanas pueden asumir el trabajo extra, pero si el daño continúa, más nefronas dejan de funcionar. Después de cierto punto, las que quedan no pueden filtrar la sangre lo suficientemente bien.
Cuando la función renal cae debajo de cierto punto, se llama “insuficiencia renal”. La insuficiencia renal afecta a todo el cuerpo y puede hacer sentir muy enfermo. Cuando no es tratada, puede ser potencialmente mortal.
Las patologías más frecuentes que generan daño renal son la diabetes y la hipertensión, además de varias otras menos frecuentes, como las glomerulonefritis y las patologías urinarias.
–¿Cuáles son los síntomas?
  • Es muy importante recordar los siguientes aspectos:
  • La enfermedad renal crónica temprana no tiene signos o síntomas.
  • La enfermedad renal crónica por lo general no desaparece.
  • La enfermedad renal puede ser tratada. Cuanto antes se sepa que la tiene, mejores serán las posibilidades de recibir un tratamiento eficaz
  • La enfermedad renal puede progresar a insuficiencia renal.
  • Las enfermedades renales son comunes, nocivas y, a menudo, tratables.
Comunes, porque afectan a entre el 8 y el 10 por ciento de la población adulta con algún tipo de daño renal, y cada año millones mueren prematuramente por complicaciones relacionadas a la enfermedad renal crónica (ERC).
Nocivas, porque la primera consecuencia de no detectar la ERC es el riesgo de desarrollar pérdida progresiva de la función renal, que puede conducir a insuficiencia renal (también llamada “fase final” o “enfermedad renal terminal” ERT), que significa tratamiento de diálisis regular o necesidad de un trasplante de riñón para sobrevivir.
Pero la segunda consecuencia de la ERC es que aumenta el riesgo de muerte prematura asociada a la enfermedad cardiovascular (es decir ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares o ACV). Las personas que se encuentran aparentemente sanas con enfermedad renal crónica tienen un mayor riesgo de muerte prematura por enfermedad cardiovascular, independientemente de si alguna vez desarrollaron insuficiencia renal.
Finalmente, es tratable porque si la ERC se detecta a tiempo, y es manejada apropiadamente, el deterioro de la función renal se puede retrasar o incluso detener, y el riesgo de complicaciones cardiovasculares asociadas puede ser reducido.
–¿Es posible prevenirla?
  • Para prevenir la ERC es necesario detectarla. Para ello, se utiliza una analítica sencilla y de bajo costo, que cualquier laboratorio puede realizar y que pretende determinar lo siguiente:
  • Filtración glomerular (FG); es decir, cuánta sangre depuran los riñones por minuto, para evaluar así un aspecto de la función renal. En la práctica cotidiana, la FG fácilmente puede ser estimada a partir de la medición del nivel de creatinina en la sangre, y teniendo en cuenta edad, etnia y género.
  • Presencia de proteínas en la orina: es indicador de daño renal. Se puede evaluar mediante un análisis de orina.
–¿Cómo se puede cuidar el riñón?
–Es posible proteger la salud de los riñones manteniéndose en forma y activo. Estar en forma ayuda a reducir la presión arterial y, por lo tanto, reduce el riesgo de enfermedad renal crónica. También es importante conservar el control regular del nivel de azúcar en la sangre.
Aproximadamente, la mitad de las personas que tienen diabetes desarrollan daño renal, por lo que es importante para las personas con diabetes que se controlen para comprobar su función renal. El daño renal por la diabetes se puede reducir o prevenir si se detectan a tiempo.
Aunque muchas personas pueden ser conscientes de que la presión arterial alta puede conducir a un derrame cerebral o ataque cardíaco, pocos saben que también es una causa común de daño renal.
El nivel de presión arterial normal es 120/80, niveles de 140/90 o más deben ser monitoreados por su médico para un buen control. La presión arterial alta es especialmente probable que cause daño renal cuando se asocia con otros factores como la diabetes, el colesterol alto y enfermedades cardiovasculares.
También es clave comer de manera saludable y mantener el peso bajo control. Esto puede ayudar a prevenir la diabetes, enfermedades cardíacas y otras condiciones asociadas con la enfermedad renal crónica.
Otro punto fundamental es reducir el consumo de sal, al igual que sostener una dieta equilibrada y un peso adecuado.
También hay que ingerir líquidos saludables: beber de 1,5 a 2 litros de agua por día. Eso ayuda a mantener un buen estado de hidratación. Además, hay que evitar el tabaquismo. Fumar retarda el flujo de sangre a los riñones y cuanto menos sangre llega a los riñones, más se perjudica su capacidad para funcionar correctamente. Fumar también aumenta el riesgo de cáncer de riñón en un 50 por ciento. Un aspecto más a tener en cuenta es la importancia de limitar o evitar tomar con regularidad medicamentos de venta libre. Algunos comprimidos comunes, como antiinflamatorios no esteroides como el ibuprofeno causan daño renal si se toman regularmente.
Condiciones que hay que controlar o saber para proteger el órgano: diabetes, hipertensión, obesidad y antecedentes familiares.
La obesidad, un factor de riesgo
El 9 de marzo fue el Día Mundial del Riñón. El tema elegido este año fue “Obesidad y riñón”, debido a que se tuvo en cuenta el incremento de ese factor en la población general y su relación con la enfermedad renal crónica.
La obesidad es un poderoso factor de riesgo para el desarrollo de la enfermedad renal, además de incrementar la incidencia de otras patologías, como hipertensión y la diabetes.Tener un peso no saludable significa una sobrecarga de trabajo para el riñón, obliga a aumentar la sangre que debe filtrar y, como consecuencia, provoca daño irreversible a largo plazo.


RESPONDE.Gustavo Iglesias, médico nefrólogo del hospital Córdoba. (La Voz/Archivo)

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El texto original de este artículo fue publicado el 13/03/2017 en nuestra edición impresa. Ingrese a la edición digital para leerlo igual que en el papel.

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