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lunes, 30 de octubre de 2017

Por qué debemos mejorar nuestros hábitos de sueño y cómo hacerlo elhuffingtonpost

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Dormir bien es más importante que seguir una alimentación adecuada o que el ejercicio para conseguir una salud óptima?
Dormir es lo primero que tendemos a sacrificar cuando estamos súper ocupados, estresados o no tenemos tiempo suficiente para hacer todo lo que se supone deberíamos hacer. Hoy en día, casi podemos considerar dormir como un bien de lujo, mientras que en realidad debería ser una de las cosas más importantes en nuestra agenda.
Todos somos diferentes y nuestras necesidades no son las mismas, pero estudios científicos nos han demostrado que las personas necesitan, una media de 8 horas de sueño para funcionar de manera óptima. Sin embargo, la mayoría de nosotros dormimos menos horas cada noche.
Mientras dormimos, se liberan hormonas y estas ayudan a regular el control del apetito, el estrés, el crecimiento, el metabolismo y otras funciones corporales.
¿QUÉ SUCEDE MIENTRAS DUERMES?
Cuando cerramos los ojos y nos dormimos, nuestros órganos internos también entran en momento de descanso y es cuando se recuperan de sus actividades diarias, se produce la recuperación de los tejidos y el músculo se recompone y crece.
Mientras dormimos, se liberan hormonas y estas ayudan a regular el control del apetito, el estrés, el crecimiento, el metabolismo y otras funciones corporales.
También se consolida nuestra memoria, nuevos recuerdos se forman y se almacenan, permitiendo un aprendizaje más eficaz.
¿Y SI NO DORMIMOS BIEN?
Privar a nuestro cuerpo del sueño que necesita es tan dañino como una dieta llena de azúcares y alimentos procesados, o una vida sin ejercicio.
La falta de sueño puede transformar nuestro temperamento, te vuelves más gruñón e irritable y nuestro físico también se verá afectado, el peso será más elevado que si durmiésemos las horas correspondientes, además de que nos sentiremos más inflamados y nuestro sistema inmunológico sufre. La capacidad de concentración disminuye y puede comprometer nuestro estado mental.
No dormir lo suficiente afecta a todas las células y órganos de nuestro cuerpo, y se asocia con la diabetes e incluso con la enfermedad de Alzheimer.
¿QUÉ CAUSA LA FALTA DE SUEÑO?
Hay muchos factores que afectan nuestra rutina de sueño. Puede ser porque estemos preocupados por cosas de trabajo, algunos medicamentos interfieren con la somnolencia, el estrés, la ansiedad, depresión, ciertos alimentos (como la cafeína) o incluso el uso de dispositivos electrónicos, todos repercuten en nuestra calidad de sueño.
HÁBITOS PARA UN DORMIR SALUDABLE
Lo más importante para tener un sueño de gran calidad es adoptar una rutina, un tipo de ritual que envíe señales de relajación a tu cerebro y prepare tu cuerpo para una noche de descanso.
Acostarse a la misma hora todos los días.

Disfruta de una infusión de hierbas relajante (solo si esto no interrumpe tu sueño porque tienes que ir al baño a media noche). Un cúcuma latte también es una excelente manera de relajar su sistema nervioso.

Ejercicios de respiración y meditación para ayudar a despejar su mente y sentirte más tranquilo.

Por la noche basa tu cena en verduras y proteínas magras, las cuales ayuda a recuperarse y a una reconstrucción muscular mientras duerme. Incrementa la ingesta con alimentos antioxidantes ya que ayudan a mejorar tus digestiones y tu sistema inmunológico.

Toma un baño perfumado con aceites esenciales de lavanda y manzanilla-

Apaga tu ordenador o móvil a una hora decente.

Convierte tu habitación en un oasis. Dormir en una habitación oscura ayuda a estimular la melatonina, una hormona que promueve el sueño. Además, la temperatura de la habitación es vital, debe ser fresca más que calurosa.

ALIMENTOS QUE AYUDAN A CONCILIAR EL SUEÑO
Recuerdo que mis abuelos tomaban un vaso de leche tibia todas las noches justo antes de acostarse, con la excusa de que les ayudaba a dormir. No se si hay ciencia o no detrás pero de lo que si hay prueba es de que los siguientes ingredientes promueven un sueño de calidad:
Boniato: los carbohidratos complejos estimulan la liberación de serotonina, una hormona que calma el cerebro.

Alimentos fermentados como chucrut, kimchi, vinagre de sidra de manzana, pasta de miso, yogur o kéfir. Hay un vínculo directo entre nuestro intestino y nuestro cerebro. Cuando nuestro intestino se inflama, el nervio vago le dice a nuestro cerebro que se sienta incómodo, ansioso y estresado.

Almendras: un gran refrigerio tardío, tienen un alto contenido de vitamina B6 y triptófano que también respaldan la serotonina.

Las verduras verdes, las uvas verdes o las cerezas ácidas son ricas en magnesio, lo que mejora su sueño relajando los músculos.

El dormir es una de las mejores cosas que podemos hacer por nosotros mismos, así que establécelo como tu prioridad número uno y disfruta de tu yo más saludable

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