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jueves, 28 de noviembre de 2019

Un estudio revela que los bebés de las UCI están expuestos a plásticos tóxicos granadahoy.com

  • El catedrático Nicolás Olea y su equipo analizan 50 productos utilizados en las unidades de cuidados intensivos, desde sondas de plástico a protectores de colchón
  • La UE prohibió hace años la presencia de bisfenol A en los biberones por ser una sustancia dañina para los bebés
Nicolás Olea y su equipo. R. G.

En junio de 2011 la Unión Europea prohibía definitivamente la presencia del ya famoso bisfenol A (BPA) en los biberones por considerarlo dañino para la salud de los bebés. Aquella medida radical tuvo como sostén científico la línea de trabajo seguida por el catedrático de la Universidad de Granada y médico en el Hospital San Cecilio  Nicolás Olea. Ahora, el investigador y su equipo publican un nuevo trabajo en el que determinan la presencia de bisfenol A y parabenos en pomadas, apósitos, guantes estériles, catéter, tubos de alimentación y otros elementos utilizados en las unidades hospitalarias de cuidados intensivos neonatales (UCIN).
Esta investigación se ha desarrollado con investigadores de los hospitales Virgen de las Nieves, San Cecilio, UGR, Centro de Investigación Biomédica (CIBM) y del Instituto de Investigación Biosanitaria (ibs.Granada) y ha contado con la financiación del Instituto de Salud Carlos III y la Unión Europea a través de Horizonte 2020.
El trabajo publicado en la revista Environmetantal Health Perspectives, la "más prestigiosa del mundo en el ámbito de la salud y medioambiente", indican desde la Universidad de Granada. Se han analizado 50 elementos habituales en los protocolos que se siguen en las UCIN hospitalarias, desde protectores de colchón a máscaras, desde sondas a tubos endotraqueales. Estos elementos "entran en contacto íntimo con los recién nacidos".
En las UCI de neonatos los bebés ingresados suelen tener muy bajo peso. R. G.
En las UCI neonatales los bebés son de "muy bajo peso". En este estudio, se ha analizado la unidad de cuidados intensivos de neonatos y la población de recién nacidos del Virgen de las Nieves. "Se les está haciendo un seguimiento a esos niños" y los resultados de ese seguimiento darán a luz un nuevo artículo científico, adelanta el catedrático de de Radiología y Medicina Física.
El objetivo de estas investigaciones es "ir sustituyendo" aquellos elementos que se demuestre que tienen altos niveles de bisfenol A y parabenes por otros que mitiguen el riesgo de exposición a estos elementos en las primeras semanas de vida de estos bebés. "Se trata de una población especialmente sensible y hay que ser, si cabe, más cuidadoso", añade el investigador.
"La idea es establecer cuáles son los mejores" a utilizar en los centros hospitalarios, señala Olea, que recuerda que los resultados de las investigaciones llevadas a cabo por su equipo en 1994 alumbraron la prohibición de la presencia de BPA en biberones en la Unión Europea.
El trabajo ha determinado que el 60% de los objetos o productos seleccionados resultaron contener BPA, mientras que los PBs estaban presentes en el 80% de los ítems. El mayor contenido de BPA se encontró en la llave de tres vías (>7.000ng/g), seguido del apósito de película transparente estampado (esparadrapo), el tubo de alimentación gastro-duodenal, los guantes estériles para uso de los profesionales, el catéter umbilical y el conjunto de extensión de perfusión intravenosa (concentraciones de BPA de entre 100 y 700ng/g).
Los investigadores observaron también unas concentraciones elevadas de PBs, superiores a 100ng/g en varios elementos, como las gafas de protección de la fototerapia para el bebé, el apósito de película transparente estampado (esparadrapo), el catéter intravenoso, y el juego de extensión de perfusión intravenosa.
"Cuando analizaron la actividad hormonal de los extractos de los materiales seleccionados, en ensayos de estrogenicidad y anti-androgenicidad, los que más actividad hormonal mostraron fueron el chupete, la llave de tres vías y el apósito de película transparente estampado", indica la UGR en una nota de prensa.
Se han analizado 50 elementos que se emplean en UCI pediátricas. R. G.
Los recién nacidos con bajo peso al nacer requieren un entorno de cuidados complejos en una UCIN, que trata de simular las condiciones uterinas hasta el correcto desarrollo de la piel inmadura y del funcionamiento de los sistemas gastrointestinal, inmune, nervioso y respiratorio.
En este medio hospitalario los recién nacidos se someten a múltiples técnicas y procedimientos que incluyen instrumentos y dispositivos médicos que entran en contacto íntimo con su cuerpo, muchos de los cuales están hechos del plástico policarbonato, de resinas epoxi o de PVC, en los que sustancias como el BPA forma parte de su estructura o ha sido añadido para mejorar las características del producto.
“Además, los parabenos se incluyen como componentes de algunos plásticos como conservantes y antimicrobianos. Se utilizan también en cosméticos, así como en otros artículos de consumo. Tanto BPA como PBs puede desprenderse durante el empleo de estos materiales, ya sea por desgaste del polímero plástico o por el sometimiento a condiciones de pH y temperatura favorables para su liberación”, advierte el catedrático de la UGR.

Trabajos previos

Hasta la fecha, sólo dos estudios habían abordado la exposición de neonatos en UCIN a estos compuestos químicos, y en ambos estudios se mostró un aumento en las concentraciones de BPA en la orina de los niños, relacionada con una mayor frecuencia e intensidad en la utilización de estos dispositivos médicos; alcanzándose valores de hasta 30 veces superiores respecto a los encontrados en la población general.
También se han descrito niveles más altos de PBs en los recién nacidos hospitalizados en relación con un mayor uso de medicamentos, aunque no se han identificado cuales eran otras posibles fuentes de exposición como ha ocurrido en el artículo que ahora se publica.
Olea, con un protector de colchón de los que se emplean en las unidades para neonatos. R. G
Los autores señalan que es urgente implementar medidas preventivas de la exposición a estos compuestos, disruptores endocrinos, BPA y PBs, que incluyan tanto cambios de protocolos clínicos como uso de materiales libres de disruptores endocrinos.
No en vano, los autores de esta investigación están desarrollando en la actualidad nuevos protocolos de trabajo y nuevos procedimientos que pretenden disminuir la exposición de los niños a estos y otros factores medioambientales en los que se desenvuelven las primeras semanas de vida de los recién nacidos durante la estancia en el hospital, que pudieran interferir con su normal desarrollo.

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