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domingo, 23 de febrero de 2020

El efecto 'Reina Roja' gran adahoy.com

TRIBUNA


ANTONIO PORRAS NADALES
Catedrático de Derecho Constitucional

El efecto 'Reina Roja
Tras el gran éxito editorial de Acemoglu y Robinson en su libro El pasillo estrecho del pasado año 2019 (ed. Deusto), el concepto de la Reina Roja, tomado de Alicia en el País de las Maravillas, parece tener un nuevo e interesante despliegue: sería una forma de describir las interacciones entre sociedad y Estado entendidas como clave histórica del desarrollo democrático de los países.
Se supone que Alicia y la Reina Roja corren, pero permaneciendo en el mismo sitio: en paralelo, el incremento de la capacidad de poder del Estado debe ir acompañado de un incremento igual de la presencia activa de la sociedad sobre la esfera pública, manteniéndose así dentro de ese "pasillo estrecho" que marca las características de las democracias consolidadas. La interacción recíproca será la que condicione el equilibrio dinámico donde se encuentran históricamente los países democráticos que, en cierta manera, al moverse se mantendrían en el mismo sitio. Sin correr el riesgo de degradación democrática que puede conducir al posible apogeo del despótico Leviatán-Estado.
Aunque el concepto se ha aplicado a distintos ámbitos, como la evolución de las especies, la carrera armamentística u otras (dando lugar así a distintas categorías de reinas rojas como fluctuante, escalada, de suma cero, etcétera) es una lástima que, como historiadores de la economía, Acemoglu y Robinson no le presten demasiada atención al entramado constitucional, que constituye precisamente la clave de esa interacción constructiva entre Sociedad y Estado, de donde surgiría el equilibrio dinámico del llamado "efecto reina roja".
En efecto, no cabe duda en primer lugar de que los riesgos de degradación populista, similares a los que se desencadenaron en la Alemania de Weimar hace casi un siglo, amenazan hoy a las democracias occidentales, con el riesgo implícito de romper el equilibrio que marcaría el efecto Reina Roja. Sólo que nos empeñamos en ver al principal factor de amenaza, el populismo, como un elemento extraño y siniestro, que se nos ha aparecido misteriosamente venido desde fuera y sin saber cómo; igual que se encontró el señor Samsa convertido una mañana en un horrible insecto, según la metamorfosis de Kafka. No queremos entender que, en realidad, las raíces del populismo hace mucho tiempo que prendieron en nuestro entorno democrático, contaminando a todas las fuerzas políticas que tratan de operar con éxito en el contexto de la gobermedia contemporánea. ¿Alguien conoce algún partido político que no formule diagnósticos simplificados y algo falseados de la realidad o que no presente propuestas fáciles y sencillas para resolverlos? ¿A algún líder que no mienta de forma más o menos descarada? ¿A algún político que no piense en otra cosa que no sea en incrementar su poder a toda costa?
Si no comprendemos hasta qué punto están extendidas las raíces del populismo, seguramente no sabremos cómo y cuándo debemos reforzar nuestros impulsos de presencia activa y de control social sobre las instituciones públicas para evitar el desencadenamiento de la dinámica que conduce hacia un Leviatán despótico o desencadenado.
Pero también hay otros efectos curiosos de Reina Roja, como la dinámica en bucle, que parece afectar especialmente a nuestro proceso territorial. Un bucle sería la dinámica que impulsa a ciertas comunidades empeñadas en reforzar su posición de liderazgo en esa carrera interminable que desde hace tiempo denominamos como "proceso autonómico". Tal proceso se ha caracterizado fundamentalmente por su dinámica incremental: es decir, las comunidades autónomas "quieren" siempre más competencias. Cuando a estas alturas ya están agotadas las previsiones competenciales de los artículos 148 y 149 de la Constitución, está claro que sólo queda pedir la luna y las estrellas: en nuestro caso, las competencias de la Seguridad Social, lo que durante el siglo XX ha sido precisamente la columna vertebral del Estado Social. Por si no bastaba con el privilegio fiscal de las haciendas forales en País Vasco y Navarra, arrancado a sangre y fuego por el terrorismo etarra durante la Transición, ya tenemos nuevos elementos para autoalimentar el efecto en bucle de los nacionalismos del norte a la búsqueda de nuevos privilegios.
Mientras tanto, apenas le prestamos atención a la otra y auténtica cara problemática del sistema territorial: los déficits de coordinación y la ruptura de los postulados de solidaridad e igualdad que deben asegurar el equilibrio del sistema. Cuando unos corren, los demás debemos también correr para mantener el equilibrio: sólo que debemos saber en qué dirección corremos, si hacia un sistema de desigualdades y de privilegios o hacia un modelo que sea congruente con las exigencias constitucionales de igualdad.

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