El CEP de Albuñol coordina el proyecto europeo Grundtvig que busca estrategias para implantar enseñanzas de segundas lenguas en los centros de adultos
A. BEAUCHY / GRANADA | ACTUALIZADO 27.10.2009 - 01:00Media docena de profesores procedentes de Rumanía, Francia e Italia llegaron ayer a Granada para poner en marcha Un puente entre Mayores, un proyecto que coordina el Centro de Educación Permanente Cehel de Albuñol cuyo objetivo es buscar nuevas estrategias que den respuesta a la diversidad cultural que se vive hoy en día en las aulas granadinas.
Con una población inmigrante cada vez mayor, que en el caso del Cehel de Albuñol alcanza el 70%, los docentes de los centros de educación de adultos necesitan nuevas fórmulas que permitan afianzar la enseñanza de segundas lenguas o el plan de interculturalidad. "Llevamos trabajando con alumnos inmigrantes desde 1990 y teníamos la necesidad de avanzar en nuestras estrategias y compartir con otros profesores nuestros métodos", explica el director del centro Cehel de Albuñol, Juan Cristóbal Ruiz. Su centro cubre las enseñanzas de la población adulta de Castell de Ferro, Murtas, Albuñol, Turón y La Mamola, entre otros, municipios que tienen más de 25% de población inmigrante.
El proyecto europeo Un puente entre mayores, solicitado el pasado enero, permitirá a una quincena de docentes intercambiar experiencias e información sobre el alumnado. "La mayoría de nuestros adultos extranjeros proceden de Marruecos, Rumanía, Lituania Senegal y Suramérica -explica Ruiz-, nacionalidades con las que han trabajado otros profesores".
Así, los profesores granadinos esperan que sus homólogos franceses aporten sus conocimientos de la cultura senegalesa y la marroquí, que analicen sus formas de vida y cómo afrontan la enseñanza de segundas lenguas con ellos. "Además, los franceses son pioneros en la elaboración de material educativo, algo que ya estamos abordando nosotros en Albuñol", apunta el director del Cehel.
Por su parte, los docentes rumanos pueden aportar grandes claves en torno a la población rumana, la mayoría de etnia gitana, que demanda los ciclos de educación de adultos en Andalucía. "No conocemos a nuestros vecinos", resalta Ruiz al referirse a la falta de interés que tiene la población granadina en conocer la cultura de los inmigrantes rumanos o marroquíes asentados en sus propios barrios. Y, por último, la presencia del profesorado italiano deberá aportar su bagaje en las relaciones con las demás administraciones. "Esto es clave en nuestro proyecto y previene los comportamientos xenófobos", apunta.
Con una población inmigrante cada vez mayor, que en el caso del Cehel de Albuñol alcanza el 70%, los docentes de los centros de educación de adultos necesitan nuevas fórmulas que permitan afianzar la enseñanza de segundas lenguas o el plan de interculturalidad. "Llevamos trabajando con alumnos inmigrantes desde 1990 y teníamos la necesidad de avanzar en nuestras estrategias y compartir con otros profesores nuestros métodos", explica el director del centro Cehel de Albuñol, Juan Cristóbal Ruiz. Su centro cubre las enseñanzas de la población adulta de Castell de Ferro, Murtas, Albuñol, Turón y La Mamola, entre otros, municipios que tienen más de 25% de población inmigrante.
El proyecto europeo Un puente entre mayores, solicitado el pasado enero, permitirá a una quincena de docentes intercambiar experiencias e información sobre el alumnado. "La mayoría de nuestros adultos extranjeros proceden de Marruecos, Rumanía, Lituania Senegal y Suramérica -explica Ruiz-, nacionalidades con las que han trabajado otros profesores".
Así, los profesores granadinos esperan que sus homólogos franceses aporten sus conocimientos de la cultura senegalesa y la marroquí, que analicen sus formas de vida y cómo afrontan la enseñanza de segundas lenguas con ellos. "Además, los franceses son pioneros en la elaboración de material educativo, algo que ya estamos abordando nosotros en Albuñol", apunta el director del Cehel.
Por su parte, los docentes rumanos pueden aportar grandes claves en torno a la población rumana, la mayoría de etnia gitana, que demanda los ciclos de educación de adultos en Andalucía. "No conocemos a nuestros vecinos", resalta Ruiz al referirse a la falta de interés que tiene la población granadina en conocer la cultura de los inmigrantes rumanos o marroquíes asentados en sus propios barrios. Y, por último, la presencia del profesorado italiano deberá aportar su bagaje en las relaciones con las demás administraciones. "Esto es clave en nuestro proyecto y previene los comportamientos xenófobos", apunta.
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