El 7 de noviembre de 1911 se colocó la primera piedra y ahora se amplía y se ordena su espacio
LAURA MONTALVO | ADRA.
Este año cumple su primer siglo de vida, pero no tiene la cara surcada de arrugas y parece que por su cuerpo no ha pasado el tiempo, porque llega a los cien años más rejuvenecido que nunca.
Hablamos del puerto de Adra, que comenzó a construirse en noviembre de 1911 y en 2011 aparece totalmente renovado gracias a un plan de usos que comenzó a fraguarse a mediados de los noventa y se aprobó en 2008, aunque ya desde 2006 se están realizando obras para ampliar su utilización e integrarlo aún más si cabe en la ciudad. Adra, ciudad pesquera y marinera por tradición, en la que se instalaron los fenicios, siempre se ha caracterizado por su salida al mar, aunque las embarcaciones no siempre lo han tenido fácil para acceder y no siempre ha existido el puerto tal y como ahora lo conocemos. Muchos en Adra recordarán cómo para construir el puerto fue necesario llevar el 'tren' hasta el mar desde la cantera de piedra.
Historia
Mucho ha llovido desde aquél proyecto para el muelle embarcadero metálico del ingeniero Joaquín Ortiz en 1900 y de la petición en pleno, presidido por el alcalde Francisco Segado, de la construcción de un puerto embarcadero por interés general (se destacaba que beneficiaría a la actividad minera de la Alpujarra).
El puerto de Adra fue declarado de interés general de segundo orden por Don Alfonso XIII, según recuerda Manuel Martínez en su libro de 1986 'Adra 1911. 75º aniversario de las obras del puerto.' El proyecto de construcción fue aprobado el 10 abril de 1911 con un presupuesto de contrata de 3,3 millones de pesetas para hacer un dique de Poniente de 820 metros y uno de levante de 325 desde el final de paseo de los tristes (antes llamado Carril de la playa). La primera propuesta de hacer el puerto 'por trozos' tuvo que modificarse porque había muchos gastos que no se habían contemplado y finalmente se aprobó reunir en una primera parte la primera y segunda alineación del dique de Poniente, el de Levante y el dragado, subasta que se adjudicó a Pelayo Montoya por 1,5 millones de pesetas. Las obras comenzaron sorprendentemente el 7 de noviembre de 1911, tan sólo ocho meses desde la aprobación del proyecto y cuatro años después desde el inicio de los trámites, cuando el puerto de Almería tardó 9 años en ser una realidad. Este 'milagro' se agradeció a Natalio Rivas, nacido en Albuñol, vivió en Adra, político que como subsecretario de Instrucción Pública influyó en el ministerio de Fomento. Por ello el jefe del Partido Liberal y alcalde de Adra, Francisco Soler Martínez propuso su nombramiento como hijo adoptivo así como darle su nombre a la entonces Carrera de la Playa. Natalio Rivas fue recibido en Adra con arcos de triunfo en las fiestas de ese año, como lo que se recuerda «el recibimiento más apoteósico en la historia de Adra».
Para las obras del puerto fue necesario reformar el proyecto inicial y pasaron muchas penurias, como el hundimiento de varias embarcaciones o daños en otras por los temporales, ya que aunque las obras comenzaron en 1911 se suspendieron en 1923 y se reanudaron en 1936, aprobándose varios proyectos de continuación y partidas presupuestarias. Con la guerra civil de nuevo se paralizó la construcción del puerto, que sufrió graves daños por nuevos temporales como la destrucción de diques y escolleras. En los años 50 se hizo un dragado, el varadero y el espigón, a finales de los 60 se hizo el muelle de costa con un presupuesto de 8 millones de pesetas y en los 70 comenzaron las obras de terminación de los diques y el cierre del puerto.
Según relata M. Martínez en su libro las obras del puerto no estuvieron exentas de polémica y de anécdotas, como que los obreros se negaron a trabajar el día de la Virgen del Carmen porque la primera de esas festividades que sí trabajaron hubo un accidente y una persona murió en una de las explosiones de piedra. También hubo accidentes con los vagones de la locomotora, que incluso, ya en una situación más alegre, transportaron a los novios en una boda.
Actualidad
Muchas de esas cuestiones las han recordado varios abderitanos esta misma semana, con la inauguración de las instalaciones náutico deportivas y los cuartos de armadores que protagonizaron las autoridades abderitanas, como la alcaldesa Carmen Crespo, así como la consejera de Obras Públicas y Vivienda de la Junta de Andalucía, Josefina Cruz Villalón.
El resultado es fruto del plan de usos y reordenación de este puerto que estaba infrautilizado y en el que ahora han quedado perfectamente delimitadas la zona de Poniente, dedicada a pesca, y la de levante, para ocio, deporte y turismo. El nuevo muelle pesquero se terminó en 2009, y se pusieron en servicio cuartos de armadores en el marco de unas obras más genéricas con 4,3 millones de euros de inversión. En 2010 se hizo el dragado del canal de navegación en la bocana, se quitaron los cuartos de Levante y ahora se ha inaugurado la zona deportiva, que ha pasado de contar con 191 amarres a 458 y varios de ellos para embarcaciones de hasta 25 metros de eslora (aunque hay que recordar que antiguamente sí pudo acoger buques mayores, ya que el Azor de Franco, con 46 metros de eslora visitó Adra).
También se han inaugurado 22 cuartos de armadores en un edificio de 1.343 metros cuadrados. Ambas actuaciones han supuesto una nueva inversión de 6,2 millones de euros y con estas obras se ha dado trabajo a unas 150 personas. También se han realizado obras menores de mejora, como adecuación de accesos, señalización, reparación de elementos dañados por la erosión, modernización de servicios y pintura de edificaciones. Las obras realizadas a través de la Agencia Pública de Puertos de Andalucía han supuesto una inversión superior a los once millones de euros, y prácticamente comenzaron hace seis años con la desaparición de la antigua fábrica de hielo
ESO SI, TIENE A GALA DE SER EL PUERTO MAS SUCIO QUE HE VISTO EN MI VIDA. PARECE MENTIRA QUE LOS PESCADORES QUE VIVEN DE LA MAR , NO LA CUIDEN
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