La localidad costera, que ha servido de decorado a decenas de películas, recupera su festival internacional tras nueve años de suspensión
EULALIA GARCÍA JIMÉNEZ | ALMUÑÉCAR.
Ya desde los años cincuenta, Almuñécar ha llamado la atención de grandes directores por su encanto y belleza, llegando a rodarse en sus calles y parajes películas completas que han pasado a la historia del cine. Décadas después, los rollos de celuloide vuelven a girar de nuevo gracias a la celebración de la quinta edición del Festival Internacional de Cortos de Almuñécar (FICA), un certamen que tras nueve años de suspensión, vuelve a sumergir a la ciudad costera en el séptimo arte.
El recuperado ciclo, que dio comienzo ayer por la tarde, tendrá lugar hasta el próximo domingo en dos de los edificios más emblemáticos del municipio: el Palacete de la Najarra y el parque del Majuelo.
El precio de las entradas es de 5 euros por persona, aunque también existe la posibilidad de adquirir un abono para asistir a todas las proyecciones, por unos 10 euros. La concejala de Cultura, Olga Ruano, explicó ayer en la presentación oficial del festival que este año «el Ayuntamiento ha ajustado al máximo el precio de los pases para que así haya una mayor asistencia de público».
La final del concurso de cortos se celebrará el próximo domingo en el parque del Majuelo, por ser éste uno de los lugares con mayor aforo de todo el pueblo. Desde el consistorio se espera, por tanto, una gran acogida del festival por parte de los vecinos y veraneantes que pasan estos días sus vacaciones en la Costa Tropical. El gran número de cortos presentados al concurso, alrededor de 200, ayuda a que los organizadores sean optimistas a este respecto.
Almuñécar es de cine
Son muchas las películas conocidas (y otras muchas desconocidas) que cuentan con alguna escena grabada en Almuñécar, aunque quizás la referencia cinematográfica más importante para la ciudad no provenga de un largometraje, sino de una serie de televisión. Se trata del entierro de Chanquete, en el Peñón del Santo. En esta toma final de la mítica serie 'Verano Azul' se pueden apreciar los peñones y la cruz, bajo la cual se llevó a cabo la sepultura (ficticia, claro está ) de este entrañable capitán de tierra firme. Sin embargo, hay otros ejemplos que, a pesar de haber dejado menos huella en la conciencia colectiva de los españoles, han llevado la geografía sexitana a las pantallas de medio mundo.
Ya en 1956, se utilizó la playa del Tesorillo para el rodaje de la película 'Action of the Tiger', un film de acción cargado de clichés que consiguió ser uno de los taquillazos de la época en EE UU. Una década después, la misma playa sirvió de escenario para la película 'Gitana', que narra la historia de dos jóvenes enamorados que, a pesar de la oposición de sus familias, rivales entre sí, deciden luchar por su amor .
Ya en la época del destape, una de las más productivas para la industria nacional, se empleó la playa de San Cristóbal para rodar la película 'Los Hombres las prefieren Viudas'.
En 1976 también se grabó parte del largometraje '¿Quién puede matar a un niño?', una película basada en la historia de una pareja anglosajona que viaja a una población costera española buscando paz y tranquilidad. Para su sorpresa, lo que realmente encuentran allí es bullicio y ruido, por lo que deciden visitar una isla cercana habitada por niños, animados por una extraña fuerza sobrenatural. La obra para por ser, actualmente, uno de los títulos de culto del cine español.
Finalmente en 2005, el puerto deportivo de Marina del Este y otras localizaciones de Almuñécar sirvieron de escenario para el film 'The Business', que muestra el lado más ochentero de la Costa del Sol.
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