La Consejería presenta un estudio que advierte de las dificultades para construir una imagen real del colectivo
M. VALVERDE GRANADA
Un discapacitado es una persona "que padece una disminución física, sensorial o psíquica que la incapacita total o parcialmente para el trabajo o para otras tareas ordinarias de la vida". Esta es la definición que da la Real Academia de la Lengua de un colectivo que lucha todavía por eliminar los prejuicios y los clichés que han hecho que existan muchos estereotipos sociales que les hacen más difícil todavía llevar una vida 'normal' con una inclusión social y laboral completa. Esta imagen estereotipada todavía existe, por lo que la Consejería de Igualdad y Políticas Sociales presentó ayer en Granada el estudio para acabar con estereotipos y mejorar la imagen de las personas con discapacidad. Se trata del documento Imagen pública de la discapacidad, realizado por técnicos y expertos de la Consejería, la Fundación Pública Andaluza para la Integración Social de Personas con Enfermedad Mental (Faisem), el Comité de Entidades Representantes de las personas con discapacidad en Andalucía (Cermi-A) y la Escuela de Salud Pública.
La consejera de Igualdad, María José Sánchez, explicó ayer que el objetivo es contar con una "herramienta específica" que sirva a los medios de comunicación, las instituciones públicas y la sociedad civil para construir una imagen real de las personas con discapacidad, lejos de estereotipos y prejuicios. Con este estudio "pretendemos fomentar una sociedad inclusiva", que permita a las personas con discapacidad desarrollar plenamente sus capacidades en igualdad de oportunidades con el resto de la ciudadanía.
Para la realización del trabajo, se ha partido de un diagnóstico previo de la situación en el que se han tenido en cuenta planes, artículos científicos y campañas nacionales e internacionales, entre otros. Además, para tener una visión más completa se han analizado noticias sobre personas con discapacidad publicadas en medios de comunicación en los últimos seis meses. Igualmente se han tomado en consideración informes de medidas y recomendaciones sobre la imagen social de las personas con discapacidad, la promoción de la igualdad de oportunidades y la no discriminación, y su inclusión social.
Los resultados señalan que, en general, no está muy extendido el empleo de la terminología correcta, persistiendo el uso de un lenguaje peyorativo y desfasado. En este sentido, la consejera indicó que, por ejemplo, en noticias de sucesos relacionadas con personas con discapacidad se utiliza en ocasiones la característica personal de la discapacidad como un elemento que aporta dramatismo. Con relación a los medios de comunicación, han comprobado que, a la hora de tratar a las personas con discapacidad, se suele dar con frecuencia una doble tendencia puesto que o bien se valora con paternalismo o por el contrario se destaca su espíritu de superación y su excepcionalidad, por realizar las mismas cosas que las personas sin discapacidad.
Según Sánchez Rubio, con este estudio se constata que "aún queda camino por recorrer" hasta lograr informaciones objetivas sin dramatismos ni juicios de valor, como reclaman los colectivos.
La titular de Igualdad destacó algunas de las recomendaciones propuestas por los técnicos y expertos para lograr una mayor sensibilización de la sociedad en general. Para ello consideran prioritario incidir en los medios de comunicación y en sectores de la población como los más jóvenes y los adolescentes. Hacer visibles las actitudes negativas, asociar la discapacidad con términos relacionados con la autonomía y la independencia, mostrando a la persona de forma global y no parcelada; y promover una visión de ciudadanía y no caritativa/paternalista, donde las personas con discapacidad participan en todos los ámbitos de la sociedad, son algunas de las recomendaciones.
Otras estrategias propuestas pasan por fomentar la integración escolar entre alumnado con y sin discapacidad. Sánchez Rubio recalcó la importancia de ésta porque es en el ámbito educativo, en las edades más tempranas donde hay que empezar a actuar para normalizar la imagen de las personas con discapacidad.
La consejera de Igualdad, María José Sánchez, explicó ayer que el objetivo es contar con una "herramienta específica" que sirva a los medios de comunicación, las instituciones públicas y la sociedad civil para construir una imagen real de las personas con discapacidad, lejos de estereotipos y prejuicios. Con este estudio "pretendemos fomentar una sociedad inclusiva", que permita a las personas con discapacidad desarrollar plenamente sus capacidades en igualdad de oportunidades con el resto de la ciudadanía.
Para la realización del trabajo, se ha partido de un diagnóstico previo de la situación en el que se han tenido en cuenta planes, artículos científicos y campañas nacionales e internacionales, entre otros. Además, para tener una visión más completa se han analizado noticias sobre personas con discapacidad publicadas en medios de comunicación en los últimos seis meses. Igualmente se han tomado en consideración informes de medidas y recomendaciones sobre la imagen social de las personas con discapacidad, la promoción de la igualdad de oportunidades y la no discriminación, y su inclusión social.
Los resultados señalan que, en general, no está muy extendido el empleo de la terminología correcta, persistiendo el uso de un lenguaje peyorativo y desfasado. En este sentido, la consejera indicó que, por ejemplo, en noticias de sucesos relacionadas con personas con discapacidad se utiliza en ocasiones la característica personal de la discapacidad como un elemento que aporta dramatismo. Con relación a los medios de comunicación, han comprobado que, a la hora de tratar a las personas con discapacidad, se suele dar con frecuencia una doble tendencia puesto que o bien se valora con paternalismo o por el contrario se destaca su espíritu de superación y su excepcionalidad, por realizar las mismas cosas que las personas sin discapacidad.
Según Sánchez Rubio, con este estudio se constata que "aún queda camino por recorrer" hasta lograr informaciones objetivas sin dramatismos ni juicios de valor, como reclaman los colectivos.
La titular de Igualdad destacó algunas de las recomendaciones propuestas por los técnicos y expertos para lograr una mayor sensibilización de la sociedad en general. Para ello consideran prioritario incidir en los medios de comunicación y en sectores de la población como los más jóvenes y los adolescentes. Hacer visibles las actitudes negativas, asociar la discapacidad con términos relacionados con la autonomía y la independencia, mostrando a la persona de forma global y no parcelada; y promover una visión de ciudadanía y no caritativa/paternalista, donde las personas con discapacidad participan en todos los ámbitos de la sociedad, son algunas de las recomendaciones.
Otras estrategias propuestas pasan por fomentar la integración escolar entre alumnado con y sin discapacidad. Sánchez Rubio recalcó la importancia de ésta porque es en el ámbito educativo, en las edades más tempranas donde hay que empezar a actuar para normalizar la imagen de las personas con discapacidad.