Una generación de ingenieros se enfrentó a todo, durante años, para afianzar una de las mayores actuaciones de infraestructura hidráulica del país
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FERMÍN ANGUITA | MOTRIL.
Las canalizaciones de la presa de Rules culminarán la gran actuación hidráulica en la costa de Granada, pero llegar a este punto kilométrico de la historia reciente de la zona ha supuesto muchas décadas de lucha y una suma de importantes consecuciones que cambiaron para siempre la manera de vivir en el sur de la provincia.
Ahora, con la buena excusa del homenaje brindado en Motril a los ingenieros técnicos de obras públicas y a los ingenieros jefes de la extinta Confederación Hidrográfica del Sur en Granada se ha pretendido 'refrescar' la memoria colectiva, para que sus habitantes descubran que, detrás de los impresionantes murallones de Rules o Béznar, se esconden decenas de pequeñas, medianas y grandes obras hídricas e hidráulicas, gestadas y culminadas por uno de los cuerpos profesionales más cohesionados de la historia de España.
Muchos de ellos dejaron unida su profesión y su vida al desarrollo de la franja de territorio comprendida entre Cantarriján, en Almuñécar, hasta Albuñol. Desde la rambla del Espinar, hasta la rambla de los Álamos en Motril, río Guadalfeo, rambla de Puntalón, Castell de Ferro y rambla de Huarea en Albuñol, además del abastecimiento en toda la Costa para culminar con dos obras «que le han dado la vida a esta zona, como son la regulación de la presa de Béznar y la regulación de Rules», explica el ingeniero Manuel Vizcaíno Alcalá quien llegó a la Confederación, que entonces era la comisión para el encauzamiento del río Guadalfeo, en septiembre de 1953, jubilándose allí hace dos años. Toda una vida. Vizcaíno, como muchos de sus compañeros, no pierden de vista que quien puso todos los pilares, para el desarrollo de la Costa de Granada, fue Enrique Gómez López, el gran promotor y quien inició todo el plan de encauzamiento y riegos de la cota 100, «que son los que de verdad dan el impulso a toda la zona», relata.
Asegurar la demanda
Este ingeniero asegura que los retos en materia de aguas han supuesto asegurar la demanda de regadíos, de industria y abastecimiento desde Cantarriján hasta Albuñol. Las presas regulan alrededor de 200 hectómetros cúbicos y permitirán ampliar la zona regable en 5.000 hectáreas.
Esta es la labor de la Confederación en todos estos años, desde que se creó en 1953 hasta que terminaron en 2005. En el camino, ausencias dolorosas como la de Agustín Padial (fallecido trágicamente mientras trabajaba en el Guadalfeo).
Sin escatimar sentido del humor, el motrileño Juan López Martos recuerda las discusiones con los regantes, antaño, «sobre todo por el interés que yo tenía en saber cuál era el agua necesaria para los cultivos y esto se interpretaba porque yo les quería quitar el agua».
López Martos también sitúa la referencia humana y profesional de Enrique Gómez cuyas obras fueron las que «han forzado a que nos metiéramos a sacar adelante la regulación integral del Guadalfeo». En aquella comisión trabajaron Manuel Vizcaíno, Diego Moreno, Delfín Velasco (el jefe que todo trabajador quisiera tener, según afirman todos) o Agustín Padial. «quien, cuando subíamos de Motril a Granada, después de haber estado en las obras del encauzamiento, y pasábamos por la primera curva me decía que hasta que todos esos cerros de almendros no estuviesen llenos de aguacates esto no tendría solución». Sabía lo que decía.
Y las presas siempre en el horizonte, en el pasado y presente. Tal es su atracción que, en el caso de Béznar y Rules, ambas han recibido la visita de más de 20.000 personas a lo largo de los últimos tiempos. «Ya están hechas y falta ahora darle sentido a las dos grandes presas con la culminación de la infraestructura que queda», dice Antonio Nevot. Otro de los puntales humanos que vivió intensamente la gestación de las presas granadinas.
Llegó a la zona en 1978 y en ella estuvo hasta 2005. «Béznar y Rules fueron obras complicadas en su momento, tanto proyecto como ejecución», rememora. Pero Nevot, a igual que todos sus compañeros, sonríen al recordar cómo el esfuerzo de los ingenieros, de los obreros, ayudantes, transportistas y administrativos no tuvo más interés que el de responder a una demanda social generada durante decenios, y tal vez siglos.
Ahora, para hacer posible que todos estos esfuerzos no se olviden, se ha realizado un homenaje público a muchos de esos ingenieros, gracias al impulso de Gregorio Ruiz Chamorro, presidente de la comunidad de Regantes de Motril (antigua Diputación de Aguas), para que queden para siempre en la memoria de la Costa.
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