A muy pocos metros de la habitación donde su madre lo alumbró, Federico "renació" hoy en Fuente Vaqueros (Granada, sur de España), donde 114 años después una muestra recupera documentos inéditos de la revista "Gallo".
Roberto Ruiz Oliva
Fuente Vaqueros (Granada, España), 5 jun.- A muy pocos metros de la habitación donde su madre lo alumbró, Federico "renació" hoy en Fuente Vaqueros (Granada, sur de España), donde 114 años después una muestra recupera documentos inéditos de la revista "Gallo".
En la planta alta del Museo Casa Natal, una típica vivienda de labranza donde nació y pasó sus primeros años de infancia el poeta, se inauguró la exposición "Gallo, documentos recuperados. La colección de Enrique Mateos".
A través de documentos, dibujos, tarjetas postales y dedicatorias la muestra, que recoge el legado del que fue amigo de Lorca, pretende rendir tributo al grupo de universitarios que, a mediados de la década de los veinte y agrupados en torno al gran poeta, lo embarcaron en la aventura de concebir una revista literaria.
Cerca de sesenta documentos, la mayoría originales, ven así por primera vez la luz después de 90 años en lo que pretende ser, como explica su depositario, Nicolás Antonio Fernández -también autor de la obra "Garcia Lorca y el grupo de la revista Gallo"-, un homenaje a "unos muchachos que demostraron tremendas inquietudes culturales".
Esos vanguardistas, que en algunos casos apenas rozaban los dieciséis años, ya se carteaban en aquel momento con quienes luego serían grandes figuras en el ámbito artístico de España y promoverían una aventura literaria que se concretaría al final únicamente en dos números a lo largo de 1928.
Salvador Dalí, Francisco Ayala o Jorge Guillén son sólo algunos de los grandes nombres con referencias en la exposición, fruto de un concienzudo estudio que descubre otra perspectiva sobre "Gallo" a partir de una documentación hasta hoy inédita conservada por un miembro de "segundo orden" de aquel proyecto como fue Enrique Mateos.
También se homenajeó quien impulsó, junto a una treintena de personas, el que fuera el primer homenaje público al poeta que se celebraba en España desde la muerte de Franco. Era 1976 y, ante un pueblo prácticamente "sitiado" por la Policía y la Guardia Civil, José García Ladrón de Guevara gritó a los cuatro vientos que Federico estaba vivo.
"Aquello fue como un chispazo que provocó una explosión de entusiasmo", relató a Efe este escritor granadino, que esta tarde ha recibido el premio "Pozo de Plata", con el que la Diputacion de Granada y el Patronato Cultural Federico García Lorca reconocen la labor de quienes han "reivindicado" al poeta.
Durante el acto, Ladrón de Guevara agradeció el galardón y ha querido compartirlo con quienes, en su día, a través de un manifiesto, decidieron precisamente impulsar un homenaje como el de esta tarde y con el que, año tras año, "el 5 a las 5", se recuerda el nacimiento del poeta de Fuente Vaqueros en su localidad natal.
"Preferimos conmemorar la vida de Federico, alegre, gracioso, bromista, antes que sumergirnos en la tragedia de su muerte en Víznar", ha explicado este poeta, que celebra que García Lorca siga actualmente vivo en su obra, algunas veces "tapada" o eclipsada también por el interés sobre su figura y su biografía más personal. EFE
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